El desafío directivo en tiempos de cambio: adaptación y desarrollo de habilidades para el liderazgo efectivo

12 de Marzo 2024

En el primer semestre de 2023, casi un tercio de los trabajadores chilenos decidió cambiar de empleo, según el reciente informe de rotación publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas. Esta tendencia genera inquietud entre los líderes actuales, quienes se preguntan cómo retener a los talentos clave en sus organizaciones.

La atención se centra en los “millennials” (nacidos entre 1989 y 1996) y los “centennials” (1997-2005), que representan actualmente más de un 60% de nuestra fuerza laboral. Se percibe que estas generaciones son menos comprometidas y que priorizan su bienestar, desarrollo profesional y personal. Aunque podríamos cuestionar la validez de estas percepciones, dadas las diferencias individuales y los contextos sociohistóricos de la población, pareciera que existe un creciente interés en las personas por la búsqueda de un equilibrio entre la vida laboral y personal.

La policrisis reciente ha subrayado la conexión entre la salud de las personas y equipos de trabajo con la salud financiera de las organizaciones. Este contexto ha llevado a un renovado énfasis en el bienestar y la salud mental de los trabajadores. Por ejemplo, hoy en día contar con un programa de flexibilidad laboral que permita a las personas trabajar al menos algunos días desde su casa se ha transformado en el nuevo “desde” para la elección de trabajos por parte de las nuevas generaciones. Sumado a otras iniciativas de bienestar, conciliación y equilibrio vida-trabajo que ha sido abordado en mayor o menor medida por un gran número de organizaciones.

En este contexto, solemos decir o escuchar “la organización no me da oportunidades de desarrollo”, o “la empresa no tenía buen clima laboral”, como si se tratara de un ente con vida propia. Sin embargo, quienes son el principal motor de estos temas en las organizaciones son los líderes, quienes suelen ser olvidados o altamente criticados en este tipo de análisis. Por esta razón, los líderes deben abrazar este cambio y reconocer la necesidad de adaptarse a las necesidades del talento actual y futuro.

El último estudio de fuerza de trabajo multigeneracional de Robert Half muestra que los líderes deben mejorar sus habilidades para reclutar, motivar y retener a sus colaboradores. Sin embargo, un reciente estudio de Cadem y Spencer Stuart revela que el 76% de las personas sienten que sus líderes no participan en la formación de futuros líderes y que un porcentaje aún menor (34%) influye en la organización para implementar cambios.

Aunque no existen fórmulas mágicas, la evidencia sugiere ciertas habilidades que los directivos deben desarrollar en este nuevo contexto. La buena noticia es que estas habilidades pueden aprenderse y ejercitarse. Un estilo de gestión donde el líder se enfoca en los intereses de sus colaboradores genera visión compartida y prioriza las necesidades de los integrantes de su equipo para que puedan lograr su máximo potencial. Quien ejerza este tipo de liderazgo tendrá tiene un impacto relevante en el bienestar de las personas dentro de las organizaciones. Los líderes son el eslabón clave, y es crítico que estén abiertos a abrazar los cambios de mirada del talento actual. Esto agrega valor a la organización, porque si algo está claro respecto al contexto actual, es que las soluciones que antes servían para hacer frente a los desafíos ya no son suficientes y debemos intencional la búsqueda de visiones diversas, que permitan crear e innovar de manera continua. Para ello es crítico escuchar e involucrar a otros, quienes requieren sentir confianza y valoración de lo que aportan al equipo desde su diversidad y así involucrarse profundamente y desplegar todo su potencial y con ello generar ambientes que hagan frente efectivamente a los desafíos actuales.

 

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