La experiencia de Ingeniero Comercial UAI en Islas Maldivas, capacitándose en el cuidado del océano

27 de Abril 2018 Estudiantes

Cuando cursaba su último año en el Magíster en Innovación y Emprendimiento en la Universidad Adolfo Ibáñez, Benjamín Simón (abajo, en la fotografía) desarrolló un emprendimiento llamado Mana’u Clothing, cuyo objetivo era transformar la industria textil, la segunda más contaminante del mundo. “Todo el proceso productivo es consciente y preocupado por nuestra flora y fauna. Los productos de vestir son de materiales orgánicos o reciclados,” cuenta Benjamín sobre su proyecto. Este emprendimiento fue una de sus cartas de presentación para postular a Parley Ocean School en las Islas Maldivas, una iniciativa de Cerveza Corona junto a Parley for The Oceans (Corona x Parley), que llevó a 4 seleccionados entre 13 mil postulantes a estas islas asiáticas a capacitarse en el cuidado del océano.

Parley es una red de colaboración donde creadores, pensadores y líderes se unen para generar conciencia en torno a la belleza y fragilidad de los océanos y colaborar en estrategias que pongan un alto a su destrucción. Las razones para alarmarse son contundentes: Si las tendencias actuales continúan, se estima que para el 2050 habrá más plástico que peces en el mar. En Chile, al año 2015, 25 toneladas de plástico eran lanzadas al mar desde sus costas.

En Parley Ocean School, Benjamín se interiorizó sobre los efectos de la contaminación marina por plástico y se capacitó en la manera de contribuir a la mitigación de este problema.

Para lograr ser uno de los 4 seleccionados, Benjamín participó, entre diciembre del 2017 y marzo de este año, en Voluntarios por el Océano, una iniciativa de Cerveza Corona en conjunto con Parley que buscaba generar conciencia sobre el estado actual de las costas en Chile y el impacto que el plástico tiene en ellas. Los voluntarios recorrieron distintas playas del país, limpiándolas, donde se encontraron con una realidad que muchas veces los impactó.

Limpiando las playas chilenas

– Benjamín, ¿Por qué decidiste, en primer lugar, participar del programa Voluntarios por el Océano?

Decidí participar en esta campaña porque me atrae la naturaleza. Tengo una conexión con ella muy grande y siempre me ha interesado el cuidarla. Especialmente ahora donde abusamos de ella, sin criterio y consciencia. Me impacta el nivel de contaminación que generan las personas y debemos hacer algo para que todo tienda a la sustentabilidad y el cuidado por el planeta.

Entonces por eso, al ver el programa de Voluntarios por el Océano de Corona x Parley decidí inmediatamente inscribirme para poder participar de este cambio y apuntar a un mundo donde la economía logre ser circular.

– ¿Cómo fue esa experiencia en las playas de Chile? ¿Cómo era el método de trabajo en la limpieza de las playas?

La experiencia en las playas de Chile fue increíble. Ver todo lo que se hizo por nuestras playas fue sorprendente y ver a la gente que en verdad tenía una preocupación real por el problema fue muy bueno. Me tocó ir a la limpieza de Pichilemu y de Chiloé. En la primera fue muy buena, porque la comunidad está muy involucrada, estuvimos con el Ministro del Medio Ambiente de la época y se enseñó de muy buena forma, qué reciclar y cómo separar la basura. En Chiloé fue abrumadora la cantidad de basura que había. En la isla no se había limpiado nunca y la gente botaba mucho desecho en la playa, además de las corrientes. Todas las limpiezas fueron muy eficientes y se logró recaudar mucha basura. Seguridad y organización siempre estuvo en la palestra.

– ¿Te impactó mucho el nivel de desperdicios que hay en nuestras playas? ¿Te encontraste con objetos insólitos durante la limpieza? ¿Cuáles eran los más comunes?

Sí, realmente el problema de la basura ya nos está superando. La cantidad de basura es inimaginable. Me tocó ver objetos desde maceteros hasta escobas,  además de todos los envoltorios de comida que las personas dejan en la arena. Estos envoltorios, por los que gente no se preocupa, fueron los más comunes que me tocó ver en Pichilemu; y el Chiloé, el nylon de la pesca era descomunal.

La experiencia en Islas Maldivas

– ¿Cómo fue que quedaste seleccionado para viajar a Parley Ocean School?

Para quedar fue muy difícil. Luego de realizar una larga encuesta en la página de Voluntarios Por El Océano de Corona x Parley para inscribirse, fui uno de los 20 seleccionados dentro de casi 13.000 personas que postularon. Luego tuvimos que pasar un proceso de entrevista, donde se seleccionaban las 12 finalistas.

