Obtener mayor conocimiento sobre temas que consideraba claves para su trabajo, fue la principal razón que llevó a Juan Pablo Véliz Campos, psicólogo, a tomar el Magíster en Dirección de Personas y Organizaciones (2018), de nuestra Escuela de Negocios. “Me he desempeñado principalmente en la administración pública y en áreas de gestión de personas, por lo que necesitaba un programa de postgrado que me permitiera profundizar en esta materia, adquirir nuevas herramientas y a partir de aquello, agregar valor a la organización”, afirma el profesional.

Con la idea en mente, evaluó diferentes universidades y programas, decidiéndose por el antes mencionado, tanto por el prestigio de la universidad, como por el enfoque del programa, centrado en la persona y con visión de futuro. Además, tuvo la oportunidad de conversar con Gerson Volensky, Director del máster, en una feria laboral realizada en el Hotel W, que le permitió profundizar en el alcance de este postgrado y así tomar la decisión de ser parte de la UAI.

En relación con los aspectos que destaca del programa, el exalumno señala que “fue relevante constatar que me estaba formando con los mejores, ya que todos los docentes son referentes en la disciplina, son reconocidos por su trayectoria y están actualizados en las últimas tendencias y desafíos del mundo organizacional en torno a la dirección de personas. Por mi parte, cubrí totalmente mis expectativas del programa y lo recomiendo al 100%”.

Otro tema que rescata es la mirada que le da el programa a la persona por sobre el recurso, siendo esto último, la visión tradicional que aún se visualiza en algunas empresas y estudios de postgrado. “Este enfoque implica mirar a la persona como tal, y desde allí identificar una serie de desafíos organizacionales en torno a la motivación, el desarrollo profesional, la retención del talento, los procesos de movilidad, las compensaciones, etcétera. Es otra concepción, ya no es este clásico recurso del cual dispongo y muevo, sino que conecto con los intereses y competencias de las personas, lo que, a su vez, debe ser coherente con los objetivos de la organización. Quienes lideramos personas, estamos llamados a impulsar cambios y promover prácticas que integren estos dos puntos, dejando atrás la perspectiva obsoleta de la persona como un recurso humano ”, explica el profesional.

Promoviendo las mejores prácticas para el desarrollo de personas

Sobre los contenidos, Juan Pablo dice que el primer año pudo reforzar conocimientos que ya venía aplicando, mientras que el segundo fue mucho más intenso y significativo. “Pude profundizar en temas de estrategia, que es uno de los grandes desafíos que tenemos en las áreas de personas, así como también en liderazgo y cambio organizacional”, asegura.

Para aprobar el magister, el profesional, junto a su equipo de trabajo, llevó a cabo un proyecto de consultoría, asociada a la gestión de personas en el Ministerio de Economía, su lugar de trabajo. “Hicimos un trabajo significativo entre los 3, que culminó con una propuesta de intervención. Dado que los recursos del Estado son limitados, optamos por sugerir acciones concretas que no estuvieran asociadas a un gasto presupuestario importante. Si bien hubo aspectos que no pudieron ser abordados de forma inmediata, hoy en día, se han materializado algunas de aquellas acciones, impactando positivamente a la organización, lo que ha sido muy reconfortante”, detalla.

El funcionario público está muy contento con el programa, puesto que le brindó importantes competencias. “Si bien creo que de cada módulo se pueden extraer aprendizajes significativos, lo más interesante es la visión desde la cual uno se posiciona en la organización con los conocimientos que adquiere. En este contexto, el programa facilita la adquisición de competencias para liderar personas y organizaciones desde una perspectiva estratégica, que se ajuste a los desafíos actuales y que desde allí, genere una ventaja competitiva”, asevera.