El rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Harald Beyer, dio la bienvenida a la UAI al decano de la Escuela de Políticas Públicas de The London School of Economics y ex Ministro de Hacienda, Andres Velasco. El también ex candidato presidencial dictó – ante una variada audiencia- la charla “Elaborando políticas públicas en la era del populismo” y luego integró un panel de conversación junto al decano de la Escuela de Gobierno de la UAI, Ignacio Briones y al Luis Felipe Céspedes, ex ministro de Economía y profesor de la Escuela de Negocios de la UAI.
Velasco comenzó su intervención desechando la hipótesis que los populismos actuales tengan raíces económicas. “Antes, el populismo en América Latina consistía en gastar mucho y ahorrar poco, pero ahora hay un nuevo populismo que coincide que es anti- expertos, anti tecnócratas, anti elite. ¿Por qué ha pasado esto?” dijo, asegurando que ni siquiera es evidente que el populismo en países ricos como Estados Unidos e Inglaterra tenga estas raíces económicas. “Si la raíz del populismo fuera económica, veríamos un auge de populismo sólo de izquierda. Pero también hay un auge desenfrenado de populismo de derecha,” argumentó Velasco.
Lo que Velasco cree es que hay un choque entre lo que la democracia debería hacer y lo que la democracia efectivamente hace. “La democracia es lenta” asegura, cuando la sociedad actual busca soluciones rápidas. “La problemática de la migración es compleja. Trump propone una solución rápida. Construir un muro.” Esto, además, es favorecido por el actual clima de medios y la tecnología, que este tipo de populismos saben explotar muy bien. “Hoy, yo puedo buscar la fuente que más me gusta para informarme, y es fuente suele ser la que piensa igual a mí y lo que hace, finalmente, es reafirmar lo que pienso.”
En ese aspecto coindice con él el profesor Céspedes, quien ve tres tendencias fundamentales en el surgimiento de los populismos: El cambio demográfico, la globalización y el cambio tecnológico. “Esto último implica un cambio social que afecta la forma en que vemos a nuestros representantes y que explica, por ejemplo, por qué hoy la sensación de vulnerabilidad es mayor.”
En ese sentido, Velasco cree que líderes como Trump y Chávez tienen en común que construyen políticas identitarias excluyentes. “La política de ambos es más bien identitaria. El politólogo alemán Jan-Werner Müller plantea que los populistas adoptan un lenguaje moralista, en la que afirman que la identidad del pueblo enfrentándose a un malhechor. En el caso de Chávez este enemigo eran los yankees o la CIA, o en el caso de Trump los inmigrante y extranjeros.”
Por eso, Velasco piensa que una de las soluciones para atacar a los populismos sería “construir identidades nacionales liberales e inclusivas, en vez de excluyentes como las que propugna el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.” Un ejemplo de esto último, para él sería lo que hace Justin Trudeau en Canadá y Emmanuel Macron en Francia. “Una respuesta al populismo es buscar identidades en valores compartidos. Puede haber un pegamento identitario que sostenga a la sociedad. Uno podría aspirar a que sea un conjunto de valores compartidos.” De Trudeau expresó que “el mandatario canadiense tiene un discurso precioso en el que dice que ser canandiense es hacer sido criado en una sociedad diversa, que la esencia está en recocijarse en la diversidad. Y plantea esto justamente porque el 25% de los canadienses nacieron fuera del país, algo muy distinto en el caso de Chile que es de un 2%.”
¿Y puede Chile estar excluido de los populismos? “Como país nos gusta pensar que somos únicos y que lo que nos ocurre nos pasa solo a nosotros. Pero no es así, si uno ve los últimos 50 años de nuestra historia, mientras hubo dictadura aquí también la hubo en Argentina y Brasil, mientras los pingüinos marchaban a nivel mundial también lo hacían en Chile,” dijo Velasco. “Los dos políticos mejor evaluados en las encuestas actualmente son Beatriz Sánchez y José Antonio Kast, por lo tanto la pregunta que yo hago a los académicos aquí reunidos es ¿cuál es la probabilidad de que uno de ellos pasen a segunda vuelta en tres años más? Nada de raro.”
Por eso Velasco creo que el desafío para los demócratas liberales y las escuelas de políticas públicas es entender que vivimos en un mundo distinto. “Nos hace falta no sólo formar expertos sino que además líderes políticos que entiendan estos temas y tomen decisiones, ” concluyó.