Robótica en la sala de clases

20 de Septiembre 2017 Columnas

Con el acceso inmediato a la información y la incorporación de nuevas tecnologías, el aula del siglo XXI dejó de ser lo que tradicionalmente se conocía como sala de clases. Los estudiantes tampoco son los mismos. La gran mayoría -94% de acuerdo a un estudio de TrenDigital, think tank de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica- posee un smartphone, una herramienta de gran versatilidad que ha provocado un cambio drástico en las dinámicas al interior del aula, haciendo necesaria la incorporación de nuevas herramientas metodológicas que permitan al docente alcanzar sus resultados de aprendizaje.

Un ejemplo de ello, ha sido la implementación hace ya bastante tiempo en Estados Unidos de la robótica en la enseñanza de Ciencias, Tecnología, Ingeniería Arte y Matemáticas (STEAM). Gracias a que en ella convergen disciplinas tan diversas como la física, matemáticas e informática, con la psicología y el diseño, alcanzar los objetivos propuestos requiere del trabajo en equipos multidisciplinarios. Lo que finalmente permite que, en conjunto con la tecnología, se desarrollen habilidades interpersonales que hoy son altamente valoradas en el mercado laboral.

Aprovechando la popularidad que hoy en día tienen los robots entre los jóvenes, el bajo costo y fácil acceso a los materiales necesarios para su implementación, es que se presenta una oportunidad importante para, a través de la robótica, hacer que el proceso educativo sea más atractivo para los alumnos.

En esta línea, profesores de Ingeniería Civil Informática de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, incorporan el uso de robots para la resolución de problemas por parte de los alumnos. Quienes, guiados por los docentes entran en un proceso de análisis y diseño de soluciones. Las que son programadas y probadas por ellos mismos, llevando así la teoría hacia una práctica tangible, cercana y atractiva. En este proceso, el fracaso se transforma en un elemento enriquecedor del aprendizaje, permitiendo a los jóvenes reconocer errores y encontrar las alternativas de solución, mejorando sus capacidades de análisis y pensamiento crítico.

Es así como la implementación de la robótica como herramienta de aprendizaje, no sólo incentiva a los estudiantes a acercarse a las ciencias, también se transforma en un elemento de socialización, contribuyendo al desarrollo de habilidades de razonamiento colectivo e interacción entre pares.

Publicado en El Mercurio de Valparaíso.

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