¿Utilizamos correctamente los suplementos alimentarios?

21 de Septiembre 2023 Investigación PAI

Los trastornos de la conducta alimentaria implican un gran compromiso a la salud y usualmente se asocian a decisiones riesgosas para el control del peso y el adquirir una figura deseada. Entre las medidas que las personas toman al respecto, principalmente se encuentran dietas altamente restrictivas y el uso de distintos suplementos alimentarios, fácilmente disponibles en el comercio e incluso fuera del mercado legal.

Según un estudio del 2014, (Jeffers et al. 2014) efectuado a estudiantes universitarios, se observó que cerca del 70% reportó haber consumido suplementos alimentarios con la intención de bajar de peso en algún momento de su vida. Asimismo, otra investigación (Or et al., 2019) indica que cerca del 30% de los adolescentes entre 14 y 19 años ha consumido suplementos alimentarios para perder peso o desarrollar masa muscular. Esto representa un significativo incremento en el consumo de suplementos, considerando que en 1999 la proporción de adolescentes que habían consumido suplementos dietéticos se encontraba entre el 8% y el 10%.

Considerando las altas cifras referentes a trastornos de la conducta alimentaria y el aumento en el uso de los suplementos, el académico Emilio J. Compte de la Escuela de Psicología plantea un estudio -que será efectuado gracias al Programa de Apoyo a la Investigación, impulsado por la Dirección de Investigación UAI- que busca analizar las razones y hacer una caracterización sobre el uso de los suplementos alimentarios.

Distintos suplementos y su impacto en la salud mental

Respecto a los motivos de la iniciativa, Compte explica que “diferentes investigaciones han sugerido que el consumo no supervisado de estas sustancias contribuye al desarrollo y mantenimiento de problemáticas con la imagen corporal y el comportamiento alimentario. Sumado a ello, el consumo en particular de sustancias a las que se accede fuera del mercado legal, como los esteroides anabolizantes, se han asociado a un incremento en la impulsividad, la agresividad, y conductas sexuales de riesgo. Sin embargo, en población chilena la literatura científica en relación al consumo de estos productos es escasa, y a la fecha no se sabe en qué medida estas sustancias son utilizadas por jóvenes”. Además, añade que, “los escasos estudios disponibles no han evaluado en detalle el uso de los diferentes suplementos y sustancias, como tampoco el impacto en la salud mental y el comportamiento de las personas que los consumen”.

En particular, el estudio tendrá como foco a los estudiantes universitarios, debido a que representan un grupo de riesgo para desarrollar problemáticas alimentarias. Según plantea el académico de la Escuela de Psicología UAI, “en primer lugar, esperamos poder establecer la prevalencia del uso de APEDS -sigla en inglés que se refiere a suplementos y sustancias para mejorar el rendimiento y la apariencia física- en universitarios discriminando por el tipo de sustancias”.

Además, el académico explica que se espera observar una diferencia en el tipo de sustancias elegidas entre quienes se identifican con el género masculino y quienes se identifican con el género femenino. “Por ejemplo, se espera que presenten una mayor prevalencia de uso de sustancias y suplementos orientados al aumento de masa muscular (como creatina, suplementos proteicos, pre-workouts, esteroides, etc,) en aquellas personas que se identifican con el género masculino. En particular, el estudio pretende estimar la prevalencia del consumo de sustancias cuya venta libre está prohibida como es el caso de los esteroides anabolizantes”, indica.

Por otro lado, Emilio J. Compte expresa que esperan estimar factores asociados al uso de estos productos como la cantidad de dinero que mensualmente se invierte en estas sustancias, las principales fuentes de influencia (tales como medios, redes sociales, familia u otros significativos) que alientan a las personas al consumo. Asimismo, el potencial impacto que puede haber tenido el confinamiento durante la pandemia por Covid-19 en el incremento del uso de estas sustancias. Finalmente, el estudio buscará confirmar los hallazgos descritos en estudios de otros países en término de asociaciones entre el uso de AEPDS y eventos adversos en la salud física y mental.

El investigador aclara que con este estudio “no se busca patologizar el ejercicio físico o la búsqueda por mejorar la apariencia física. Sin embargo, es importante contribuir a un uso responsable y supervisado por profesionales de la salud para evitar efectos no deseados que pongan en riesgo la salud y calidad de vida de las personas”, finaliza.

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