Esta terrible pandemia debe ser una oportunidad para dejar atrás el abuso sistémico enraizado en la sociedad chilena. Que todo el dolor nos sirva para crecer y no para reafirmar un sistema cultural colonial, que ha sobrevivido demasiado tiempo en gobernantes y poderosos.
La eficiencia y productividad de un trabajador no sólo deben vincularse con la cantidad de horas trabajadas, sino con la calidad de las mismas. Largas jornadas de trabajo no son sinónimo de eficiencia y productividad.