Carlos Franco y el periodismo de datos: “En Chile todavía falta el verdadero compromiso de la industria de la prensa”

6 de Abril 2016 Noticias

Su libro, escrito junto a Andrés Fuenzalida, es una “introducción al periodismo de datos” en Chile, una disciplina que se explora en las universidades y que aún busca su espacio en los medios de comunicación. En cinco preguntas Carlos Franco explica los orígenes de la publicación y cómo pasó del aula al papel. La entrevista la realizó Patricio Contreras, editor de Puroperiodismo.cl, la revista digital de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado de la que también es Coordinador de Publicaciones Digitales. 

“Números que hacen noticia” nace de la experiencia de un curso que dictaste en la UAI. ¿Cómo te preparaste para incursionar en esta área?

Durante los años 2012 y 2013 tomé varios cursos en línea del Knight Center for Journalism de la Universidad de Texas en Austin, impartidos principalmente por la periodista argentina Sandra Crucianelli. De ahí en adelante avancé de manera autodidacta, revisando literatura disponible, fundamentalmente textos de Paul Bradshaw, Simon Rogers y el Manual de Periodismo de Datos anglosajón resultante del Moz Fest 2011.

Eso me entregó una foto amplia sobre el periodismo de datos. Lo necesario para invitar a mis alumnos de Viña y Santiago de Periodismo Digital II a conocer sobre este método de reporteo. Aprovecho de precisar que la experiencia que relata “Números que hacen Noticia” no trata de un curso completo dedicado al tema. Fue una aventura de un mes y medio aproximadamente. Una unidad dentro de la asignatura de Periodismo Digital II.

Un curso de un semestre completo habría requerido mayores conocimientos de mi parte sobre minería de datos. Lo interesante es que la experiencia que muestra el libro nos abrió los ojos acerca de la necesidad de especializar profesores y reclutar expertos de otras áreas (diseño e ingeniería, por ejemplo). En ese camino estamos ahora. Yo estoy de cabeza estudiando data mining, estamos trabajando en conjunto algunos cursos con el Design Lab de la UAI y modificamos la malla de los alumnos que este año entraron a periodismo. Ellos, en cursos más avanzados, tendrán periodismo de datos en todo su esplendor.

¿Cómo dividieron la creación del libro con Andrés Fuenzalida?

Por las experiencias laborales de ambos, la división de contenidos del libro resultó casi de forma natural. Andrés maneja mucho mejor los temas informáticos y en mi caso, por mi experiencia como editor de prensa, me muevo con más soltura en los focos periodísticos.

Mi mano está en los capítulos introductorios, los referidos a la nueva pirámide invertida, los ejemplos periodísticos prácticos de cómo se aterriza cada técnica de recolección de datos, las investigaciones de nuestros alumnos, la revisión de cada una de las plataformas de visualización y de datos abiertos que recomendamos.

Andrés hizo un gran trabajo esquematizando cada uno de los procesos de recolección (scraping, wobbing, crowdsourcing), trabajó las definiciones que requerían mayor conocimiento informático (parseo y minería de datos) y además se encargó de contactar a los expertos que respondieron a nuestras preguntas (Sandra Crucianelli, Paul Bradshaw, Alex Neuman Van Der Hans, Mariana Santos y Mariana Berruezo).

Al terminar un capítulo lo compartíamos con el otro para hacer edición conjunta y darle el OK. Al culminar el último borrador nos dimos cuenta de que habíamos escrito casi la misma cantidad de hojas cada uno.

¿Cómo observas el estado actual del periodismo de datos en Chile?

En Chile todavía falta el verdadero compromiso de la industria de la prensa. Copesa y el grupo Edwards tienen recursos de sobra para generar departamentos de periodismo de datos en sus diarios. Por lo menos en sus productos estrella: La Tercera y El Mercurio. No digo que jamás haya visto una pieza de periodismo de datos en sus ediciones online. Cuando publican algo así, lo celebro; pero les falta convicción para dar un paso más contundente en la dirección de lo que han hecho, por ejemplo, La Nación Data o Clarín Data en Argentina.

Curiosamente Teletrece ha hecho un trabajo bien interesante. Incluso diría que más atrevido que la prensa escrita. Y digo curiosamente porque soy un convencido de que el periodismo de datos es periodismo investigativo digital por definición; fundamentalmente porque permite un exquisito tipo de interacción al público. Por eso digo que los más interesados debieran ser las versiones electrónicas de los diarios. Lamentablemente no veo que sea así. Emol dedica mucho espacio a videos irrelevantes y La Tercera sigue utilizando enormes sábanas de texto que parecen copiadas y pegadas íntegras de su versión papel.

Afortunadamente hay gente que lleva un buen rato haciendo esto por fuera: Miguel Paz, con Poderopedia y los chicos de Ciudadano Inteligente (por mencionar a algunos). Ustedes mismos en Puroperiodismo hacen una buena labor con la difusión de este tipo de disciplina y otras más que buscan la mejora constante del periodismo

¿Crees necesario que las escuelas de periodismo lo incorporen como parte fundamental de su currículum o debería ser una especialización optativa?

Esa es la otra parte que falta para que se produzca una irrupción contundente del periodismo de datos en la industria de medios. Si las universidades no capacitamos a nuestros alumnos, las empresas periodísticas tampoco tendrán dónde echar mano para implementar cambios relevantes. Yo creo que las escuelas de periodismo debieran incorporarlo como parte fundamental del currículum. No como algo optativo. En la Escuela de Periodismo de la UAI vamos en esa dirección.

¿Cuál fue la última visualización de datos que te impresionó?

Siempre aparecen visualizaciones que sorprenden, pero mi favorita es una del año 2010, del Data Blog de The Guardian. Después de que Wikileaks revelara datos sobre muertes de 70 mil civiles en Irak muchos medios publicaron la información de la forma tradicional. El diario El Mundo por ejemplo, hizo un texto largo y contundente con los datos que consideraron más relevantes de esa montaña de 70 mil documentos. The Guardian, en cambio, optó por mapear cada una de las muertes. La visualización impresiona porque es un mapa de Irak que tiene marcados los lugares exactos en que ocurrieron las muertes. Al posar el cursor sobre alguna se despliega un cuadro con el detalle de cada incidente que te indica cuántas personas murieron, cuál fue la causa, si eran civiles o militantes rebeldes, etc. El maestro Simon Rogers está detrás de ese trabajo. Cuando la muestro a mis alumnos disfruto ver sus expresiones. La mayoría boquiabiertos.

*Fuente: Puroperiodismo.cl 

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