“Hemos tenido niveles de impunidad muy grandes para los delitos en el mundo de los negocios durante años”

19 de Diciembre 2019 Noticias

Claudio Agostini se desempeña como profesor de la Escuela de Gobierno y es doctor en Economía de la Universidad de Michigan. Es experto en temas tributarios y de libre competencia y se incorpora como asesor de ministro de Hacienda, Ignacio Briones, exdecano de la Escuela, donde  tendrá un rol clave como asesor senior part time de la cartera. Te invitamos a leer la entrevista realizada por La Segunda:

Claudio Agostini describe el recorrido que por estos días realizó por Baquedano, aún considerada como la “zona cero” a dos meses del estallido social.
“En Plaza Italia, me sentí en Irak, o en Kosovo”, reconoce el economista sobre aquella hora y media donde, superado el impacto, se dedicó a Observar los rayados.
“Hay un nivel de rabia, de odio contra todo: “Muera el Estado”, decía uno. Y es cierto: el Estado ha fracasado en algunas dimensiones, pero si terminamos de matarlo, esto puede ponerse peor…”.

Repasando esa tarde, continúa: “También vi críticas contra los cuicos, los carabineros, los militares…Y cuando llegué al sector conocido como Vaticano chico, había muchos grafitis alusivos a la Iglesia: “Curas violadores, pedófilos”. Pero sobre todo me impresionó uno en la puerta de la parroquia que decía: “Dios nos abandono”. El nivel de desesperanza es profunda”, admite.

De ahí que el economista —profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez, doctor por la Universidad de Michigan—reconozca que hay días en que le cuesta estar optimista.
“Ves el mundo dividido es blanco y negro, cuando todo es gris y lleno de matices. La polarización política y la violencia me tienen deprimido. Lo único que devolvió la esperanza fue cuando se firmó la carta por la paz social y la nueva Constitución, además de la suscripción del acuerdo tributario que llevaba un año y medio trancado en el Senado. Era la oportunidad de cambiar las cosas”.

Opta por la cautela al comentar la agenda anti abusos anunciada por el Presidente Piñera. “Va en la dirección correcta, sin embargo, está por verse cómo votan, llegado el momento, los parlamentarios. Ya antes se ingresaron medidas similares y fueron bloqueadas por los legisladores”, dice, en una entrevista realizada poco antes de conocerse su nombramiento como asesor part time del ministerio de Hacienda, en materias como impuestos y libre competencia.

—De acuerdo a Transparencia Internacional ha sido la sensación de impunidad ante grandes fraudes “lo que ha contribuido a alimentar la rabia de los manifestantes”.

—El malestar tiene mil causas, pero sin duda hemos tenido niveles de impunidad muy grandes para los delitos en el mundo de los negocios durante años. Por décadas hubo muy poca voluntad para legislar en cuanto a condenas para casos de colusión; cero empeño para votar por penas más altas; romper con los monopolios y establecer un financiamiento más transparente de la política. Ahora todo esto nos reventó en la cara porque siempre hemos llegado tarde a todo.

—Hoy, los tiempos son muy distintos. La ciudadanía exige más. ¿Qué debe cambiar en el parlamento?

—Creo que llegó la hora de que en el Congreso se debatan de una vez por todas los conflictos de interés que tiene cada uno de los parlamentarios. Es hora de que los ciudadanos sepan cuáles son las inhabilidades de sus representantes, y se sancione drásticamente a quienes las incumplan.

—¿Cuáles aspectos regularía?

—Por ejemplo, algo que yo exigiría, es que nuestros representantes tengan dedicación exclusiva; no puede ser que un diputado al mismo tiempo sea parte de un estudio de abogados, por ejemplo; lo convierte en blanco de lobistas y de conflictos de interés. En caso de incumplir, que paguen con sanciones altas, como la pérdida del escaño —tal como ocurre en EE.UU. — y no con una simple amonestación que se dan entre ellos mismos dentro del consejo de ética.

—Una de las demandas que más se repite hoy en la calle es terminar con la impunidad para las empresas que se coluden.

—En Estados Unidos esa es una práctica que está regulada hace rato, pero acá durante años nos topamos con la resistencia de sectores económicos y políticos a adoptar regulaciones más severas asegurando que la colusión no existía, que era demasiado difícil armar un cartel. Yo mismo vi las actas de las discusiones en el Senado, cuando Jovino Novoa, a propósito de la discusión para la delación compensada, decía que eso era para los narcos, que no se podía poner a los empresarios a la misma altura.
Durante años en el Senado hubo una cultura de defender empresas.

—En el paquete de medidas, se pretende ser más severos en los casos de colusión. Como economista experto en el tema, ¿qué sería fundamental?

—Hay un tema que me llama la atención: siempre ha existido la posibilidad de que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) sancione tanto a las empresas como a los ejecutivos involucrados en esta clase de delitos. Está entre sus facultades. Sin embargo, hasta ahora solo las empresas han sido sancionadas cuando la verdad es que tanto en la colusión de las farmacias, de los pollos o de los buses, fueron los ejecutivos quienes idearon el carTel. En cuanto a la discusión que llegará al Congreso, creo que es fundamental que se aumenten las sanciones económicas, que existan penas contra los ejecutivos, de manera que la colusión no sea un buen negocio, como lo es ahora.

