Hasta este jueves 26 de enero, CONAF informó que van más de 100 incendios, de los cuales 53 se encuentran 48 han sido controlados. Con más de 273 mil hectáreas consumidas, Chile vive los incendios forestales más catastróficos en 60 años.
Ante este escenario, la preocupación es latente, “en mi opinión hay una falta de capacidad para predecir o discriminar aquellos incendios que se convertirán en incendios de gran severidad” señala Pedro Reszka, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez y PhD Ingeniería de Seguridad contra Incendios en la Universidad de Edimburgo de Reino Unido.
El profesor de la Facultad de Artes Liberales, Alfredo Palacios, piensa en el futuro, “estos incendios dejan varias lecciones, primero para las propias comunidades afectadas, después de las temporadas invernales hay que hacer limpieza, hay que preparar cortafuegos, hay que cuidar las reservas de agua”.
Y en cuanto al rol del Estado dice, “luego de lo de Valparaíso, no es posible que hoy se discuta si se compra o no un avión que sea capaz de extinguir el fuego. Todo gira en torno a distintas catástrofes, luego del terremoto se invirtió ahí para prevenir, pero nadie se acordó de los incendios y esa perspectiva hay que tenerla, porque Chile cuenta con los recursos para evitar este tipo de catástrofes”.
Reszka explica que la ciencia y la tecnología pueden ofrecer soluciones para prevenir incendios y mitigar sus efectos, “para eso estamos trabajando en la UAI en conjunto con otras universidades de Chile y Europa. La capacidad de predecir lo que va a pasar es clave no sólo para gestionar los recursos durante la emergencia, sino que también tomar decisiones sobre planificación urbana y manejo de los bosques e interfases urbano-forestales”. A lo que añade luego que se debe tener capacidad predictiva, lo que implica “que se conocen de buena forma los fenómenos físicos y químicos que ocurren durante la combustión. Para ello se requiere trabajar en ciencia fundamental y aplicada, pues una vez que se conocen estos fenómenos, deben llevarse a códigos computacionales de modelación de incendios. En ese ámbito también hay mucho trabajo por hacer”.
El laboratorio PsychLab de la Escuela de Psicología de la UAI ha avanzado respecto a la prevención en caso de siniestros. Trabaja con un videojuego que simula un incendio en un edificio con la finalidad de enseñarle a la población civil a actuar en emergencias. El laboratorio ha trabajado con Bomberos de Chile y se ha comprobado que el mayor aprendizaje se da a través de los actos reiterados.