El 20 de octubre, la Escuela de Psicología UAI y la Fundación PROhumana, presentaron los resultados del estudio realizado por el Observatorio del Futuro del Trabajo junto a ClioDinamica Consulting. En el webinar estuvieron presentes Soledad Teixidó, Presidenta Ejecutiva de PROhumana; Jorge Sanhueza, Decano de la Escuela de Psicología, y los investigadores Mariana Bargsted y Carlos Vera.

Al abrir la presentación, Jorge Sanhueza señaló que: “de la noche a la mañana esta necesidad de sintonizarnos, de responder adaptativamente al entorno, se transformó no solo en una necesidad, sino fundamentalmente en una urgencia”. Por su parte, Mariana Bargsted agregó sobre el foco central del estudio, que “la flexibilidad tiene dos lados, el lado luminoso que es el de la capacidad de adaptación, pero tiene un lado peligroso, que es el lado de la precarización laboral”.

Sobre el estudio

El objetivo principal era conocer, a través de los principales gerentes y directivos de recursos humanos, la realidad y visión que existe actualmente en Chile acerca de la aplicación de medidas de flexibilidad laboral, su efectividad, sus consecuencias y su proyección después de la pandemia del Covid-19. En este contexto, el marco conceptual incluyó a 350 organizaciones, de las cuales 124 fueron entrevistadas.

¿Cuáles fueron los principales resultados?

Según señalaron los investigadores, no hay una visión compartida sobre qué es flexibilidad, manteniéndose aún visiones generales y parciales. Un 28% la entiende como la capacidad de adaptación de la organización para continuar funcionando ante los cambios del entorno; un 23% asocia el concepto a ajustes en los horarios de trabajo asociados a cambio de foco en los objetivos. Y un 18% alude a ajustes de horario, en conjunto con teletrabajo.

En cuanto a las medidas que se han tomado en las organizaciones, éstas van desde flexibilidad horaria y teletrabajo total, a teletrabajo parcial y trabajo presencial por turnos.

Respecto a quienes han aplicado un mayor número de medidas, las organizaciones más grandes llevan la delantera frente a organizaciones pequeñas y microempresas. Además, la aplicación de medidas de flexibilidad horaria y turnos es significativamente mayor en organizaciones públicas.

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