Claudia Arellano y Sebastián Gallegos, ambos académicos de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, se adjudicaron fondos para el desarrollo de investigación en el marco del concurso Fondecyt Iniciación 2022, de ANID.
Esta convocatoria tiene por objetivo fomentar y fortalecer el desarrollo de investigación científica y tecnológica de excelencia, a través de la promoción de nuevos(as) investigadores(as). Lo anterior, a través del financiamiento de proyectos de dos a tres años de duración, en todas las áreas del conocimiento.
En el caso de Claudia Arellano, su proyecto -titulado Ensambled-Bayesian framework for efficient deep learning algoritms– explorará nuevos algoritmos (arquitecturas de aprendizaje profundo) que puedan ser eficientes y, al mismo tiempo, con baja varianza, en la visión computacional o artificial. Con este fin, el trabajo se plantea tres preguntas de investigación: ¿se puede desarrollar una arquitectura bayesiana de conjunto eficiente de extremo-a-extremo sin aumentar el tamaño del modelo final? ¿Es posible modelar un sesgo conocido en tal conjunto de arquitectura bayesiana? Y, ¿se puede usar este marco para problemas multimodales de aprendizaje profundo?
Por su parte, el proyecto de Sebastián Gallegos –Perceived Skill Gaps, Parental Investments and Beliefs, and Children’s Adult Outcomes– tiene por objetivo general entender cómo diferencias en habilidades tempranas afectan a niños a lo largo de su ciclo de vida. “Un primer resultado a revisar son las reacciones de madres y padres. ¿Les dedican más recursos y más tiempo a los más hábiles, o a aquellos de menor habilidad? Un segundo resultado conecta estas diferencias en inversión parental con resultados de mediano y largo plazo de los niños. Por ejemplo, ¿se gradúan de enseñanza básica y media? Luego, ¿se matriculan y gradúan de educación superior? Finalmente, ¿qué sucede en términos de empleo y salarios?”, explica.
Sobre cuál será el aporte al país de esta investigación, el profesor señala que un estudio de este tipo contribuye a entender cómo eventos que ocurren temprano en la vida afectan resultados futuros. “Esta evidencia es importante porque puede darnos luces de cómo y cuándo invertir para mejorar las trayectorias del ciclo de vida de las personas. Por eso, puede resultar en un insumo relevante para generar mejores políticas públicas en el país”, concluye el académico.