Danilo Villegas tiene 26 años y conoce la mayor parte de las regiones del país, que ha recorrido “como hacemos los periodistas, un poco a la rápida, sin agotar todas las posibilidades, en medio del trabajo” y ha entrevistado a un abanico multicolor de personas de diferentes sectores socioeconómicos. Ha participado en el equipo de su canal que cubre el Festival de la Canción de Viña del Mar. Es el periodista a cargo de los reportajes en el matinal de Chilevisión, “La mañana”.

Puntarenense de nacimiento pero “cruzado” de corazón, Villegas tiene el lema de que “es mejor pedir perdón que pedir permiso”. Explica su talante osado: “Prefiero arriesgarme y cometer por ello un error, por el que debo excusarme, que después lamentarme por algo que no hice y pude hacer”. 

En el trabajo procura “ser voz de los que no tienen voz”, llevando a la pantalla a quienes nunca están en ella, e intenta desentrañar algunos de esos enigmas sin respuestas desde hace años. Tras hacer su práctica en 2012 permaneció trabajando en el mismo programa, en la franja de la mañana, que considera la más competitiva en la televisión. Dotado de una notable capacidad de improvisación y adaptación, tiene la risa a flor de piel y es de quienes pueden salir de un atolladero con una broma oportuna o un dicho simpático.

Tras estudiar la malla y el plantel de profesores de la Escuela de Periodismo de la UAI, Villegas eligió estudiar en esta universidad. “Sin el aporte de la UAI y la Escuela a mi formación podría no estar donde hoy trabajo. La Escuela me abrió el mundo y me enseñaron un poco de todos los temas. Cuando menos lo he esperado, me ha servido lo que ahí aprendí”, cuenta. Fue, también, donde generó redes y contactos valiosos.

Villegas no pasó inadvertido en la Escuela. Fue presidente del Centro de Alumnos de Periodismo en la sede de Viña del Mar y animó foros y debates, sin miedo a los micrófonos ni a las cámaras. A pesar su trayectoria, aconseja primero “no estudiar periodismo pensando en la televisión, porque uno se puede frustrar si no llega. Hay que estar dispuesto a contar historias, en cualquier medio, y si surgen oportunidades, a dar la vida para luchar por ellas”.

Su segundo consejo es práctico: hay que manejar la ansiedad al salir a reportear, dice. “La historia periodística no comienza cuando uno salió a reportear y se debe investigar su pasado”.

En diez años más le gustaría seguir en su pasión: el reporteo en la calle. “Admiro a Rafael Cavada y a Claudio Fariña, que nunca han dejado de reportear, a pesar de su gran experiencia”.

Acude al gimnasio cotidianamente, algo que prefería eludir cuando era estudiante, y en sus horas libres se ocupa de los quehaceres domésticos (“son muchos cuando uno vive solo”) y le encanta reunirse con amigos. ¿Un sueño todavía pendiente? Entrevistar a los más grandes de la música argentina: Fito Páez, Charly García y Andrés Calamaro.