La carga de la recuperación mundial cambiando de eje

22 de Octubre 2014 Columnas
Hasta hace poco teníamos un panorama más o menos predecible de cómo nos iríamos acercando a la normalidad. Hoy ya no lo tenemos y eso genera incertidumbre. La carga de la vuelta a la normalidad de la economía mundial se ha volcado desde Estados Unidos a Europa. La tasa de crecimiento en Norteamérica está ya casi en los niveles naturales, mientras que la de Europa se encuentra todavía por el suelo. La inflación relativa también favorece a Estados Unidos. Parte importante de este comportamiento dispar es que la política monetaria en Norteamérica ha sido mucho más agresiva, lo que generó una depreciación fuerte del dólar y un impulso a su sector transable. Una política fiscal también más expansiva apoyó al sector de economía local.
Necesitamos que Europa comience a colaborar en la recuperación. Los anuncios de un paquete monetario bien agresivo del bloque Euro y la apreciación del dólar eran los elementos que faltaban. La economía americana pareciera ya no necesitar una moneda débil pero la europea la requiere más que nunca; las cifras del sector transable sorprenden al alza en Estados Unidos y a la baja en Europa.
Por el lado del Euro depreciado, este ya comenzará a empujar. En lo que a lo monetario se refiere, debe pasarse de los anuncios genéricos y comenzar de una vez. Las bajísimas tasas de los bonos alemanes de largo plazo reflejan que el mercado apuesta a que esto efectivamente sucederá. Además, ahora hay mayor posibilidad que la política fiscal también comience a contribuir. La oposición alemana al uso del gasto fue en gran parte motivada por su efecto en la moneda: la economía exportadora por antonomasia no podía presionar a la apreciación de un Euro ya muy alto. Una moneda no tan cara y los decepcionantes datos de actividad que comenzó a mostrar Alemania dan mayor espacio a flexibilizar su posición.
Así, aunque de forma algo distinta, igualmente nos iremos acercando al equilibrio porque los precios relativos ya se alinearon y porque todo indica que las políticas macroeconómicas responderán como deben a este nuevo escenario.
Esto no quiere decir que obtendremos altas rentabilidades en nuestras inversiones porque los fundamentos siguen débiles, las valorizaciones están menos atractivas y el sentimiento no es de lo más favorable por estos días. Los retornos serán positivos para el agregado de la renta variable, pero algo menores a los normales. Las inversiones en bonos y acciones emergentes y en renta fija de alto riesgo se defenderán bien en este nuevo escenario.
Diario Financiero

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