Latinoamérica de cara al futuro: 11 tendencias para el 2021
¿Qué fuerzas han emergido en la región en economía, el sector público y filantrópico a raíz de la pandemia del COVID-19?
3 de mayo de 2021
La organización transnacional Hispanics in Philanthropy (HIP), junto a la red internacional de filantropía WINGS y el Dorothy Johnson Center for Philanthropy de Grand Valley State University, organizaron el seminario “11 tendencias en Filantropía, una conversación desde la mirada Latinoamericana”, llevada a cabo el jueves 29 de abril.
Durante el encuentro, tras palabras de bienvenida de Gracia Goya, vicepresidenta para Latinoamérica de HIP, Michael D. Layton, Community Philanthropy Chair del Johnson Center, comentó el reporte anual del centro, que cada año recoge la visión de expertos y líderes de opinión respecto a las tendencias que impactarán la filantropía estadounidense en los meses y años venideros. A continuación – en un panel moderado por Nadya Hernández, directora de programas de WINGS – Marisol Fernández, directora de inversión social de Nacional Monte de Piedad de México, María Amalia Souza, fundadora de Fondo Casa Socioambiental de Brasil y Magdalena Aninat, directora del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales (CEFIS) de la Escuela de Gobierno UAI, conversaron respecto a qué tendencias están presentes y cuáles aún no se han desarrollado en América Latina.
Las tendencias observadas en el estudio presentado por Leyton son: la presencia de fuerzas dinámicas y disruptivas que han emergido en economía, el sector público y filantrópico a raíz de la pandemia del COVID-19; la oportunidad sin precedentes que hoy tiene el sector sin fines de lucro para generar confianza pública; el creciente interés por financiar causas que aboguen por justicia social y a reparar injusticias históricas; el entrelazamiento cada vez mayor entre filantropía y gobierno en la esfera pública; la tendencia consolidada de empresas conscientes de su responsabilidad social, así como también de una filantropía enfocada en ámbitos como impacto social, rendición de cuentas y transparencia; la enorme importancia que han ganado los datos durante la última década y finalmente la incorporación de generaciones más jóvenes, portadores nuevas ideas y expectativas, al sector filantrópico.
Respecto a los sectores que las panelistas observan en desarrollo o en incipiente consolidación en la región, Fernández destacó el solapamiento entre el mundo de los negocios y la filantropía: “estamos viendo el surgimiento de empresarios más responsables, de empresas sociales, movimiento de Empresas B, áreas de responsabilidad social más preocupadas por temas de gobernanza, medioambiente e impacto a la comunidad”. Souza por otro lado, se refirió a la financiación internacional y la globalización de la filantropía; “en nuestros países vemos un movimiento creciente en los últimos 20 años de crear fondos, de fundaciones internacionales operando en varios países, un creciente movimiento de la filantropía familiar y de fundaciones comunitarias. Estamos en un proceso creciente y las grandes estructuras que están apareciendo reflejan bastante los modelos que vienen del norte”, mientras que Aninat se centró en la relación entre la sociedad civil y los gobiernos, comentando que si bien ésta es muchas veces tensa, hoy observa espacios de mayor colaboración: “estos asuntos públicos son difíciles de resolver por los gobiernos, que en general tienen miradas a corto plazo porque son gobiernos cortos. Sobre todo en desafíos globales como la pandemia, que requieren de una organización conjunta, con una mirada sistémica y de largo plazo, cuando se mira el problema y no el interés propio, hay una capacidad enorme de movilización”, destacando además que nuevos modelos provenientes del hemisferio norte, como los Contratos de Impacto Social, pueden ser articuladores de colaboración permanente.
En referencia a las tendencias que las panelistas consideran que aún no están presentes o en desarrollo a nivel regional y local en sus respectivos países, Fernández comentó que en el caso mexicano ve importantes retos en lo referente a la democratización de la filantropía y a la participación de personas individuales, así como también en el manejo de datos y en iniciativas enfocadas en reparar traumas e injusticias históricas; concluyendo que “necesitamos una narrativa propia como región y en eso tenemos mucho que construir”. Desde el panorama brasilero, Souza comentó que aún ve que la relación de los jóvenes con la filantropía en Brasil es muy distinta a lo que ocurre en Europa y Estados Unidos, donde el campo filantrópico no sólo es más antiguo y activo, sino además cuenta con marcos legales que incentivan su desarrollo. Asimismo, agregó que el panorama político regional marcado por la corrupción y las narrativas de varios gobiernos actuales, “hacen que haya todo un sistema que está en contra del desarrollo del tercer sector y eso hace mucho más difícil trabajar juntos”. Desde Chile, Aninat se refirió al movimiento de las fundaciones comunitarias, un modelo ya consolidado en México, pero que aún es incipiente en el país, por lo que lo considera un desafío: “tenemos tradiciones fuertes que son propias de las comunidades y es importante institucionalizar esas iniciativas en fundaciones comunitarias. Hoy en Chile estamos enfrentando la redacción de una nueva Constitución y la creación de un modelo de desarrollo distinto, que vaya pensando en el desarrollo de las comunidades”.
Finalmente y de cara al futuro, las panelistas hicieron un llamado a la colaboración sistémica enfocada en el cambio, a trabajar por mayor transparencia y rendición de cuentas para que la acción filantrópica sea capaz de legitimarse y validarse ante sus stakeholders, con miras a construir una narrativa latinoamericana que democratice el campo y amplíe el margen de recursos disponibles.
*El video del seminario se puede ver acá.