Construyendo Confianzas: transparencia y compliance en el mundo de las fundaciones

25 de Abril 2024 Noticias
Construyendo Confianzas: transparencia y compliance en el mundo de las fundaciones

El evento contó con un panel de expertos en áreas de cumplimiento, rendición de cuentas y transparencia, vinculados al mundo de las organizaciones sin fines de lucro.

¿Qué ha pasado con las propuestas de la Comisión de Integridad Pública y Transparencia?,¿Cuáles son las oportunidades y desafíos para las fundaciones a raíz del caso Convenios? ¿Cuál es el rol del Gobierno Corporativo en este momento? Estas y otras preguntas fueron abordadas en el tercer conversatorio del Ciclo de Tendencias 2024, Construyendo Confianzas: Transparencia y Compliance en el Mundo de las Fundaciones

El evento contó con un panel de expertos en áreas de cumplimiento (compliance), rendición de cuentas y transparencia, vinculados al mundo de las Organizaciones Sin Fines de Lucro: María Jaraquemada, ex Presidenta Comisión Asesora Presidencial para la Probidad en Corporaciones y Fundaciones, Consejera del Consejo para la Transparencia; Richard Peña, abogado y PhD en Management, experto en Gobierno Corporativo, compliance y libre competencia y Magdalena Aninat, fundadora del CEFIS y directora del Centro de Empresa y Sociedad, ambos vinculados a la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez y Hans Rosenkranz, Director Ejecutivo de la Comunidad de Organizaciones Solidarias. El encuentro fue moderado por Emilia González, Directora del CEFIS.

El 3 de julio del año pasado, el presidente Gabriel Boric convocó a cinco comisionados para formar la Comisión de Relación entre Corporaciones, Fundaciones y el Estado. Tuvieron un período de trabajo de 45 días tras el cual entregaron un informe al presidente de la República. Para llegar a este resultado, sostuvieron 30 sesiones donde escucharon las opiniones de la sociedad civil, organismos del Estado, gobiernos regionales y representantes de municipios para analizar la relación entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil. Como resultado de este proceso, se formularon 46 recomendaciones por parte de la comisión. María Jaraquemada inició la conversación presentando una actualización del estado de avance de las propuestas entregadas por la comisión a 8 meses de su entrega, en torno a cada uno de los pilares de acción definidos por la comisión. La presentación realizada se encuentra adjunta al final de esta nota.

Luego, se  realizó el panel de conversaciones donde Hans Rosenkranz expresó que el sistema de donaciones hoy en día es muy complejo: existen varias de ellas con distintos fines y cada una tiene su propia tipología y registro, lleva a que las fundaciones tengan la capacidad financiera y administrativa para poder responder de acuerdo con los requerimientos. Esto en la práctica es un desafío para las organizaciones a la hora de priorizar el uso de sus escasos recursos, que principalmente están destinados a la ejecución de sus proyectos y programas.

Para el experto sería recomendable que el Estado asignara recursos dedicados a fortalecer estas capacidades dentro de las organizaciones, así generando una buena reportería y cumplimiento de los estándares requeridos. Eso sí, agrega que “las organizaciones han mostrado una notable resiliencia, adaptándose a los desafíos y generando un mayor compromiso y propósito en su labor. Se hace necesario trabajar en el desarrollo de capacidades administrativas. Aquellas organizaciones que cuentan con financiamiento mixto (público y privado) tienen una mayor flexibilidad y solidez, lo que les permite complementar las exigencias estatales usando fondos privados. Es crucial fortalecer la facultad administrativa de las fundaciones”.

Magdalena Aninat planteó que “Esta es una crisis muy difícil, pero está clara la idea de que de las crisis hay que salir fortalecido, es una oportunidad para avanzar en temas de transparencia y accountability. Lo que lleve a las OSFL a hacerlo mejor, debe ser del convencimiento y participación de las personas que dirigen estas organizaciones”. La universidad, y algunas organizaciones dedicadas a la formación, juegan un rol importante en este ámbito: ellas son las que buscan fortalecer las capacidades y habilidades de los líderes de las organizaciones, aportar con modelos innovadores para resolver desafíos actuales y futuros y a la vez apoyar el fortalecimiento entre pares. Con esto se puede ir construyendo una cultura organizacional de cumplimiento y transparencia donde la colaboración sea un eje central”.

María Jaraquemada, desde su rol en el Consejo para la Transparencia, resaltó la tensión generada entre el aumento de exigencias, y el que a organismos públicos y organizaciones de la sociedad civil, en general, “no se les asignan recursos suficientes para hacerse cargo de esta nueva normativa e institucionalidad. Esto coloca más responsabilidad en las organizaciones para enfrentarse al Estado; algunas tienen capacidades más desarrolladas para hacerlo, pero la mayoría de los municipios, por ejemplo, no pueden. Lo mismo sucede en la sociedad civil. Desde hace tiempo se intenta que sean más transparentes de manera proactiva, pero al no tener la obligación, la capacidad ni el tiempo para hacerlo, resulta imposible”.

Respecto a las dimensiones culturales asociadas al cumplimiento, resaltó la importancia de ver los esfuerzos como una inversión en la construcción de tejido social: “tener capacidades internas (de transparencia) en las organizaciones es beneficioso para el Estado. A veces, las organizaciones cumplen con los requisitos necesarios, pero no internalizan el objetivo ni el propósito detrás de estos requisitos, más que cumplir con ellos”.

Por último, Richard Peña agregó elementos que recomendaría a las fundaciones: “reducir la ansiedad en las organizaciones, es crucial dar algunos pasos atrás y observar nuestras organizaciones de forma sistémica. Estamos enfrentando un entorno diferente en el que a veces es necesario repensar nuestras estrategias”.  En este contexto, destacó que existen muchas herramientas, que son ajustables a las necesidades de organizaciones de diferentes tamaños, sin necesidad de partir desde cero, tanto para establecer sistemas preventivos como para resolver crisis. Sin embargo, el primer paso para una transformación efectiva pasa por la decisión de entender la inversión en compliance y transparencia como un pilar de la sostenibilidad organizacional, y por tanto en la capacidad de las OSFL de seguir generando un impacto positivo en la sociedad.

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