Wenceslao Unanue es co-autor de libro sobre felicidad junto a Bután y expertos mundiales

24 de Noviembre 2017 Noticias

Bután es un pequeño país de menos de un millón de habitantes ubicado a los pies del Himalaya en Asia, reconocido por su rey que renunció a la poligamia por su reina plebeya, el colorido de sus ropas típicas, por restringir el turismo para privilegiar el cuidado de su entorno,  la tranquilidad de sus habitantes budistas y sobre todo, por ser el primer país en el mundo que decidió medir la felicidad de sus habitantes por sobre el producto interno bruto. 
“El monarca de Bután que reinaba en los años 70  le dijo al mundo que era más importante la felicidad que el ingreso y ahí nació el concepto de Felicidad Interna Bruta como cuestionamiento al Producto Interno Bruto. Al comienzo, el mundo no le dio mucha importancia a esto, pero después, creció el interés,” 
cuenta Wenceslao Unanue, profesor de la Escuela de Negocios de la UAI y co-autor del recientemente lanzado libro “Happines. Transforming the Development Landscape”editado por Dasho Karma Ura, director del  del Centre for Bhutan Studies. Por primera vez en la historia, el libro reúne a los mayores expertos mundiales en materia de felicidad, tales como Ed Diener, de la Universidad de Illinois; Martin Seligman de la Universidad de Pennsylvania; Matthieu Ricard de Shechen, de Tennyi Dargyeling Monastery, Nepal; y Sabina Alkire de Oxford University, entre otros/as.

Una obra revolucionaria, escrita en lenguaje sencillo para que pueda ser leída por todo el que quiera y además, gratuita. (Puedes descargar el libro AQUÍ.“Por primera vez se juntan los expertos más grandes del mundo, llegando a un concenso sobre la importancia de la felicidad para las politicas publicas, el mundo del trabajo, el medio-ambiente, la educación, entre otras áreas. Es decir, el libro muestra la importancia de la felicidad y el florecimiento humano para la construcción de un mundo mejor,” explica Wenceslao Unanue. Pero ¿Por qué Bután? ¿Qué tiene que ver este país con el estudio de la felicidad?Pero  ¿Qué tiene que ver Bután con el estudio de la felicidad?

La Felicidad y el rey de Bután

La relación del profesor Wenceslao Unanue con Bután es de larga data y comienza cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba, el 2011, una resolución que reconoce la búsqueda de la felicidad como “un objetivo humano fundamental” e invita a los Estados miembros a promover políticas públicas que incluyan la importancia de la felicidad y el bienestar en su apuesta por el desarrollo. “Fue super revolucionario porque la aprobaron todos los Estados miembros por unanimidad, incluso Chile. ¿Por qué? La felicidad la entendemos como plenitud, no sólo como alegría. La entendemos  como construir relaciones significativas con otros, encontrarle sentido a la vida, ser altruistas, y compasivos, y un montón de cosas más que engloban la plenitud y el florecimiento humano. Desde este paradigma, nos hemos dado cuenta de que si las personas son más felices, funcionan mejor en todos los ámbitos de la vida. Por ejemplo tienen mejor salud física, mejor salud mental, en el trabajo son más productivos, son más altruistas, cuidan más el medio ambiente, y luchan más fuertemente por disminuir la pobreza y las desigualdades. Las personas más felices tienen, también, menos tendencia a las adicciones y a desarrollar enfermedades mntales. Por todo esto, a la ONU les interesa mucho promover la felicidad para ayudar a solucionar muchos de los problemas que existen en el mundo actualmente,” explica el profesor.

La ONU le pidió entonces a Bután que liderara un proceso de cambio en el cual ayudara al mundo a pensar en un modelo de desarrollo que fuera complementario al nuestro, pero distinto en muchos aspectos. “El modelo occidental pone el acento en el PIB, en el dinero, y la ciencia lo que ha demostrado es que si pones el foco en eso eres menos feliz y además destruyes el planeta.”

