Cátedra Edmund Burke UAI: ¿Qué régimen político?

19 de Abril 2021 Noticias
Cátedra Edmund Burke UAI: ¿Qué régimen político?

Cientista político José Antonio Cheibub explicó cómo funciona el semi-presidencialismo, el parlamentarismo y el presidencialismo en la práctica internacional.

Revisa la charla en español, aquí. 

Con la charla ¿Qué régimen político? ¿Cómo funciona el semi-presidencialismo, el parlamentarismo y el presidencialismo en la práctica internacional? se dio inicio al ciclo Conversaciones Constitucionales de la Cátedra Edmund Burke, moderada por el director de la ésta y académico de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, Arturo Fontaine. En la cita además del ponencista, José Antonio Cheibub, profesor de Ciencia Política, Texas A&M University; participaron Isabel Aninat, Decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Adolfo Ibáñez y Rodrigo Correa, académico de la Facultad de Derecho de la misma institución.

Cheibub comenzó su exposición explicando los tres grandes tipos de constituciones democráticas que existen hoy día en el mundo: parlamentarismo, el semi-presidencialismo y el presidencialismo. “No voy a proponer ni a defender la adopción de alguna de estas maravillas, esto no es algo que corresponda a mi rol creo yo, esto de estar proponiendo cosas, sencillamente llamar la atención respecto de algunas observaciones, en el sentido de que algunas de las cosas que se han pasado por alto en la ciencia política o cosas que hay que pensar cuando nosotros, ustedes, en Chile vayan a elegir los miembros de la Asamblea Constituyente, sobre los tipos de sistemas que quieren tener”, explicó.

Así detalló que en el parlamentarismo el rasgo crucial es que el gobierno permanece en el poder mientras sea tolerado al menos por una mayoría en el parlamento: “Algunos miembros del parlamento pueden proponer un voto de desconfianza o censura en el gobierno por razones puramente políticas. Si la propuesta es aprobada por mayoría, entonces el gobierno, el Primer Ministro y el gabinete, debe renunciar. Después de la renuncia, sucede una de dos cosas: 1- Se forma un nuevo gobierno con el parlamento que ya está reunido o 2- Se celebran nuevas elecciones, se establece una nueva distribución de escaños, se forma un nuevo gobierno”.

Por su parte, en el presidencialismo el rasgo crucial es que el gobierno, el Presidente y los ministros, no pueden ser destituidos de su cargo por una mayoría legislativa: “Los poderes ejecutivo y legislativo son independientes entre sí. Tanto el Presidente como el congreso son elegidos en elecciones separadas y por un período fijo. El congreso no puede remover al Presidente y el Presidente no puede disolver el congreso”.

Finalmente, en el semi-presindencialismo se combina rasgos del parlamentarismo y el presidencialismo: “Como en el parlamentarismo, el gobierno, Primer Ministro y gabinete, permanecen en el cargo mientras una mayoría legislativa lo tolere y esté sujeto a un voto de desconfianza y como en el presidencialismo, el jefe de estado, el presidente, es elegido popularmente por un período fijo en el cargo”.

Posteriormente, Cheibub, explicó los debates sobre la mejor forma de gobierno puntualizando que el parlamentarismo se asocia a la flexibilidad y estabilidad política, teniendo al Reino Unido como su arquetipo y siendo predominante en Europa Occidental, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Japón, Israel, India y Nepal. Por su parte, el presidencialismo es asociado a rigidez e inestabilidad política. En este caso, Estados Unidos es el mayor arquetipo, aunque este tipo de gobierno es también predominante en Latinoamérica, Corea del Sur, Filipinas, Kenia y Nigeria. En tanto, el semi-presidencialismo, adoptado recientemente en muchos países, no está asociado con ninguno de los dos. Francia es el arquetipo de este tipo de gobierno que predomina también en Europa del Este, Portugal, Sri Lanka, Taiwán, Mongolia, Cabo Verde y Mali.

A continuación, el académico detalló los avances, ventajas y desventajas de cada uno de estos regímenes exponiendo que: “Cada tipo de democracia ha funcionado bien en algunos lugares y no tan bien en otros. Las diferencias promedio en el desempeño dependen del conjunto de países, el período de tiempo y los resultados que se consideren”, a juicio de Cheibub, en el “diablo” están los detalles: “En el parlamentarismo, la protección del gobierno y el parlamento de la interferencia mutua; en el semi-presidencialismo lo mismo más la preocupación por la convivencia y en el presidencialismo, poderes presidenciales y fiscalización legislativa. Dada la tradición constitucional, la pregunta debería ser: ¿qué se puede hacer para que el tipo de democracia que tenemos funcione de la mejor manera posible?”

Cheibud puntualizó que su impresión después de estudiar constituciones y los procesos de redacción de constituciones es que “estas soluciones surgen como parte de un diagnóstico que ha llevado a la necesidad de redactar una nueva constitución o que llevó a la crisis que llevó a la formación de una nueva constitución o las enmiendas o las reformas a una constitución actualmente existente. Una de las cosas que yo creo es importante, porque no creo que haya una respuesta genérica, es que cada uno de los aspectos deben considerarse en función del diagnóstico de la crisis que los llevó a este proceso”.

El académico concluyó su exposición planteando que: “creo que muchas de las discusiones institucionales tienen que ver con la idea de que las cosas tienen que producirse en un periodo corto, que tenemos que resolver los problemas de manera inmediata y que, si no se resuelven de manera inmediata, entonces es una crisis. Yo entiendo que hay situaciones que tienen condiciones, socioeconómicas, demográficas, etc., que son muy explosivas, pero eso más que una excepción es una norma para los sistemas, lo que me sorprende es que hablemos muy poco de la paciencia. Para mí, esta es la esencia de la democracia, es que ningún partido va a poder imponer sus preferencias respecto de otro actor, entonces, en esencia en las situaciones en las que las personas están obligadas a cooperar, a negociar y no estoy hablando de la bondad, del espíritu de las personas, sino que creo que necesitamos incorporar un poco de este deseo de decir que no podemos lograr todo muy rápido, me encantaría, pero es muy difícil. La democracia es por definición intrínsecamente gradual y creo tenemos que aceptar aquello”.

Para ver la actividad en inglés, ingresa aquí.

Ve la presentación completa en español, aquí.

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