A principios de año, la Universidad Adolfo Ibáñez, a través de su Facultad de Ingeniería y Ciencias (FIC), llegó a un acuerdo con ALSTOM Chile S.A para que las baterías de los trenes del Metro de Santiago que iban a ser desechadas por recambio obligatorio, fueran donadas a diferentes universidades chilenas con fines educacionales y de investigación. 

Desde ALSTOM explicaron que las baterías fueron retiradas en virtud de la periodicidad indicada en el plan de mantenimiento programado del Metro de Santiago, sin embargo, estas tienen una vida útil que podría extenderse, como mínimo, entre 5 y 10 años más. Es por esto que, si no hubiesen sido donadas, habrían sido neutralizadas para su disposición final como residuo industrial, tal y como se ha hecho en otras ocasiones.

Pablo Pedreros, Project Manager de ALSTOM Chile, comentó que para la empresa “el medio ambiente es muy importante, siendo la movilidad verde uno de nuestros objetivos corporativos”, razón por la que “es gratificante poder contribuir en darle una segunda vida útil a estas baterías”.

De esta forma, las universidades que se sumaron a la iniciativa y recibieron lotes de baterías fueron la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), la Universidad Austral (UACh), la Universidad de Chile (UCh) y la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM). 

De acuerdo con el académico Felipe Larraín, la UAI utilizará las baterías en actividades de docencia e investigación. Con respecto al primer uso, las y los estudiantes podrán implementar sistemas de accionamiento de motores eléctricos utilizando equipos de electrónica de potencia y bancos de baterías. Además, la donación permitirá realizar ensayos de caracterización de los almacenadores, incluyendo características de carga, descarga, monitoreo de variables eléctricas y como consecuencia, estimación del estado de carga.

En cuanto a la investigación, el profesor FIC confesó que “varios académicos estamos impulsando aplicaciones de las baterías en microrredes de distribución que incorporan energía solar fotovoltaica e hidrógeno verde”, y agregó que también “estamos interesados en desarrollar modelos de estimación del nivel de degradación de las baterías para incentivar, en lo posible, el paradigma de la economía circular”.

Por su lado, el académico FIC Luis Gutiérrez agregó que “las baterías también están siendo usadas para impulsar una Startup nacida en la UAI, YUZZ, que busca potenciar cargadores públicos y privados de vehículos eléctricos, permitiendo entregar mayor potencia en períodos de demanda máxima cuando la red eléctrica está más estresada”.

En tanto, la Universidad Austral de Chile utilizará las baterías tanto en actividades de docencia, donde estarán disponibles para hacer pruebas de determinación de características técnicas y de modelos equivalentes, como en investigación, donde serán utilizadas para la emulación de una embarcación eléctrica en el Laboratorio de Máquinas Marinas y para desarrollar una microrred en el Laboratorio de Energía y Potencia Eléctrica de la institución.

“Me parece muy valioso potenciar el modelo de colaboración industria/universidad que considera el uso de tecnología de las empresas en los centros de estudio, de manera de aprovechar elementos residuales que, de otra forma, hubiesen terminado en zonas de sacrificio”, puntualizó el profesor Lorenzo Reyes en representación de la UACh.

Finalmente, y en representación de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, el profesor Felipe Larraín aseguró que este proyecto de donaciones “sienta un excelente precedente para que otras compañías, bajo un modelo similar, establezcan vínculos virtuosos con la academia”.