Bután conformó un grupo de trabajo con las Naciones Unidas, convocando a 70 expertos del mundo en felicidad. El profesor Unanue fue uno de los invitados, y en esas circunstancias tuvo la oportunidad de conocer al rey de Bután y tener conversaciones con él. (Algunas de sus  reflexiones sobre ese encuentro están en esta columna que el profesor escribió en el diario El Mostrador. Abajo, el registro de uno de sus encuentros.) El 2013, los expertos lanzaron un reporte más técnico, que circula entre todos los miembros de  la ONU, pero ahora los especialistas quisieron hacer un trabajo que pudiera ser entendido con facilidad por todo el que quisiera. Así, hace pocas semanas, durante la última conferencia de Felicidad Interna Bruta se realizó el lanzamiento del libro “Happines. Transforming the Development Landscape” que está teniendo impacto mundial.

La sustentabilidad del planeta y el rol de la felicidad en ella

– Profesor, ¿Por qué surge la idea de este libro?

Si miran el estado del desarrollo, ha habido un incremento del ingreso gigantesco, sobre todo el mundo occidental, pero tenemos más de 2.500 millones de personas viviendo en pobreza. La desigualdad ha llegado a sus niveles máximos, así, los datos muestran que el 20% de la población del mundo consume el 80% de los recursos y el 20% más pobre consume menos del 1%. Hay crisis de gobernabilidad, crisis de adicciones, el crecimiento de las enfermedades mentales, el cambio climático… todos estos problemas a juicio de las Naciones Unidas están poniendo en jaque el futuro de la humanidad. Un dato concreto es que si seguimos consumiendo energía como consumimos, el 2050 deberíamos tener 3 planetas para poder seguir el ritmo de consumo. Construir felicidad en el interior de cada persona puede ser un antídoto a todo esto que no hemos sido capaces de solucionar, a pesar de nuestros ingresos crecientes. La solución no pasa – al menos en el mundo desarrollado por crecer más – pasa por movernos a una sociedad más altruista.

– ¿Cuál es, entonces, la postura del libro?

Si logras entregar herramientas para que las personas sean más plenas en su vida, todo lo mencionado anteriormente debería cambiar. ¿Por qué? Por ejemplo, las personas más felices cuidan más su cuerpo, cuidan más su mente, ayudan más a otros. Las personas más felices ahorran más agua, cuidan el planeta, son más altruistas, consumen menos, son menos materialistas. Si entregas ese mensaje, pero con datos científicos, con estudios de reconocidos expertos del mundo y a la vez entregas herramientas, las personas podrán ser más felices y así vivir mejor y ayudar a la sustentabilidad del planeta.

– ¿Cómo se puede definir la felicidad?

Hay una larga lista de cosas que te hacen más feliz, unas en la vida otras en el trabajo. Pero los estudios demuestran que el mayor determinante de la felicidad son las relaciones y los vínculos. Estar conectado a otros que tú quieres y a otros que te quieren. Esto es transversal a todos/as. Por ejemplo, tanto pobres como ricos pueden construir vínculos significativos. Pero también los pueden perder. Es importante recalcar que no sólo se construyen vínculos con la familia y amigos, sino que además con la comunidad. Por lo tanto, de aquí la importancia del altruismo, la generosidad y la amabilidad para aportar a una mejor sociedad. El altruismo es uno de los mayores determinantes de la felicidad. Cuando las personas hacen cosas por otros, no sólo ayudan a otros, sino que se ayudan sobre todo a ellos mismos, incluso sin saberlo.

– ¿Qué tipo de medidas públicas se pueden aplicar para trabajar en la felicidad de los países?

Algunas son bastante disruptivas, como regular la televisión, por ejemplo. En Suecia, hace años, está prohibida la publicidad comercial para menores de edad. Nosotros la tenemos a cualquier hora del día. Si la ve un pequeño/a, les cambia el switch. Lo formas materialista y consumistas, lo que a la larga lo hará menos feliz y menos ecológico. En Bután, hasta hace poco estaba prohibida la televisión y cuando la legalizaron el año 99, se dispararon las tasas de divorcio, las tasas de alcoholismo, etc. Es nefasta, porque constantemente está vendiendo un mundo que no existe. La comparación social es algo malo para la felicidad. Vamos ahora al mundo del trabajo. Las organizaciones también deben preocuparse de la salud mental de la personas. Hace muy poco,  en Chile,  el Ministerio de Salud lanzó un protocolo de riesgos psicosociales con el cual las empresas están obligadas a medir la salud mental de sus trabajadores. Por último hablemos de educación. Junto a la fundación que dirijo (Instituto Bienestar), implementamos un programa maravilloso en los colegios que pretende enseñarles gratitud a los niños en los colegios,  enseñarles altruismo, e incluso a meditar. Todas esas cosas son recomendaciones van en el libro, pero con evidencia científica, y datos.

