“Las democracias ya no mueren con golpes de estado, sino lenta y gradualmente cuando los que llegan al poder por las urnas las socavan por dentro”, reflexionó el profesor de la Escuela de Gobierno y del Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos UAI, Cristóbal Bellolio, en la charla Crisis de las democracias contemporáneas, dictada para los estudiantes del Campus Peñalolén en el marco de los 50 años del golpe de Estado. Luego, la profesora de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo, Bárbara Fuentes, conversó con el académico para ahondar en el tema.

Las palabras iniciales las entregó la decana de la Escuela de Gobierno, Diana Krüger, quien reafirmó la misión que tienen de “crear y transferir conocimientos sobre los desafíos del ámbito público, buscando aportar a la construcción de mejores instituciones y políticas públicas, y así contribuir al fortalecimiento de la democracia. Esta charla refleja este compromiso y el interés que tenemos como universidad por crear espacios de reflexión sobre los desafíos actuales y futuros de la democracia”.

 ¿Estamos frente a una crisis de la democracia? ¿Qué es lo que está en riesgo? ¿Es la democracia electoral? ¿Qué pasa si siempre gobiernan los mismos? ¿O es una crisis a la democracia liberal? ¿O la democracia representativa? ¿O es una crisis de la democracia deliberativa? Todas estas son interrogantes abiertas para el profesor Bellolio, quien planteo una serie de amenazas para la democracia.

En el quiebre democrático pueden influir diversos factores, uno de ellos es el religioso, como fue la caída de las torres gemelas con un choque de civilizaciones y el retorno de lo religioso, también está el populismo con su discurso divisorio entre el pueblo virtuoso y la elite corrupta, la economía como explicación de las desigualdades sociales, las redes sociales donde todos somos emisores y receptores y se agudiza el sesgo de confirmación – tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias-, la política identitaria, favoreciendo a ciertos grupos sociales y la crisis climática, que cuestiona el estatus de la ciencia en democracia, entre otros aspectos.

El académico planteo que efectivamente estamos enfrentando un ambiente hostil, crispado, donde el descalabro de los partidos políticos no contribuye a lograr acuerdos, sin embargo, Chile tiene una democracia plena y que hay que valorar lo que tenemos. “Muchas veces los árboles no nos permiten ver el bosque y somos un país que está con una democracia firme en relación con el mundo… pero me parece preocupante esta carrera armamentista de atacar al contrincante y no entender la importancia de los acuerdos”, sentenció.

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