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La filantropía en el Chile de hoy

Magdalena Aninat, directora del CEFIS, estuvo en el ciclo “Junt@s para Transformar” de Fundación Colunga.

24 de agosto de 2020

Magdalena Aninat, directora del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales UAI (CEFIS), participó de la tercera edición de “Junt@s para Transformar”, el ciclo de conversaciones organizado por Fundación Colunga en que actores de la sociedad civil son invitados a dialogar con Arturo Celedón, director ejecutivo de la fundación, acerca de las transformaciones que el momento actual requieren.

En el encuentro, Celedón alabó la labor del CEFIS de profundizar en un área que muchas veces se invisibiliza pero que es clave para el desarrollo de todos los emprendimientos sociales, a lo que Aninat comentó que la construcción de lo público no puede ser rol únicamente del Estado porque éste por sí solo no es suficiente para el bienestar de la sociedad, destacando la formación de la UAI y su mirada basada en las Artes Liberales y en una sociedad donde confluyen el mundo público, el mundo privado y la sociedad civil.

Frente a la interrogante de Celedón de cómo y por qué nació el CEFIS dentro de la multiplicidad de temas en torno al impacto social, Aninat contó que el centro se creó tras evidenciar que en Chile había poca práctica de aportes sociales, los que se gestionaban desde una lógica de caridad, y que al mismo tiempo existía una clase empresarial que había crecido y una diversidad de organizaciones de la sociedad civil. A esto se sumó un análisis del rol que cumplen las universidades en países con altos niveles de desarrollo filantrópico, como Estados Unidos, donde las casas de estudio proveen de análisis, datos y discusión en torno al tema y entregan herramientas eficaces a donantes y donatarios, para fortalecer su labor social: “nos hemos contactado con redes en Estados Unidos, Europa y América Latina y hemos puesto a Chile en estudios internacionales y aprendido mucho de afuera. Somos el único centro dedicado a este tema en Latinoamérica y creo que hay grandes oportunidades para que Chile aprenda no sólo de los países del norte, sino también de otros de la región”. 

Más tarde la conversación giró en torno a las características de un ecosistema filantrópico saludable y en lo que falta para acelerar en Chile un sistema que sea capaz de desplegar su potencial transformador. Al respecto, Aninat comentó que el primer paso es que la práctica filantrópica y la labor de las organizaciones de la sociedad civil se valoricen entre los actores, la opinión pública y las autoridades políticas. Otro punto fundamental, en su opinión, es contar con un marco legal que facilite las donaciones y aportes privados, lo que no se refiere a incentivos tributarios sino a un sistema comprensivo y simplificado, ya que hoy en Chile existen muchas reglamentaciones, pocas certezas jurídicas y facilidades; “yo no estoy pensando en las grandes empresas y organizaciones, que tienen un equipo de abogados y contadores que van a manejar esto. Estoy pensando en una organización chica que no tiene un equipo, que no tiene ningún incentivo tributario y que si recibe una donación tiene que pagar impuestos sobre ella”, expresó. Finalmente Celedón y Aninat ahondaron en la necesidad de crear un ecosistema filantrópico que funcione colaborativamente, ya que las organizaciones de la sociedad civil llevan mucho tiempo trabajando aisladamente: “pero colaborar significa ceder, intercambiar puntos de vista y poner el problema delante de cada institución”, concluyó Aninat.

24 de agosto de 2020

Magdalena Aninat, directora del Centro de Filantropía e Inversiones Sociales UAI (CEFIS), participó de la tercera edición de “Junt@s para Transformar”, el ciclo de conversaciones organizado por Fundación Colunga en que actores de la sociedad civil son invitados a dialogar con Arturo Celedón, director ejecutivo de la fundación, acerca de las transformaciones que el momento actual requieren.

En el encuentro, Celedón alabó la labor del CEFIS de profundizar en un área que muchas veces se invisibiliza pero que es clave para el desarrollo de todos los emprendimientos sociales, a lo que Aninat comentó que la construcción de lo público no puede ser rol únicamente del Estado porque éste por sí solo no es suficiente para el bienestar de la sociedad, destacando la formación de la UAI y su mirada basada en las Artes Liberales y en una sociedad donde confluyen el mundo público, el mundo privado y la sociedad civil.

Frente a la interrogante de Celedón de cómo y por qué nació el CEFIS dentro de la multiplicidad de temas en torno al impacto social, Aninat contó que el centro se creó tras evidenciar que en Chile había poca práctica de aportes sociales, los que se gestionaban desde una lógica de caridad, y que al mismo tiempo existía una clase empresarial que había crecido y una diversidad de organizaciones de la sociedad civil. A esto se sumó un análisis del rol que cumplen las universidades en países con altos niveles de desarrollo filantrópico, como Estados Unidos, donde las casas de estudio proveen de análisis, datos y discusión en torno al tema y entregan herramientas eficaces a donantes y donatarios, para fortalecer su labor social: “nos hemos contactado con redes en Estados Unidos, Europa y América Latina y hemos puesto a Chile en estudios internacionales y aprendido mucho de afuera. Somos el único centro dedicado a este tema en Latinoamérica y creo que hay grandes oportunidades para que Chile aprenda no sólo de los países del norte, sino también de otros de la región”. 

Más tarde la conversación giró en torno a las características de un ecosistema filantrópico saludable y en lo que falta para acelerar en Chile un sistema que sea capaz de desplegar su potencial transformador. Al respecto, Aninat comentó que el primer paso es que la práctica filantrópica y la labor de las organizaciones de la sociedad civil se valoricen entre los actores, la opinión pública y las autoridades políticas. Otro punto fundamental, en su opinión, es contar con un marco legal que facilite las donaciones y aportes privados, lo que no se refiere a incentivos tributarios sino a un sistema comprensivo y simplificado, ya que hoy en Chile existen muchas reglamentaciones, pocas certezas jurídicas y facilidades; “yo no estoy pensando en las grandes empresas y organizaciones, que tienen un equipo de abogados y contadores que van a manejar esto. Estoy pensando en una organización chica que no tiene un equipo, que no tiene ningún incentivo tributario y que si recibe una donación tiene que pagar impuestos sobre ella”, expresó. Finalmente Celedón y Aninat ahondaron en la necesidad de crear un ecosistema filantrópico que funcione colaborativamente, ya que las organizaciones de la sociedad civil llevan mucho tiempo trabajando aisladamente: “pero colaborar significa ceder, intercambiar puntos de vista y poner el problema delante de cada institución”, concluyó Aninat.