“Fue una situación compleja. De hecho, ha sido la situación más compleja que hemos vivido”, fueron las primeras palabras que pronunció Rodrigo Pérez, periodista de Informe Especial (TVN) que fue detenido junto con el camarógrafo Gonzalo Barahona, en Venezuela. “En aquel momento, nos sentimos muy pequeños frente a los oficiales del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin)”, agregó.
Si bien Pérez y Barahona habían viajado a la República Bolivariana para reportear sobre la situación política que se estaba viviendo en el interior del país centroamericano, cuando fueron retenidos, estaban realizando un recorrido turístico por los alrededores del palacio gubernamental.
Los chilenos se encontraban en el centro cívico de Caracas cuando se percataron de que había un grupo de civiles frente al palacio gubernamental. “Me bajé del auto para averiguar de qué se trataba. Acto seguido, nuestro vehículo fue requisado y fuimos detenidos. En dicho instante, nos dimos cuenta de que aquellos civiles eran oficiales del Sebin y nosotros nos habíamos convertido en sus rehenes”, señala Pérez.
Los invitados comentaron que anterior a esta detención, habían denunciado las malas prácticas de la Sebin y entrevistado a Juan Guaidó – presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela –, por lo que tanto Pérez como Barahona sostuvieron que su secuestro “no fue fortuito”.
A pesar de que esta experiencia fue traumática, ambos profesionales demostraron una gran destreza para contenerse en situaciones altamente estresantes. Asimismo, concluyeron que para afrontar estas situaciones es “fundamental conocerse y trabajar en equipo”.
“Logramos salir de esta situación gracias a que nos conocemos muy bien. Hemos trabajado juntos durante años y nos podemos comunicar sin decir absolutamente nada. Recuerdo que hubo una instancia en la que los oficiales del Sebin nos dejaron al frente de un balcón. Nos asomamos y vimos a un grupo de militares marchando justo afuera. Por un momento, pensé en tirarme por la ventana pero Rodrigo me obligó a mantener la calma con su mirada”, concluye Gonzalo Barahona.