El programa se estructura sobre la idea del aprendizaje activo, esto es, una interacción permanente entre los participantes, donde el profesor se transforma en un guía y facilitador del proceso. La clase, por lo tanto, a través del análisis de las dinámicas que se van generando en ella misma, permite a los alumnos analizar las dinámicas más comunes de un sistema organizacional o social que enfrenta desafíos adaptativos.

Además, para aprender de la experiencia de cada participante, los alumnos deben discutir casos reales de liderazgo dentro de sus propios grupos de consultoría. Este tipo de aprendizaje vivencial es altamente demandante para los participantes por lo que se recomienda no tomar el curso si se está en un proceso de luto, enfermedad de alguna persona cercana o tratamiento psiquiátrico, tal como depresión o similar.

Grupos de Consultorías

Los participantes que componen la clase son divididos en grupos de consultoría de ocho a diez miembros, que deberán juntarse cada semana en una sesión de una hora y media. El objetivo de estas sesiones es servir de laboratorio para que los participantes puedan:

• Aplicar lo que aprenden en la clase y en las lecturas a sus propias experiencias.
• Investigar vías para ejercer liderazgo, con o sin autoridad.
• Descubrir y analizar las dinámicas a través de las cuales los grupos realizan y evaden el trabajo adaptativo.

Cada semana, utilizando los conceptos aprendidos en clases y tomados de las lecturas, cada grupo debe analizar un caso personal de liderazgo fallido presentado rotativamente por cada uno de sus integrantes, siguiendo el modelo contenido en una guía distribuida en clases. En cada sesión, el grupo es presidido por un integrante distinto.