Roberto de León Plicet cursó nuestro MBA International Programme (hoy MBA Full Time International programme) hace 12 años. Junto con él, también  lo hicieron 16 alumnos de Panamá (su país de origen) y en total eran 60 alumnos de distintas nacionalidades que vivieron un año intenso de aprendizaje.

Roberto recordó esa etapa en su cuenta de Instagram, y con su autorización, aquí la reproducimos:

“A medida que pasan los años las personas desarrollan ciertos anhelos y trabajan en la medida de lo posible para hacerlos realidad. En mi caso, entre los 23 y 28 años, un gran anhelo que tenía era poder salir de mi país a cursar una maestría. Soñaba no solo con obtener un titulo universitario sino también con la oportunidad de estar por mi cuenta en otro ambiente y exponerme a nuevas experiencias. Apliqué a cuántas becas pude y de hecho en una ocasión en el 2003 estuve a muy poco de ganarme una para estudiar en Japón (cosa que casi nadie sabía – ni mi familia – hasta ahora que lo comento en este post). Sentía que no se me iba a dar pero como dicen…¡el hombre propone y Dios dispone!

En los primeros meses del 2007 via chat saludé a una gran amiga, Celina Gómez, y ella me dio, sin querer, una información con respecto a una beca que ella ya había obtenido y que justo por ese tiempo estaban abiertas las aplicaciones para un nuevo grupo (…) Apliqué a la beca (otra aplicación más recuerdo que decía), y para mi sorpresa, en esta ocasión, fui seleccionado y aceptado en la Escuela de Negocios de la UAI en Santiago de Chile, lugar que en 1 año me transformaría en lo profesional y personal.

Desde el día 1 que puse pie allá sabía que todo seria una gran experiencia. Una universidad de élite, con instalaciones de otro mundo… ¡en medio de una montaña en plena ciudad donde veías la nieve caer! ¡Para mi era surrealista todo y apenas comenzaba! Recibí clases con profesores que nunca podré olvidar como Andrés Toledo y conocí 59 compañeros de múltiples nacionalidades y alto potencial (todos éxitosos hoy en día) que fueron realmente una bendición por las experiencias que me permitieron vivir junto a ellos dentro y fuera del salón de clases.

¡Hoy, a 12 años de la graduación, agradezco a Dios la maravillosa oportunidad que me dio en esa etapa de mi vida de la cual no cambiaría nada!”