– ¿Cuál es su diagnóstico sobre Chile en esta materia?

Cuando uno habla de felicidad son muchos ámbitos en que nos movemos: políticas públicas, medio ambiente, etc, hay muchos temas que tienen que ver con un paradigma nuevo. En la discusión sobre las AFP uno puede discutir sobre si están bien o mal administradas y quien las administra,  pero lo que no es discutible es que un sistema egoísta, porque la persona va a jubilar en base a la plata que puso y la plata que puso es en base a su sueldo. Uno debe promover un sistema altruista de sociedad. Ojalá, y no necesariamente por la fuerza, las personas estuvieran dispuestas a que un porcentaje de su jubilación  vaya a un pozo global a ayudar a las personas que tienen menos. Si no, el sistema igual reventará. De seguir como estamos en Chile, vamos a tener más de la mitad de la gente jubilando con menos del sueldo mínimo. Es un sistema económico que no se sustenta. Chile va a quebrar si es que eso pasa. Por otro lado, el modelo que tenemos en salud es extraño e injusto. Cuando conocí al rey de Bután no podía creer que en Chile teníamos salud privada. Estaba extrañado de que co-existiesen sistemas públicos y privados en Chile. Me dijo… “la salud privada va a destruir la salud pública. La primera le paga más dinero a los médicos, por lo que naturalmente ellos tienden a irse al sector privado, desmantelando lo público.  Eso es un sistema inmoral,” me dijo.

Sobre el Investigador

El profesor Wenceslao Unanue es Doctor en Psicología Económica y Felicidad de la Universidad de Sussex, Reino Unido; Master en Economía aplicada, Ingeniero Comercial y Psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile. ¿Cómo llegó a interesarse en la felicidad? “Una de las primeras cosas que te enseñan son los supuestos de la economía, entre ellos, que el ser humano es egoísta,  competitivo y racional. Si bien yo me declaro economista, esto es falso. Lo seres humanos somos muchas veces irracionales e intrínsicamente altruistas. Algunas cosas, por lo tanto, no me hacían sentido en relación a como entendemos al ser humano. Por eso me metí a estudiar psicología.” Estudió los 5 años de esta segunda carrera en la Universidad Católica, y justo cuando se tituló, Daniel Kahneman – un psicólogo- ganó el Premio Nobel en Economía, demostrando que los seres humanos somos muchas veces irracionales. “La economía también está equivocada en decir que los seres humanos son egoístas, y eso es peligroso. Los estudios demuestran que los niños son altruistas, pero lo que ocurre es que en nuestra sociedad – como estamos acostumbrados a ser egoístas – los transformamos en personas egoístas. Esto es lo llamado la profecía auto cumplida de los supuestos en economía. “Poco a poco nos vamos transformando en gente competitiva y egoísta, alejándonos de nuestra verdadera naturaleza humana”

Su vida profesional comenzó trabajando en pobreza, porque “es uno de los flagelos más grandes de la humanidad,” mezclando sus conocimientos. Hizo el Servicio País, pero ahí se dio cuenta que muchas veces, cuando las personas dejaban de ser pobres, no necesariamente mejoraban su calidad de vida. Entonces se preguntó: “¿Qué sentido tiene trabajar solamente en la pobreza? Me pregunté si era la pobreza lo que debe importarnos como objetivo último. Y leí a investigadores del London School of Economics que decían que lo que uno debe preocuparse es de la felicidad. Si tú le preguntas a todas las personas cuál es su objetivo en la vida, siempre el fin último es ser feliz.”

El profesor Unanue dice tener esperanza en que la humanidad entienda los principios que él ha estudiado, porque aunque esto se demore 40 años, las personas ya se están dando cuenta de su importancia. “Esta Escuela de Negocios, por ejemplo, está en el 1% de las mejores Escuelas de Negocios del mundo y tenemos cursos de felicidad y trabajo en los MBA, en el Master of Science, en el Doctorado y eso ya es un cambio. Las personas salen de aquí habiendo escuchado que la felicidad se puede medir, que se puede propagar, que se puede impulsar, eso es maravilloso”.

Recuerda, puedes descargar gratuitamente el libro “Happines. Transforming the Development Landscape” AQUÍ.

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