El interés del académico de la Facultad de Artes Liberales, Christian Anwandter, por las bibliotecas escolares nació durante su paso por el Ministerio de Educación. Ahí trabajó durante cinco años con Constanza Mekis, quien coordinaba el equipo de bibliotecas escolares de la Unidad de Currículum y Evaluación.

“Ahí descubrí el universo de las bibliotecas escolares y los desafíos que enfrenta para articularse adecuadamente con las prácticas docentes vinculadas a la lectura. Si bien ha habido progresos importantes, todavía hay muchos actores del mundo escolar que no dimensionan el valor y el rol de la biblioteca escolar”, sostiene el académico UAI.

Junto con Mekis, decidieron escribir el libro “Bibliotecas Escolares para el siglo XXI”, que según su autor, trata de la sistematización de una serie de preocupaciones y reflexiones sobre el tema que comparte con la coautora y que derivan de la observación en terreno de algunos problemas frecuentes que tienen encargados y coordinadores de bibliotecas, profesores, jefes UTP, y otras de investigaciones como en el caso de la importancia de la participación y de los criterios de selección en el proceso de desarrollo de colecciones de una biblioteca escolar.

La motivación que llevó al académico UAI a escribir este libro es poder aportar a que esos espacios de lectura a lo largo del país encuentren el lugar que se merecen al interior de escuelas y liceos: “un verdadero centro de aprendizaje, abierto a la comunidad, lugar de encuentro y discusión, espacio de construcción de aprendizajes donde se reúnen diversas disciplinas y pensamientos. Lo que está en juego es la formación de lectores”.

Para Anwandter, la lectura es una herramienta clave para desenvolverse en la sociedad, y una manera de satisfacer inquietudes, deseos e intereses: “es una manera de conocer y reconocer la diversidad en distintos planos”. En consecuencia para el autor, el sistema educativo y bibliotecas públicas son las formas en que la sociedad garantiza oportunidades de lectura que permitan desarrollar habilidades de información cada vez más relevantes.

Para el autor, el tema no va por fomentar la lectura ya que para él, ésta es “una práctica social viva y múltiple que podemos orientar pero no formatear. Creo que tenemos que confiar en las posibilidades que abre la lectura, asegurarnos de generar instancias en que los jóvenes experimenten ese potencial, y acompañarlos en el desarrollo de su curiosidad”.

Su preocupación va cuando el rechazo por la lectura es por algún factor externo: “siempre se es libre de no leer, pero es triste cuando ese rechazo es el resultado de una falta de verdaderas oportunidades, o bien de una formación escolar que a fuerza de imponer lecturas sin vincularlas a las inquietudes de los estudiantes, terminaron alejándolos para siempre de la lectura”.

Esta no es la primera vez que Anwandter escribe sobre esta temática. El año 2015, publicó junto a Mónica Bombal el libro “La comunidad que lee. Guía de uso de la biblioteca escolar y de la biblioteca de aula”. También ha escrito algunos libros de poesía: “Para un cuerpo perdido” (Ediciones Tácitas, 2008, Santiago), “Colores descomunales” (LOM, 2012, Santiago) y, junto a Laura Petrecca, “Aquí vivía yo” (Pulqui 27 ediciones, 2015, Buenos Aires).

La presentación de “Bibliotecas para el siglo XXI”  se realizará el 25 de abril en la librería del GAM, a las 19 hrs. y será comentado por Mónica González, directora y gerente de Narcea Ediciones, España, Donatella Lombello, doctora de la Universidad de Padova,  y Ezio Neyra, académico del Departamento de Literatura de la Facultad de Artes Liberales, quien además fue el director de la Dirección del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura de Perú.