El docente de la Escuela de Gobierno UAI y analista político, Cristóbal Bellolio, se refirió a la actual situación política del país e hizo un análisis sobre la visita de la Presidenta Michelle Bachelet a la Región de La Araucanía en una entrevista para el diario El Austral. Además, comentó cuáles serían, a su juicio, los elementos faltantes para una solución al conflicto existente en la zona.
-¿Cómo visualiza el panorama político actual, a qué se debe la baja popularidad de la Presidenta en las encuestas?
-Creo que el caso Caval rompió algo muy difícil de recomponer, la figura de la Presidenta siempre estuvo asociada a una excepción a la regla del mundo político normal. Ella era como una flor perfumada en medio de un pantano que no se contaminaba con las malas prácticas de los otros políticos, pero después de Caval eso cambió y se ve a la Presidenta tal como los otros políticos que aprovechan los privilegios de su cargo.
-¿Lo mismo le pasó a ME-O que tuvo una baja rotunda en las encuestas?
-Es que él ha construido un discurso diciendo que es distinto, pero ahora tenemos pruebas o sospechas fundadas de que no era tan distinto a los otros políticos a la hora de ir a tocar puertas para financiar sus campañas. Ésta era una ocasión ideal para Marco, él podría haber sido una especie de comodín, donde si todo lo demás fallaba, si ningún otro candidato prendía, estaba él, volviendo a la Nueva Mayoría como el hijo pródigo y ser su presidenciable.
-¿Le jugó en contra a la Presidenta la forma en que hizo su visita a la Región de La Araucanía?
-No he leído a nadie decir que la forma en que hizo su visita fue la correcta. Nadie esperaba tanto revuelo negativo con la visita de Bachelet. Es interesante ver cómo ese capital político que tenía en su primer Gobierno, hoy en día es mucho más escuálido. Yo me acuerdo que hace unos años, antes que terminara su gobierno anterior hasta la revista Capital le hizo un reportaje que se llamaba “Bachelet súper star”, porque por donde iba ella producía una revolución, y creo que justamente el viaje a La Araucanía demuestra lo contrario.
-El diputado René Saffirio fue muy crítico con respecto a la visita de Bachelet, varios parlamentarios coincidieron en esta crítica.
-Eso es común, acuérdate que cuando estuvo Huenchumilla, Saffirio tenía un problema permanente con él.
-Pero él fue bastante crítico con respecto a la visita.
-Es que en este caso la puesta en escena fue tan mala, que hay poco margen para justificarla.
-También han surgido muchas críticas hacia el intendente Jouannet.
-Lo que pasa es que él es el delegado directo de la Presidenta, entonces tiene poco espacio para verse desanclado de la crítica a la gira presidencial.
-Pero estas críticas vienen desde antes e incluso de parlamentarios de su propio conglomerado político.
-No he escuchado las críticas que se han hecho, pero generalmente los parlamentarios critican a los intendentes de su Región. No sé si los verán como futuros competidores, y no creo que esa sea la única razón por la que los critican, pero si los parlamentarios pueden ver a los otros funcionarios como futuros competidores que pueden amenazar tu posición, tu parcela de poder, quizás sea buena idea empezar a destruirlos políticamente desde antes.
-¿Que la Presidenta haya venido tan poco a la Región tiene que ver con el conflicto en la zona?
-Es curioso que haya venido tan poco a una de las regiones más pobres del país y que tiene este conflicto desgarrador de la identidad nacional. Si no viene porque tiene miedo del conflicto, o porque quiere evitar hablar del tema, ninguna de esas razones me parecen lo suficientemente poderosas, porque ella es la Presidenta y está precisamente para hacerse cargo de esos temores. Me daría mucha pena tener una Presidenta que determina sus visitas dependiendo del miedo que tenga de tener recepciones complicadas en algunas zonas. Yo creo que no vienen porque sencillamente no tienen idea de qué hacer acá y creo que nadie tiene mucha idea.
-¿Y qué falta?
-La solución pasa por un profundo acuerdo político, social, cultural. Las condiciones que se requieren para ese diálogo son muy ambiciosas y de hecho no sé cómo se van a producir. Hay que visualizar una solución ideal donde se vea la integración mapuche al Estado chileno de aquí a cincuenta años y una vez que se visualiza eso, ver qué pasos hay que hacer para llegar a esa situación ideal.