Socavón

15 de Septiembre 2023 Columnas

Lo ocurrido recientemente con las lluvias en la zona central son un llamado de atención a revisar las normativas constructivas que dan estabilidad a nuestra infraestructura crítica y definen nuestra resiliencia o sostenibilidad como país. Un mito frecuente que nos toca escuchar es que esto sólo ocurre en Chile. Convengamos que este tipo de emergencias son resultado del cambio climático acelerado de origen antrópico y se están viviendo alrededor del mundo, inclusive en países desarrollados.

Basta recordar las crecidas en distintas partes de Alemania en 2021 con pérdidas por 30.000 millones de euros y más de 200 muertes. Algo similar viene ocurriendo en Suiza, con crecidas o aluviones de frecuencia anual que como un reloj azotan a localidades como Chamoson, Leuk y Brienz, siendo esta última una suerte de Chaitén suizo debido a la triste evacuación de la localidad como último recurso. Las lecciones en estos países apuntan a dificultades inherentemente humanas que escapan las normativas exigentes y las capacidades instaladas, por lo tanto, el desarrollo de soluciones y la adaptación deben ser fomentados rápidamente, incorporando investigación de punta e iniciativas privadas en normativas vigentes. Muchos países como los mencionados se van alejando de soluciones tradicionales y apuntan a la desviación o convivencia con estos flujos–no a su detención, como se lee mucho por acá en Chile, ya que genera problemas en otras estructuras por desbalances sedimentarios–junto con una revisión profunda de sus normativas vigentes, buscando dar cohesión con las tan anheladas resiliencia y sostenibilidad.

Mientras esperamos las cifras finales de lo ocurrido en la zona central y las estrategias concretas en esta materia para que, de una vez por todas, al menos nos sintamos mejor preparados, nos quedamos con la imagen del socavón generado al costado del Edificio Kandinsky. Fuera de las responsabilidades legales, pudiendo estar todo en norma, el mecanismo de falla pareciera apuntar a un colector sobreexplotado por una fuerte demanda generada por el desarrollo inmobiliario reciente y una fuerte condición de borde dada por el Campo Dunar de Concón. El suelo sobresaturado por las lluvias se vio expuesto a un flujo puntual que filtró y provocó la desestabilización del talud. Una vez más este tipo de casos o tragedias nos muestra que nuestra resiliencia y relación con el entorno no está muy estudiada, y no parece ser muy estable para estos tiempos que vienen. En una suerte de analogía, estos eventos comienzan a socavar algunos de los paradigmas tradicionales con que desarrollamos nuestra infraestructura crítica, pero nos dan el espacio para construirla sobre fundaciones que habría que revisar o renovar.

Tomás Trewhela y Ricardo Moffat

Publicada por Emol. 

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