“El plantel de profesores es de primer nivel”

20 de Febrero 2020 Entrevistas MDP Postgrados UAI

“Fanática de los estudios y filántropa por esencia”. Así se describe Renata Tavares, profesional brasilera titulada de Ciencias Actuariales en la Universidad Federal do Río de Janeiro, y egresada del Magíster en Dirección de Personas y Organizaciones, impartido por la Escuela de Negocios de la UAI.

La profesional cuenta que siempre quiso hacer un magíster, así que lo planteó en la compañía en la que trabajaba, obteniendo una respuesta positiva. “Apenas se dio la oportunidad, la tomé y me inscribí en este programa de estudios”, cuenta Renata, destacando que le llamaba la atención el escape de lo tradicional del magíster de la UAI y que se enfocaba en los negocios. “Además, el plantel de profesores es de primer nivel”, asegura.

La empresa apoyó fuertemente a la profesional, permitiéndole asistir a clases en horarios de trabajo e incluso, “me becaron con el 50% del valor, por lo que estoy muy agradecida”, indica.

“Había que reunirse constantemente, sin embargo, con mis compañeros lo hacíamos de forma online. Nos poníamos de acuerdo en una hora y, estuviésemos donde estuviésemos, nos conectábamos y trabajábamos”, comenta, refiriéndose al ejercicio del trabajo en equipo del programa, sobre todo en su segundo año.

Herramientas clave

La profesional destaca que el programa le brindó conocimientos que no manejaba y que han resultado ser fundamentales para su actual cargo como Subgerente Regional de Recursos Humanos en Metlife. Entre ellos: Evaluación de personal, clima organizacional, desarrollo de liderazgo y relaciones laborales.

El rol que desempeña en su cargo implica ser la cara visible del área, además de velar por el bienestar de las personas y la organización. “Debo cuidar de cada uno de los colaboradores para que el negocio funcione. Este magíster te da las herramientas para lograr esto y mucho más”, explica la egresada.

Renata califica las herramientas entregadas por el Magíster en Dirección de Personas y Organizaciones como “impagables” y lo recomienda a ojos cerrados. “Entrega una visión más amplia de la empresa, se aplica teoría en casos reales, ver en la práctica lo que sucede en ciertas organizaciones”, señala. Incluso destaca a sus compañeros: “profesionales con mucha experiencia, lo cual le da un mayor valor a los debates que se generan en clase”.

Cultivando el alma

Mientras cursaba el segundo año del programa, Renata tuvo que convivir con un duro proceso de divorcio. En parte, y como siempre le ha gustado participar en actos de beneficencia, decidió ocupar sus vacaciones para hacer un voluntariado con niños en África. A comienzos de abril y a través de una ONG, viajó a un orfanato en dicho continente, perdiendo las dos primeras semanas del magíster.

La profesional señala que sus padres le inculcaron el servicio social. “Ellos son médicos y, gran parte de su vida, la han dedicado a ayudar a los demás. En este sentido, yo crecí con el ‘bichito’ del servicio social, de ayudar al otro. Pero cuando me independicé y comencé a trabajar, dejé de lado todo eso”, señala.

Hacer un voluntariado en África siempre fue su sueño. “Fue una experiencia increíble y absolutamente enriquecedora. Fui a enseñar y terminé aprendiendo demasiado”, asegura la ex alumna. Y es que en el orfanato hizo de todo: dictó clases de español, ayudó en la cocina, y apoyó a la profesora que daba clases de inglés.

“Con estos niños uno aprende a mirar la vida desde otra perspectiva, y a valorar las cosas simples y sencillas. Porque si bien no tenían grandes juguetes ni juegos para entretenerse, ellos eran felices con una planta, una flor o un árbol”, comenta Renata. Y añade: “estoy viendo la posibilidad de ir nuevamente para mis vacaciones”.

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