Mauricio Yury: “La Escuela de Negocios de la UAI es el lugar idóneo para formar directivos latinoamericanos con proyección global”

27 de Noviembre 2018 Noticias

“Vamos a potenciar la globalización de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez y la posicionaremos entre las mejores del mundo.” La definida visión que el decano de la Escuela de Negocios de la UAI, Ralf Boscheck, tiene sobre los desafíos de la institución fue lo que condujo a Mauricio Yury, nuevo director general de admisión de la Escuela de Negocios, a aterrizar en la UAI el pasado 7 de noviembre. “La UAI es una gran institución y su Escuela de Negocios cuenta con una larga y relevante trayectoria. Aquí existe un prestigio muy bien ganado, que además goza de un alto reconocimiento internacional. El dibujo estratégico que hace el decano me hace pleno sentido, porque es coincidente con todos los argumentos que tiene la Escuela de Negocios,” agrega, entusiasmado por este nuevo desafío profesional que asume en la mejor escuela de negocios de América Latina, según el último ranking de América Economía. “En términos generales, contribuiré directamente a implementar el nuevo dibujo estratégico de la Escuela de Negocios desde un área clave como es la Dirección General de Admisión. Esto implica movilizar diversas áreas sensibles de la casa, promover iniciativas, conformar y apoyar equipos, reforzar nuestra actividad comercial, explorar nuevos mercados y construir relaciones, entre muchos otros temas”, explica.

Mauricio Yury cuenta con más de 15 años de experiencia directiva en Educación Superior Internacional, abriendo mercados para programas MBA, Executive MBA, MIF, MSc, PhD, DBA y Executive Education, entre otros. “Cuando un profesional estudia un programa de prestigio, hay una altísima posibilidad de que a esa persona le mejore la vida. A su vez, esa mejora tiene un alcance familiar y luego social, lo que es muy reconfortante”, señala Yury, quien a lo largo de su carrera se ha desempeñado en cargos como general director para Chile de IE Business School – IE University y director país de ESADE Business & Law School.

Por esto, está muy familiarizado con las tendencias del mercado en educación ejecutiva. “Lo que hoy marca la pauta dice relación con la disrupción digital, los doble-grado y las asociaciones internacionales, la formación continua a lo largo de toda la vida y el cambio de foco desde business education a management education. En paralelo, también se está dando el fenómeno de la entrada de directivos a posiciones de gestión que hasta hace poco solían ocupar académicos”, afirma.

¿Y qué piensa sobre los millennials y cómo las escuelas de negocios se adaptan a sus necesidades? “Necesitamos flexibilidad, ejecutar lo que enseñamos de una forma práctica. Las personas que vengan a estudiar con nosotros deben salir con un conocimiento y herramientas que tengan aplicabilidad real e inmediata”, dice, argumentando a su vez que hoy, más que nunca, la educación continua es fundamental. “Me cuesta entender que una persona no tenga interés en mantenerse actualizada en términos de formación y al mismo tiempo pretender ser competitiva.”

Desde Chile formando a ejecutivos líderes del mundo

Mauricio, ¿por qué Chile resultaría un mercado atractivo para liderar la formación en negocios a nivel latinoamericano?

Chile es una plaza ideal para formar directivos a nivel latinoamericano. En lo macro, nuestro país cuenta con una de las economías más desarrolladas y competitivas de la región; tenemos instituciones fuertes y funcionales, disfrutamos de estabilidad política, de calidad regulatoria y buena infraestructura. Nuestras telecomunicaciones son de nivel avanzado, contamos con una alta penetración de internet y un muy respetable desarrollo empresarial. Somos puerta y plataforma hacia el Asia Pacífico, contamos con una intensa actividad emprendedora y somos punteros en innovación. Como si todo lo anterior no fuese suficiente, Chile cuenta con una geografía maravillosa, paisajes sorprendentes, climas extremos y maravillas naturales que asombran a cualquiera. En nuestro país, el turismo, las actividades outdoor y los deportes extremos conviven día a día a lo largo de todo el territorio.

¿Y por qué la Universidad Adolfo Ibáñez?

La UAI cuenta con una batería de argumentos contundentes para formar directivos latinoamericanos. Para comenzar, ya completa 65 años de historia y tradición. Ostenta la triple corona de acreditaciones internacionales (AACSB, EQUIS y AMBA), posee tres campus propios en ubicaciones privilegiadas y de arquitectura sobresaliente; destacando especialmente el Campus Peñalolén, que está enclavado en plena cordillera, con unas instalaciones amplias e inspiradoras, y unas vistas simplemente espectaculares. Además de su prestigio en rankings y su robusta red de graduados en decenas de países, la UAI se caracteriza por su amplia experiencia en el mundo de los negocios, su conexión permanente con la realidad empresarial, su claustro académico internacional y de alto nivel, su desarrollo investigativo y su modelo educativo basado en las Artes Liberales. La Escuela de Negocios de la UAI es el lugar idóneo para formar directivos latinoamericanos con proyección global, y para instalar América Latina en la mira de profesionales y empresas de todo el mundo.

¿Qué esperan encontrar hoy los profesionales en un postgrado de la Escuela de Negocios? ¿Por qué deciden seguir perfeccionándose?

La globalización es un fenómeno imparable. Y la competitividad que ello implica para cualquier profesional está fuera de todo cuestionamiento. En este contexto, la formación a lo largo de la vida ha llegado para quedarse. Paralelamente, un título superior obtenido en una institución de prestigio contribuye, sin lugar a dudas, en la empleabilidad.

Con respecto a nuestra oferta académica, creo que todo profesional hoy espera encontrar un conjunto de atributos y elementos complementarios en un programa académico de alto nivel. Además de un contenido de alta calidad y en línea con la realidad competitiva actual, debe haber un sentido práctico sustancial en el currículum del programa, una aplicabilidad cierta a la situación profesional o empresarial específica de cada alumno. Se espera una comunidad académica y de pares que resulte útil e inspiradora, un avance en el autoconocimiento y en el desarrollo personal, herramientas concretas de evaluación y gestión, conocer nuevos casos prácticos y de estudio, acceder a nuevas realidades de mercado, a hitos internacionales, etc. Y, por supuesto, no se puede olvidar el acceso a una red de graduados tan potente como internacional.

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