Recién graduado de Ingeniería Comercial UAI fue aceptado para realizar su PhD en la Universidad de St. Gallen

19 de Enero 2022 Noticias

No fue un camino fácil. Pero tras años de esfuerzo constante y de excelencia, según cuenta, Emiliano Heresi, recién graduado de Ingeniería Comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez, logró hacer realidad su sueño: entrar al doctorado en Economía de la Universidad de St. Gallen (Suiza).

“El hecho de haber quedado en una de las mejores escuelas de economía y negocios del mundo significa el reflejo de sustanciales años de trabajo materializándose. Se necesitaron varios exámenes internacionales (GRE, TOEFL, entre otros), cartas de recomendación, certificados académicos, proyectos de investigación y muchas otras cosas para entrar a este programa extremadamente selectivo”, cuenta el egresado, con mención y magíster en Economía en la UAI.

“A la Universidad de St. Gallen se estima que cada año postulan más de 600 candidatos, de los cuales solo quince entran al programa. Considerando lo anterior, es evidente que haber quedado en este programa es realmente un sueño –desde hace mucho tiempo– haciéndose realidad”, relata entusiasmado.

¿Qué rol crees que han jugado en este logro los docentes que te formaron en la Escuela de Negocios UAI?

– El cuerpo docente de la Universidad jugó un rol determinante en todo este proceso. Al contar con profesores que realizaron sus doctorados en las mejores universidades del mundo (MIT, Harvard, Chicago, Cambridge, Stanford, UCLA, Columbia) pude aprender de ellos los pasos exactos para entrar a estos programas extremadamente selectivos. Desde pregrado hasta postgrado conté con el apoyo de todos los docentes (incluso algunos de otras disciplinas) para resolver inquietudes o simplemente para tener cierta dirección en esta ruta académica.

Algo sustancial en este camino fue el prestigio internacional que tiene la Escuela de Negocios de la UAI. El hecho de tener la triple corona (que menos del 1% de las escuelas de negocio del mundo tiene) y el programa del CEMS, nos permite estar en un selecto club global, al cual St. Gallen –a modo de ejemplo– también pertenece. Lo anterior nos coloca en el “mapa” de esas prestigiosas universidades al momento de postular, lo que evidentemente marca la diferencia.

Además, lo que definitivamente marcó el “salto” en todo este proceso fue el Magíster en Economía (que hace parte de la Escuela de Negocios). El Magíster, al ser uno de carácter académico, me entregó la formación analítica equivalente a lo que imparten las mejores universidades en sus programas de postgrado. El programa, en mi opinión, sirvió –entre muchas otras cosas– como una escuela de formación para seguir esta ruta académica en un programa de doctorado. De hecho, hasta me convalidaron ciertos ramos en St. Gallen luego que vieran los syllabus de nuestro programa en Economía. Además, en el Magíster tuvimos el privilegio de contar con el gran esfuerzo por parte de su directora, Nieves Valdés, en promover nuestro programa de forma internacional. Todo este prestigio y reputación que tiene el exclusivo programa del Magíster en Economía es resultado del tremendo trabajo incondicional por parte de los profesores y alumnos que viene ya hace muchos años, desde cuando se fundó el programa con la profesora Andrea Repetto en su dirección. Si pude entrar a este programa en Suiza, se debe en parte a que “me apoyé en hombros de gigantes”, como diría Newton.

¿Qué esperas de los próximos años?

– En los próximos años espero seguir profundizando mi conocimiento y habilidades en este nuevo programa, para luego seguir trabajando en el mundo académico o en instituciones como el FMI, Banco Mundial, WEF, etc. Además, espero también seguir profundizando en mi otra especialización, Filosofía. El hecho de cursar este programa de cinco años en un país como Suiza me entrega esa gran oportunidad de vivir la influencia cultural del país y del continente.

Quisiera agradecer enfáticamente a Juan Pablo Medina, Decano (i) de la Escuela de Negocios y mi profesor guía en el Magíster en Economía. Juan Pablo es, no solo un profesional y académico excepcional, sino que un gran mentor para mí. Por último, no puedo dejar de agradecer a Marcos Gómez, Pablo García y Felipe Schwember, entre otros, que también participaron en este proceso de postulación.

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