¿Una sociedad secularizada? Mito o realidad

10 de Noviembre 2021 Noticias

“¿Una sociedad secularizada? Mito o realidad”,  fue el tema del seminario relizado por los doctorados en Estudios Americanos y en Procesos e Instituciones Políticas donde Gonzalo Bustamante, académico de la Facultad de Artes Liberales y Cristóbal Bellolio, docente de la Escuela de Gobierno expusieron debatir en torno a la pregunta central.

Comenzó la exposición Gonzalo Bustamante quien presentó la ponencia “Secularism and political hebraism in XVII century: The case of Hobbes versus Republicanism”, explicando el marco general de su acercamiento al tema de la secularización, indicando que su interés provino de dos áreas distintas, un área es la historia conceptual y la reconstrucción que existe a partir de ella del surgimiento de la modernidad y la transformación de los conceptos políticos y sociales: “dentro de la historia conceptual, a partir de su figura principal Koselleck, hay dos actores que de forma indirecta juegan un papel muy relevante en esa comprensión de la modernidad y de la reconstitución política que significó, que son Carl Schmitt y de Blumenberg. Schmitt como es sabido es una persona con enorme influencia en Koselleck y Blumenberg es una persona que va a criticar la tesis de la secularización de Schmitt. Entonces mi trabajo tiene un aspecto que dice relación con dialogar de forma crítica con la idea de secularización de Schmitt”.

El docente planteó que su segunda área de interés emanó desde su acercamiento al estudio de Thomas Hobbes: “En Thomas Hobbes, como pretendo mostrar, hay una relevancia respecto de la reinterpretación bíblica que, si uno va contextualmente a la época, dice relación con toda una discusión que existía sobre una valoración del antiguo testamento como un instrumento de pugna entre el bando pro-parlamentario y prorrepublicano versus el bando monárquico”. Si bien Bustamante planteó que su exposición es un trabajo en progreso, presenta a su juicio dos novedades. La primera es que es una critica a la idea de secularización de Carl Schmitt empleando el caso del hebraísmo cristiano como un contra ejemplo a la tesis de Schmitt, buscando más bien reforzar la idea de Blumenberg; y el segundo aspecto novedoso dice relación con el estudio que dentro de los estudios del propio Hobbes se realiza sobre este punto.

Para Gonzalo Bustamante la idea de secularización, a partir de cómo la entiende Schmitt, es un campo que a servido de discusión respecto de temas filosóficos, ideológicos y además metodológicos y de esa forma después va a ser recepcionada por el mismo Koselleck: “Cuando Schmitt dice que los conceptos están secularizados lo que está señalando es que esos conceptos han sufrido un proceso de transposición, umsetzung, y que por lo tanto los conceptos modernos lo que han hecho es que vaciaron de contenido estos conceptos teológicos y le han dado un nuevo contenido. Schmitt ocupa como prueba de lo anterior los paralelos, analogías históricas y conceptuales que hay entre las atribuciones del soberano en el Estado moderno versus las atribuciones que tenía Dios en la teología medieval. Por lo tanto, la idea de Schmitt de secularización supone una interpretación desde un punto de vista conceptual de la modernidad en la cual hay una reapropiación de los conceptos teológicos sin los cuales no sería posible pensar el Estado moderno, es por eso por lo que para Schmitt el Estado Moderno se transforma en un vehículo de secularización”.

Por otro lado, el académico planteó que Blumenberg, en su famosa crítica a Schmitt va a señalar que esta idea de la transposición umsetzung, no existe en la modernidad sino que lo que hay es una reocupación, una umbesetzung: “A juicio de Blumenberg el error schmittiano estaría en confundir lo siguiente: que el lenguaje tiene ciertas identidades funcionales, identidades funcionales sin las cuales no se puede pensar y que estas identidades funcionales han sido reocupadas por conceptos nuevos, lo cual no significa que haya existido una transposición de conceptos de la teología hacia el mundo moderno. Por lo tanto, lo que uno tiene es que en la idea de Schmitt de reapropiación necesariamente se entiende el mundo moderno prácticamente en una lucha ideológica respecto de lo que era la teología cristiana versus la idea de Blumenberg de umbesetzung donde esta reocupación simplemente es un proceso espontáneo que necesariamente se da porque de lo contrario, ya que son categorías funcionales, sin esas categorías funcionales no es posible efectivamente pensar lo político”.

Bustamante señaló que el caso del hebraísmo cristiano es un ejemplo que muestra lo correcto de la tesis de Blumenberg: “Este es un caso en que lo que uno ve es que ocurre una pugna en el ámbito teológico mismo que implica una implosión de la teología cristiana, pero no ocurre un reposicionamiento como lo entiende Schmitt”.

El caso chileno

El seminario continúo con la intervención de Cristóbal Bellolio que presentó un trabajo en progreso que, a su juicio, depende de los acontecimientos actuales que está viviendo el país que se titula “¿Somos o no somos seculares? Religión y multiculturalismo en el proceso constituyente chileno”. El académico comenzó preguntándose ¿Cuál es el contexto descriptivo de la religiosidad en Chile? y para dar respuesta hizo una revisión de los cambios que se han producido en el país respecto de este tema a través de las encuestas Bicentenario UC y la Encuesta CEP que muestran la disminución de católicos en los últimos años y el aumento de las personas sin denominación, ateos u otros.

Bellolio puntualizó que es importante distinguir lo que llamará secularización cultural, que es cómo cambia la fisonomía religiosa de un pueblo, con lo que se podría denominar secularismo político, que es la manera en la que las instituciones del Estado absorben la secularización cultural y la traducen en ciertos arreglos institucionales que se correlacionan justamente con ese cambio en la fisiología religiosa de los pueblos: “esto lo voy a mezclar con la tesis de Carlos Peña de por qué Chile requiere o requeriría una nueva Constitución. Entonces la pregunta que yo me hago y que pongo sobre la mesa para que la discutamos es que si es que acaso la transformación de la Constitución sociológica chilena, en cuanto a la religiosidad, es decir, la secularización del pueblo chileno necesariamente encontrará o debiese encontrar un correlato en la Constitución jurídica y, por lo tanto, la nueva Constitución tendrá que reconocer el hecho de que Chile ya no es un país hegemónicamente cristiano o católico y tendrá que dar espacio de alguna manera para principios que reconozcan no solo la diversidad de denominaciones religiosas, sino también no religiosas”.

El docente propuso dos hipótesis respecto a la secularización y el proceso constituyente, la primera es que: “lo relevante en este proceso no es lo secular/religioso, sino que el eje dramático, por así decirlo, es religión históricamente dominante o hegemónica versus una etno-religiosidad o cosmovisión oprimida; y una segunda hipótesis en la que planteó que el discurso multicultural que domina el proceso constituyente mandata el reconocimiento afirmativo de las cosmovisiones ancestrales en la vida pública, limitando de esta forma el ímpetu secularista, o al menos restringiéndolo selectivamente en base a consideraciones que no se relacionan con el contenido teológico de una creencia sino con su posicionamiento en el eje de privilegio versus opresión”.

Luego, lo ponencistas respondieron las preguntas y dialogaron con los asistentes.

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