Dice que la conexión que se logra con los caballos es única, que la relación termina siendo casi de amistad. Benjamín Pinto creció rodeado de estos animales – su abuelo tiene un campo donde crían caballos de salto y su mamá también practica esta disciplina- por lo que él desde chico, comenzó montando ponis hasta llegar a competir por los equipos de Chile.

El trabajo previo que realizó al Gran Premio de Salto – desarrollado en el Club de Polo y Equitación San Cristóbal-  fue intenso: “He venido entrenando durante todo el año para llegar de la mejor manera a estos selectivos y al próximo Americano. También, ya he tenido a mi yegua (Rebelle Moon Z)  por un tiempo, entonces la estoy conociendo cada vez más y obteniendo mejores resultados.”

Así fue como finalmente se quedó con el primer lugar del Gran Premio de Salto y además, obtuvo el primer lugar en la categoría Young Riders. Esto último le dio el paso al Americano que se desarrollará en octubre en Buenos Aires. “Las expectativas para el Americano siempre son altas. Uno quiere representar al país de la mejor manera y tratar de conseguir medallas. Estoy consciente que se compite contra los mejores de cada país, lo que es bastante complicado. Como es mi primer año en la categoría (Young Riders) quiero tratar de hacer lo mejor que pueda y ojala traer medallas.”

Benjamín entró a estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez como deportista destacado, y cuenta que ha logrado ingeniárselas para compatibilizar sus estudios con los entrenamientos: “Por suerte tengo un horario que me permite entrenar todos los días. Esto me ayuda a obtener mejores resultados. Lo más importante es ser pro-activo y aprovechar bien el tiempo. Hay varios sacrificios que uno tiene que hacer para compatibilizar ambas cosas, pero al final vale la pena.” ¿Su gran sueño? Representar a Chile en los Juegos Olímpicos.

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