El 2018 Nicolás López y Rodrigo Segal, ambos Ingenieros Civiles UAI, vieron un dolor de cabeza que tenían muchos restaurantes y que tenía que ver con la venta de sus productos: Ubereats, Rappi o Pedidos ya, les cobraban comisiones muy altas para la venta y repartición de sus productos. Fue entonces cuando decidieron crear un software para todos los restaurantes que quisieran asociarse, ahí nació Justo.

¿Qué es Justo? Básicamente todo lo que un restaurant necesita para aumentar sus ventas. Nicolás explica que “en Justo un restaurante puede crear su propio ecommerce, manteniendo los datos de sus clientes sólo para ellos, crear su propia app, usar nuestra red de delivery y ocupar las herramientas de marketing digital de la plataforma”.

Justo ha crecido sostenidamente desde su creación, sin embargo, tras el estallido social del 18 de octubre y la llegada de la pandemia, el servicio de delivery-uno de sus servicios más demandados- explotó. Pasaron de tener cerca de 100 restaurantes asociados a más de 500 y de 300 órdenes al día -en marzo de este año- a más de 5 mil hoy.

Rodrigo, asegura que “la gracia de nuestro negocio es que va en contra de las crisis, a nosotros nos hacen bien. Los dueños de restaurantes pasaron del “ojalá tener una página web” a “debo tener una porque sino me muero” y es ahí donde estamos nosotros”.

De Chile al mundo

Hoy los restaurantes los buscan y los repartidores de delivery también, su modelo de negocio ha conquistado el corazón de muchos que quieren ser parte de Justo. No ha sido un trabajo fácil, sin embargo, ambos ingenieros se han comprometido con la ayuda a los restaurantes que hoy se niegan a sucumbir ante la crisis.

El modelo de Justo tiene proyecciones y Nicolás y Rodrigo lo saben. Hace pocos días, recibieron un llamado desde Estados Unidos, Y Combinator, una de las aceleradoras más importantes a nivel mundial, creyó en su startup y les entregó US$150.000 para seguir creciendo.

¿Cómo lo lograron? En febrero llenaron el formulario de postulación, tras lo cual les avisaron que pasaban a la etapa de la entrevista. Estudiaron y se prepararon. Hicieron más de 45 ensayos y entrenamientos con ex seleccionados de Y Combinator.

 “El día de la entrevista, la llamada duró 10 minutos y fue tal como nos habían dicho: 5 personas haciendo preguntas concretas, de una sola frase y todas muy rápidas. Sentimos que nos fue bien, así que después sólo debíamos esperar. Se supone que debían llamarnos entre 7 de la tarde y 10 de la noche, sino tenías que entender que no habías quedado. Estuvimos 9 horas esperando (por el cambio horario),  cuando eran casi las 12 nos llaman y dicen que quedamos. Fue una pesadilla”, cuenta Rodrigo quien contestó el llamado y hoy se transformó en anécdota.

En paralelo y aprovechando el buen momento, decidieron abrirse paso en el mercado internacional y hace dos meses apostaron por México. Ya han sacado órdenes y tienen cerca de 150 restaurantes asociados. “A largo plazo queremos ser la plataforma número 1 para vender online directamente al cliente en todo el mundo”, concluye Nicolás que apuesta a futuro por Justo.