En el año 2017 se conformó una red internacional de investigadores liderados por la Dra. Graciela Iglesias-Rogers vinculados por su interés en el estudio de las conexiones históricas y culturales entre los mundos anglosajón e hispano. Esto dio lugar a la construcción de un nuevo marco conceptual denominado “Hispanic-Anglosphere”, del que forma parte el académico e investigador del Centro de Estudios Americanos (CEA) de la Facultad de Artes Liberales UAI, Dr. Andrés Baeza Ruz.

Para presentar y reflexionar sobre los trabajos de esta red internacional, el CEA organizó un conversatorio en el que participaron la Dra. Graciela Iglesias-Rogers, Senior Lecturer in Modern European and Global Hispanic History, University of Winchester (UK), el Dr. Manuel Llorca-Jaña, Profesor titular de Historia económica, Universidad de Valparaíso; y el académico Andrés Baeza Ruz.

La idea, cuenta Baeza, era dar a conocer los resultados de un proyecto que consiste fundamentalmente en una red interdisciplinaria de académicos de distintas partes del mundo interesados en estudiar las conexiones culturales entre el mundo hispánico y anglosajón, en especial británico: “El concepto “Hispanic-Anglosphere” remite a la necesidad de entender estas relaciones bajo un nuevo marco conceptual que pone el acento en las interrelaciones entre individuos de ambas esferas a lo largo de la historia. En ese sentido, la idea del conversatorio era también dar a conocer es marco conceptual que nació al alero de este proyecto”, explica.

En la actividad -en la que participaron especialistas de Canadá, España, Argentina, Bolivia, Irlanda, y Chile-, la líder del proyecto presentó el libro que contiene una muestra de las diversas aristas de la Hispanic-Anglosphere y abordó el trabajo de re-interpretación de la colección permanente de la casa de William Gibbs en Tyntesfield (Inglaterra), que permitió dar a conocer sus conexiones hispanas. “Esto último resultaba particularmente interesante, especialmente para nuestra Facultad, que tiene un alto interés en temas de patrimonio”, cuenta Baeza.

Luego, Manuel Llorca-Jaña y el académico UAI comentaron cómo había sido su participación en el proyecto y el uso que le dieron a este marco conceptual en su trabajo, pero fundamentalmente – “y creo que fue lo más importante”, cuenta Baeza – es que se pudo dar a conocer todo el desarrollo del proyecto y el énfasis en la vinculación con el medio que este tiene, especialmente mediante el trabajo que se hizo en Tyntesfield.

El investigador del Centro de Estudios americanos cuenta que no es común encontrar un proyecto de investigación que combine la rigurosidad académica con el impacto social (o vinculación con el medio) de la manera en que lo hace este proyecto. Por otro lado, explica que la red que se conformó hizo dialogar a académicos que normalmente no dialogan entre sí, ya que en ella participan historiadores de la economía, de la religión, de la guerra, de la educación, de la literatura, de la música, entre otros. En definitiva, es una invitación a no encasillarnos tanto en nuestras disciplinas y especialidades.

A juicio del historiador UAI, lo más relevante del conversatorio fue que la investigadora Graciela Iglesias-Roger explicó muy bien cómo diseñar, organizar y ejecutar un proyecto de investigación, al mismo tiempo que organizar una red internacional y, por otro lado, que dicho proyecto no solo se quede en la publicación de un libro, sino que en influir en la sociedad: “La verdad es que superó mis expectativas, tanto por la amplia participación, como por el desarrollo mismo del conversatorio. Hubo mucho interés por conocer a fondo el proyecto, mucha interacción entre los participantes… me encantaría que más colegas de la Facultad se sumaran y por qué no, que el proyecto pueda encontrar en la UAI un segundo hogar donde alojarse y seguir creciendo”.

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