Finalmente al lograr llegar a este selecto grupo de 12 personas, cada uno tuvo que hacer un video para subir a una página, donde la gente votaba por su favorito. En este último proceso es donde se hizo un esfuerzo impresionante para que la gente votara. La competencia era alta y sin descanso. Fue una semana que los votos lo eran todo. Aquí, gracias a la ayuda de mi familia y amigos, pudimos hacer una campaña digna de un político, para lograr el objetivo de quedar entre los 4 ganadores. Finalmente quedamos los 4 que más votos lograron, esto fue muestra fiel del apego y pasión que los 4 Voluntarios Por El Océano tenemos con el medio ambiente y el océano.

– ¿Qué aprendiste ahí?

Se aprendió mucho la verdad. Es clave para enfrentar un problema de este calibre, primero interiorizarse con él. Por eso, como dice Jacque Cousteau, “para proteger algo, primero hay que amarlo”. Por eso fuimos y conocimos de primera raíz la situación que tenemos en el mar.

Es un problema gigante que no se puede omitir, ni darle la espalda. Aprendimos cómo se encuentra la situación del plástico específicamente y cómo ya llegó a estar en todo lo que nos rodea, incluso en nosotros mismos. El microplástico ya está desde nuestra sangre, en animales marinos e incluso llegó al fitoplancton. Siendo este último el más peligroso, ya que él es el encargado de producir oxígeno en nuestra atmósfera (alrededor del 70%).

Aprendimos mucho sobre el problema, pero también pudimos aprender sobre la estrategia A.I.R, que significa Avoid, Intercept y Redesign y que entrega un enfoque para enfrentar la problemática.

El Avoid va dirigido a Evitar el uso del “Single Use Plastic (Plastico de uso diario)”; concientizar a la gente a dejar de utilizar bolsas plásticas, bombillas, envoltorios plásticos, etc. Luego hay que interceptar el plástico: para esto vimos programas de reciclado o ideas innovadoras para capturar y sacar del ecosistema este material. Finalmente en el Redesign, vimos proyectos muy ingeniosos para ver qué hacer con este plástico recolectado que interceptamos. Existen muchos ejemplos que han sido casos de un negocio sustentable y sostenible, tales como Precious Plastic, o empresas chilenas como Rembre o Comberplast son dignos de revisar y estudiar.

Era impresionante ver cómo islas despobladas se encontraban llenas de basura por culpa de las personas que la tiran sin mayores preocupaciones. Hay que cambiar el concepto que en inglés dice “Throw Away” (Lanzar la basura afuera), y comenzar con responsabilizarnos de qué compramos y que hacemos con el desecho que produce. El océano es el más afectado y finalmente, si el mar muere, nosotros morimos con él.

Emprendimiento sustentable en la UAI

– Benjamín, cuando cursabas el Magíster en Innovación y Emprendimiento e Ingeniería Comercial en la UAI… ¿ya tenías estas inquietudes respecto a la sustentabilidad?

En la universidad también estaba muy interesado e involucrado a la sustentabilidad, esto lo pude vivir en mi último año, donde realicé un proyecto que estaba de la mano con el cuidado del medio ambiente. Poleras 100% de algodón pima peruana orgánica o calcetines creados a partir de desechos de ropa usada son ejemplos de los productos que lanzamos con el emprendimiento Mana’u Clothing.

Con Mana’u nos dedicamos a salvar finalmente a los que más sufren por la contaminación, los animales. Por eso trabajamos de la mano con fundaciones claves que tenían proyectos específicos para salvar animales endémicos en peligro de extinción.

– ¿Crees que todo lo aprendido en el Magíster y ahora en Parley Ocean School te impulsará para seguir vinculado a temas de sustentabilidad?

El Magíster de Innovación y Emprendimiento realmente te hace ver las cosas con otros ojos. Uno se interioriza tanto con los problemas y necesidades que uno quiere atacar que te pone en otro punto de vista. Estas herramientas y conocimientos aprendidos son de ayuda para mis planes a futuro y si es que vuelvo a emprender. Pero en el corto plazo también pueden ser utilizados en trabajos cotidianos. Todos son los que tienen que cambiar, las empresas también. Por eso entré a Cervecerías Chile, específicamente al área de Marketing de Cerveza Corona, donde puede seguir con este proyecto de Voluntarios Por el Océano y lograr concientizar a la gente sobre este gran problema que tenemos.

Redes Sociales

Instagram