—¿ Ha primado la escuela de los Chicago boys, que decía que no era necesario legislar porque el mercado se regulaba solo?

—Desde Adam Smith existe evidencia empírica de lo contrario. (Milton) Friedman, el padre de los Chicago, tampoco dijo nunca: “La colusión se arregla sola”. Pero he escuchado a varios economistas acá, formados en Chicago, que lo han dicho no una sino que muchas veces.

El caso Ruiz-Tagle

Del mismo modo, también cree que hay que enfrentar de manera más decidida y frontal el uso de información privilegiada.
Para ilustrarlo, Agostini recurre al caso protagonizado recientemente por Gabriel Ruiz-Tagle.  “Él utilizó información privilegiada y terminó pagando una multa que es la mitad de lo que ganó en la o sea, hizo trampa, violó la ley y salió ganando. Eso es impunidad. En EE.UU., Martha Stewart, la famosa animadora, hizo lo mismo; pagó una multa, tuvo que devolver todo lo que había ganado más intereses y estuvo cinco meses presa. Ahí tienes la diferencia”.
Molesto, prosigue:
“Un amigo jesuita que solía trabajar en las cárceles, me comentó lo que le dijo, con toda razón, un preso: “Padre, los que estamos aquí somos los que robamos poco”. Y es tremendo, porque la sensación en la calle precisamente es que el que se robó un celular se va a la cárcel, y Gabriel Ruiz-Tagle devolvió la mitad de lo que se robó y ahora está en su casa”.

Crédito cero

Claudio Agostini reconoce que no se endeuda, que todo lo paga al día, que no recurre a cuotas ni aunque sean sin interés.
Cuando estalló la colusión del tissue, nunca más compró las marcas aludidas; y después de conocido el cartel de los pollos, hoy sólo consume los que se importan de Argentina.
“Es una sana costumbre que adquirí cuando estudié en EEUU”, dice.

Afirma que, de no haber sido por los escándalos que salieron a la luz, no se habrían destrabado leyes por años bloqueadas. Así, producto de la revelación de la colusión de las farmacias, en 2005, se aprobó en el Congreso darle facultades intrusivas a la FNE, como incautar los computadores y además se instauró la delación compensada, “tras lo cual se empezaron a saber muchos otros casos”.

Explica: “Luego del fallo del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) respecto del cartel de los pollos, cuya sanción monetaria fue menor a lo que ganaron las empresas coludiéndose, en el Congreso se aprobó un aumento de las multas. Desde 2016 que la colusión tiene sanción de cárcel, pero transcurridos tres años no han ocurrido casos”.

—¿ Qué falta para hacer una diferencia real?

—Tenemos un Tribunal de Libre Competencia, una Fiscalía Nacional Económica que funcionan bien, y una ley que se puso rápido al día con los mejores estándares del mundo.
Pero las multas siguen siendo insuficientes y aunque te pillen, igual sales ganando. Otra dimensión es que persisten mercados que no son suficientemente competitivos, y que no lo son por ley; hay que liberalizar el mercado de los notarios, el del transporte naviero, que las farmacias no tengan el monopolio de los medicamentos.
El proteccionismo está por ley y eso finalmente redunda en el precio que pagan los consumidores. Pero cada vez que se intenta echar abajo estas salvaguardas, viene la amenaza de que va a caer la inversión, que va a traer desempleo…La misma cantinela de siempre.

—En el fondo, provocar miedo…

—Claro, como cuando se pretendía derogar la ley del multi-carrier; los operadores decían que iba a ser caro, que esto iba a traer riesgos para la industria, pero el único efecto fue que bajaron las tarifas y ganaron los consumidores.
Lo mismo pasó con la portabilidad numérica.

El calvario de los ciudadanos y consumidores

En otro frente, el economista cree que “ya estaría bueno acabar con las asimetrías que dan tanta rabia”. Explica: “Si tú te quieres suscribir al canal de CDF, o un plan wifi, tv cable, o lo que tú quieras, puedes hacerlo perfectamente por teléfono y en 24 horas queda instalado y funcionando. ¡ Pero trata de salirte! Es tremendamente complicado: tienes que ira una de las oficinas, llevar tres papeles, cuatro cosas fotocopiadas, una ante notario, y se demoran varios días…Si tu empresa te instala en 24 horas, te tienen que desinstalar en 24 horas; si el servicio se puede contratar online, se debe descontratar online; si me cobras intereses porque me atrasé, cuando no me entregas el servicio me tienes que devolver con intereses también. Hagámoslo simétrico”.

—Si todos estos cambios se realizaran, ¿ cree que ayudaría a calmar los ánimos?

—Ponte tú que instalamos todas las leyes anti abusos con los mejores estándares mundiales; implementamos las mejores políticas sociales de la historia; mejoramos las pensiones…Imagina que logramos romper todos los grupos de interés, mejorar todo. Para mucha gente ya llegamos tarde, porque a ellos ya no les dieron buena educación, ya no les tocó buena salud…Muchas de las cosas que hoy debemos hacer tendrán beneficios en el futuro, entre el largo y el mediano plazo, y muy poquitas les arreglarán el fin de mes.
Para delitos económicos, las multas siguen siendo insuficientes y aunque te pillen, igual sales ganando”. La sensación es que si alguien roba un celular va a la cárcel.
Y Gabriel Ruiz-Tagle está en su casa”.

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