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Indagación Apreciativa en la experiencia organizacional

Decano de Psicología abre espacio de conversación sobre dinámicas de apreciación en las empresas.

16 de septiembre de 2019

“No podemos controlarlo todo, y la indagación apreciativa se hace cargo de esta teoría” indica el decano de Psicología, Jorge Sanhueza, quien reunió a profesionales ligados a la gestión de personas con estudiantes del Magíster en Psicología de las Organizaciones, para conversar sobre experiencias concretas aplicando técnicas de indagación apreciativa.

Partiendo de la base que las organizaciones son mucho más que análisis FODA y números, la indagación apreciativa pone foco en las personas, y tal como explica el decano “reconoce las experiencias positivas para generar una capacidad de reacción amplificada”.

Desarrollando elementos personales

Desde CONAF, Diego Valencia, Responsable del Programa de Monitoreo, Gerencia Áreas Silvestres Protegidas contó su experiencia de trabajo aplicando las herramientas de Indagación Apreciativa: “empezamos a preguntarle a la gente qué le gusta hacer, abrir una conversación y entender que hay procesos que no resultan porque el factor humano no se cultiva”.

Con esta idea, realizó un taller guiado con Jorge Sanhueza, lo que les permitió construir una estrategia desde una lógica apreciativa, “para ser los mejores en lo que hacemos, no sólo se necesitan recursos, sino que considerar factores de compromiso, personales y sentido humano”, comentó Diego Valencia.

Un modo de ser

Todas las organizaciones tienen su sello, y dependiendo el rubro son diferentes los mecanismos de trabajo y compromiso, por eso, Dra. Catalina Soto, Directora del CRS Cordillera Oriente contó su experiencia en el mundo de la salud: “la indagación apreciativa es un proceso que se vive y en la medida que se sostiene se aprende”.

En este sentido, la doctora generó espacios de conversación que permite a sus trabajadores a encontrar la propia apreciación, invitando a preguntar qué le da sentido a sus vidas, su propósito y lo que les hace feliz, “estas dinámicas son clave en el proceso de indagación apreciativa, porque indagar implica preguntar, dentro de estas preguntas uno aprende a escuchar, y a partir de ahí comenzar un diálogo, con uno mismo y con otros”, agrega.

Dar sentido a lo que hace

Luciana Serraíno, Coordinadora de Desarrollo, Sección Desarrollo y Capacitación de la División Gestión y Desarrollo de Personas de la Tesorería General de la República también aplicó este taller con su equipo de trabajo, destacando que la conversación permitió a las personas a conectar con sus propios intereses y desde ahí reencantarlos con lo que hacen.

Descubrir puntos en común permite romper fricciones que existen en el trabajo, para así sentirse todos parte del mismo equipo”, este enfoque toca la emocionalidad de las personas, y finalmente la Indagación Apreciativa es una metodología que puede revitalizar equipos, ya que “entrega herramientas que permiten rescatar lo que son y potenciar todo lo que tenemos”, agrega Serraíno.

Finalmente, Serraíno destaca que estas dinámicas de retroalimentación son positivas siempre para las organizaciones, “porque permite tener y ver más de lo que ya valoramos de nuestro equipo”.

16 de septiembre de 2019

“No podemos controlarlo todo, y la indagación apreciativa se hace cargo de esta teoría” indica el decano de Psicología, Jorge Sanhueza, quien reunió a profesionales ligados a la gestión de personas con estudiantes del Magíster en Psicología de las Organizaciones, para conversar sobre experiencias concretas aplicando técnicas de indagación apreciativa.

Partiendo de la base que las organizaciones son mucho más que análisis FODA y números, la indagación apreciativa pone foco en las personas, y tal como explica el decano “reconoce las experiencias positivas para generar una capacidad de reacción amplificada”.

Desarrollando elementos personales

Desde CONAF, Diego Valencia, Responsable del Programa de Monitoreo, Gerencia Áreas Silvestres Protegidas contó su experiencia de trabajo aplicando las herramientas de Indagación Apreciativa: “empezamos a preguntarle a la gente qué le gusta hacer, abrir una conversación y entender que hay procesos que no resultan porque el factor humano no se cultiva”.

Con esta idea, realizó un taller guiado con Jorge Sanhueza, lo que les permitió construir una estrategia desde una lógica apreciativa, “para ser los mejores en lo que hacemos, no sólo se necesitan recursos, sino que considerar factores de compromiso, personales y sentido humano”, comentó Diego Valencia.

Un modo de ser

Todas las organizaciones tienen su sello, y dependiendo el rubro son diferentes los mecanismos de trabajo y compromiso, por eso, Dra. Catalina Soto, Directora del CRS Cordillera Oriente contó su experiencia en el mundo de la salud: “la indagación apreciativa es un proceso que se vive y en la medida que se sostiene se aprende”.

En este sentido, la doctora generó espacios de conversación que permite a sus trabajadores a encontrar la propia apreciación, invitando a preguntar qué le da sentido a sus vidas, su propósito y lo que les hace feliz, “estas dinámicas son clave en el proceso de indagación apreciativa, porque indagar implica preguntar, dentro de estas preguntas uno aprende a escuchar, y a partir de ahí comenzar un diálogo, con uno mismo y con otros”, agrega.

Dar sentido a lo que hace

Luciana Serraíno, Coordinadora de Desarrollo, Sección Desarrollo y Capacitación de la División Gestión y Desarrollo de Personas de la Tesorería General de la República también aplicó este taller con su equipo de trabajo, destacando que la conversación permitió a las personas a conectar con sus propios intereses y desde ahí reencantarlos con lo que hacen.

Descubrir puntos en común permite romper fricciones que existen en el trabajo, para así sentirse todos parte del mismo equipo”, este enfoque toca la emocionalidad de las personas, y finalmente la Indagación Apreciativa es una metodología que puede revitalizar equipos, ya que “entrega herramientas que permiten rescatar lo que son y potenciar todo lo que tenemos”, agrega Serraíno.

Finalmente, Serraíno destaca que estas dinámicas de retroalimentación son positivas siempre para las organizaciones, “porque permite tener y ver más de lo que ya valoramos de nuestro equipo”.