Como una experiencia “muy gratificante” describe este primer semestre de estudios como alumna del Doctorado en Procesos e Instituciones Políticas (DPIP), Valentina Salas. El programa -comenta- ha cumplido sus expectativas de excelencia e interdisciplina, en “un grato ambiente de trabajo académico”.
Y es precisamente este enfoque interdisciplinar, la sólida formación y permanente interacción entre teoría e investigación empírica, lo que caracteriza a este programa que desde 2015 imparte la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez y cuyo proceso de postulación para 2022 estará abierto hasta el 28 de septiembre.
Areditado por la CNA, el DPIP aborda temáticas que van desde la economía, la historia, la filosofía, las ciencias sociales y la sociología, sumando una malla flexible, que incluye cursos intensivos diseñados de acuerdo a las necesidades de los estudiantes, simposios junto a otras universidades y un ciclo anual de coloquios de investigación donde los estudiantes presentan sus estados de avance de tesis. Herramientas e instancias que son valoradas por los alumnos y alumnas para su formación en investigación. “El primer semestre fue muy rico en la incorporación de herramientas metodológicas y teóricas provenientes de diversas disciplinas como la filosofía política o la sociología desde la teoría crítica y sistémica. Además, la participación en coloquios y seminarios estimula el trabajo colaborativo y participativo”, señala al respecto Valentina Salas, Licenciada en Historia de la Universidad de Santiago de Chile y Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Barcelona.
Algo en lo que también coincide Alberto Riquelme, Analista en Políticas y Asuntos Internacionales de la Universidad de Santiago de Chile, quien este año inició sus estudios en el DPIP y es uno de los 11 becarios ANID con los que cuenta el programa. “En este tiempo en el doctorado las principales herramientas y contenidos adquiridos han sido nutrirme de conocimientos relevantes y atingentes a los desafíos sociales y políticos que enfrentamos como sociedad y sus instituciones, con seminarios sobre el Antropoceno, debates contemporáneos sobre teoría de la justicia y problemáticas socioambientales. Por otro lado, la instancia de los coloquios nos permite conocer los proyectos doctorales de nuestros compañeros y construir comunidad académica mediante un debate constructivo e interdisciplinario. Además, las actividades académicas desarrolladas por la Escuela de Gobierno y la Facultad de Artes Liberales nos acercan a conocer investigaciones de académicos destacados en distintas áreas y temáticas”, señala.
La perspectiva multidisciplinar y diversa del doctorado también se ve reflejada por un claustro académico de 15 investigadores provenientes de diversas disciplinas a los que se suman profesores colaboradores de Chile, Europa, América Latina y Estados Unidos, más una lista abierta de profesores visitantes lo que promueve la colaboración de una red académica internacional. Por su parte, entre sus estudiantes hay economistas, cientistas políticos, historiadores, sociológos y sicológos, de regiones de Chile y de países como Serbia, México e Italia.
El programa, que cuenta con cuatro estudiantes titulados, contempla dos modalidades para la obtención del grado de doctor: tesis monográfica o por artículos aceptados en revistas WoS. Tiene una duración de ocho semestres, con la defensa de tesis doctoral en el noveno semestre. Su director es el profesor Daniel Chernilo y la codirectora es la profesora Francisca Rengifo.
“Evalúo mi experiencia en el programa positivamente. Lo que más destacaría son los formatos de evaluación ya que a partir de cada curso y seminario, construimos un paper sobre un problema de investigación basado en los contenidos vistos. De esta manera se fortalece nuestra formación como investigadores y si el artículo es bueno, podemos aprovechar la oportunidad e intentar publicarlos en revistas científicas indexadas. En cuanto a este segundo semestre, que recién comenzó, destaco el retorno a la presencialidad de las clases, ya que sin duda es un componente fundamental en la construcción de una comunidad académica”, concluye Alberto.
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