Raimundo Sánchez es académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI (FIC), pero también es deportista y atleta de resistencia. Corre maratones y ultramaratones (carreras sobre 42 kilómetros) en la montaña, y desde hace algunos años pensaba en correr la totalidad de la avenida Américo Vespucio: hasta que decidió hacerlo.

Cuenta que tuvo varios motivos para realizarlo. Uno de ellos es promover la movilidad sostenible, un tema que va tomando cada vez más conciencia en la sociedad de Chile. Aun cuando cada vez son más personas las que optan por trasladarse en bicicleta o a pie, el académico asegura que aún falta potenciar mucho más los modos de transporte sostenibles: “Siempre me ha llamado la atención lo difícil que es caminar en algunas partes de la ciudad, donde es común encontrar veredas en mal estado, o incluso no hay, y en Américo Vespucio esto ocurre bastante, sobre todo en las secciones de autopista. Esto es grave ya que la Circunvalación de Américo Vespucio es un hito de la planificación urbana de la ciudad de Santiago, pero su uso hasta ahora es primariamente para el transporte de vehículos motorizados”.

Durante este trayecto, que denominó ’Circunnavegación de América’, “ya que muchas veces se nos olvida que el nombre de nuestro continente americano viene de Américo Vespucio, pero solemos referirnos a la calle por el apellido”, Raimundo estuvo seis horas y quince minutos en movimiento, para un total de 65.8 kilómetros: “El clima estuvo perfecto, y el plan se pudo cumplir al pie de la letra. La fecha la escogí para que coincidiera con la ejecución de la maratón de Santiago, cuyo recorrido tiene 10 kilómetros de Américo Vespucio, desde Grecia hasta Vitacura, donde comencé y terminé mi recorrido. Esto significa que los últimos 10 kilómetros de la vuelta lo hice con la compañía de los corredores de la maratón”. Sobre la vuelta, dice, “la corrí solo, pero un alumno de tercer año de Ingeniería UAI (Jose Pablo Mery) me escoltó en auto durante casi todo el recorrido, llevando la alimentación, hidratación y abrigo que fui necesitando durante el esfuerzo”.

En la vuelta del recorrido, Sánchez validó que, efectivamente, hay muchas secciones de Vespucio sin vereda, en otras la vereda estaba en pésimas condiciones, “y me tocó pasar al lado de un choque en plena vereda. Pude constatar la triste verdad de que hemos construido una ciudad hostil hacia el peatón, y tenemos trabajo pendiente en transformarla en una más amable con los ciudadanos a pie”.

En cuanto al vínculo de esta experiencia con el mundo académico, del que forma parte, Sánchez expresó que, “estudio los deportes de resistencia desde una perspectiva cercana a la ingeniería de transportes, a través de ciencia de datos, y modelamiento territorial, por lo que el deporte y la ciudad son dos temas que se relacionan bastante y en este proyecto los pude combinar”. 

Finalmente, el profesor agregó que “en el futuro espero que pueda repetir la experiencia, y ojalá se vaya sumando cada vez más gente, transformándose en una carrera tradicional de la ciudad de Santiago, y a través de esto ir generando conciencia para que mejoremos la infraestructura vial de cara al peatón”.