Design Lab certifica a profesores de colegio en educación tecnológica y pensamiento computacional

En el contexto del avance acelerado de la tecnología y su relevancia en la formación de estudiantes de colegio, el Design Lab creó el programa de certificación en Educación Tecnológica y Pensamiento Computacional, dirigido a profesores de establecimientos educacionales y que se desarrolló entre abril y julio de 2022.

Esta primera versión contó con la participación de 27 profesores y profesoras de colegios particulares y subvencionados de Santiago, Rancagua, Concepción, Paine y otras localidades, quienes se capacitaron y recibieron conocimientos tecnológicos, mejorando sus competencias, además de potenciar sus capacidades creativas y de innovación para sus estudiantes. Todos ellos recibieron su certificación en una ceremonia realizada en enero de 2023, en el campus Peñalolén.

“Fue un grupo excepcional, en general profesores de arte y lenguaje que querían adaptar sus habilidades al entorno de las tecnologías digitales, algunos con algún tipo de experiencia previa, otros no, pero todas y todos muy entronizados con los cursos y sabemos que ahora están aplicando lo aprendido y profundizando”, destaca Carolina Pino, directora del programa.

Carolina explica que el programa se propuso antes de la pandemia y luego, con ese factor en consideración, vieron que con todos los cambios que se produjeron a partir del uso acelerado de tecnologías digitales, podíamos hacer un cambio implementando este programa”. Así, se implementó un formato en el que profesoras y profesoras de diversas áreas pudieran implementar el uso de herramientas, lógicas y metodologías en torno al desarrollo de proyectos.

De esta manera, la Escuela de Diseño UAI puso a disposición su infraestructura académica y tecnológica para acompañar a las instituciones educativas y a sus profesores y profesoras a hacer la diferencia en la formación de sus alumnos. A través de sesiones teórico-prácticas, se utilizó tecnología para ejecutar procesos de diseño, programación y fabricación, basada en la metodología del aprender haciendo.

Patricia Acevedo, directora académica de postgrados de la Escuela de Diseño, destaca que este certificado en educación tecnológica busca promover espacios colaborativos y multidisciplinarios, que a su vez permitan reforzar competencias docentes, asociadas a la implementación de metodologías activas. Esto de la mano de tecnología de vanguardia que propicie prácticas educativas innovadoras, las que a su vez motiven a los estudiantes y ajusten las brechas entre el sistema educativo y el mercado laboral. “Nuestra diferencia es que entregamos los kits de electrónica y máquina de impresión 3D, lo cual permite a los docentes aprender y quedarse con la tecnología para transferirla inmediatamente a sus estudiantes. Este programa ajusta las brechas entre establecimientos públicos y privados, transfiriendo la tecnología, ampliando redes y generando una comunidad educativa que permanezca en el tiempo”, señala.

Este programa -que se desarrolla en formato híbrido y en el que los estudiantes acceden a uno de los laboratorios de fabricación digital más modernos de Latinoamérica, el Fab Lab UAI-, considera diferentes módulos, todos aplicados bajo la cultura ‘maker’, y próximamente será conducente al Diplomado en Educación Tecnológica.

La experiencia

“Decidí tomar este curso porque tengo la convicción de que es necesario un cambio en el sistema educativo; ya no podemos seguir educando en base a los modelos tradicionales de enseñanza y como docentes podemos hacer la diferencia innovando en nuestra práctica pedagógica”, cuenta Angélica Martínez, profesora de artes visuales, quien imparte clases de artes y tecnología en el Colegio Los Pensamientos de San Bernardo. Angélica agrega que de esta manera “estaremos contribuyendo a una educación del siglo XXI que contemple el rol activo de los estudiantes en la construcción de su propio aprendizaje y que considere las características de la sociedad actual y el impacto de los avances tecnológicos en distintos ámbitos”.

También la motivó la oportunidad de poder certificarse en educación tecnológica y adquirir los conocimientos necesarios para implementar un Maker Space en su colegio, una iniciativa que ya es una realidad “gracias a esta capacitación y al apoyo y visión transformadora de los directivos de mi establecimiento”, dice. En el espacio, los estudiantes han desarrollado proyectos interdisciplinarios empleando tecnologías de diseño y fabricación digital, como un museo 3D que exhibe piezas artísticas, históricas, científicas y patrimoniales impresas en 3D con infografías digitales y que pueden visualizarse desde cualquier dispositivo móvil. Así también, en el espacio idearon y prototiparon productos dirigidos a personas no videntes para motivarlas a reciclar de forma independiente. “Algunos estudiantes crearon material didáctico impreso en 3D para enseñar a los niños no videntes sobre el reciclaje y el cuidado del medio ambiente y otros estudiantes modificaron o adaptaron contenedores de basura con placas impresas en 3D incorporando escritura braille e imágenes en relieve para facilitar la identificación de cada residuo”, comenta.

“Sin duda esta certificación me ha ayudado a generar experiencias de aprendizaje más significativas y memorables para mis estudiantes, dando cabida a la curiosidad, el asombro, la colaboración, la creación y la innovación. El programa me pareció muy atingente a los tiempos que vivimos ya que aborda los nuevos enfoques, metodologías y herramientas tecnológicas que son tendencia en educación, como la pedagogía Fab, el construccionismo, el movimiento Maker, los Fab Lab, el ABP, el pensamiento computacional y el uso educativo de la impresión 3D, el corte láser, la electrónica y la programación”, destaca Angélica.

La profesora agrega que los contenidos y actividades de cada módulo le permitieron desarrollar y fortalecer competencias clave “para afrontar los desafíos que demanda la sociedad y educación actual, todo esto de una forma lúdica realizando ejercicios que pusieron a prueba mi creatividad y que son posibles de replicar y/o adaptar al contexto escolar propiciando el desarrollo de habilidades del siglo XXI en un entorno de aprendizaje a través del juego, el descubrimiento, la experimentación y la creación”.

“Tras haber cursado esta certificación veo a las tecnologías como una gran aliada para motivar a mis estudiantes y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, y espero poder inspirar a otros docentes y establecimientos educacionales a implementar metodologías y herramientas innovadoras en el aula”, concluye.

Por su parte, Alejandra Meza, profesora y coordinadora del Departamento de Tecnología del Instituto Hebreo de Lo Barnechea, contextualiza que, en particular, la clase de tecnología requiere que los profesores del área estén en constante búsqueda de nuevas tecnologías e innovaciones. “El mundo tecnológico avanza tan rápido que la educación tarda mucho en apropiarse de estas para generar didácticas o estrategias que las lleven al aula. En el certificado aprendí, experimenté, reflexioné y lo más significativo es que pude trabajar con otros profesores, intercambiando experiencias, aciertos y desaciertos en el aula y dando cuenta de la importancia del trabajo interdisciplinario en la educación de hoy”, señala.

“Es significativo trabajar colaborativamente con profesores de distintas áreas, que validan la importancia de co-crear. Este certificado está enfocado en una pedagogía Fab, donde el hacer, el diseñar y dar vida con tecnologías a proyectos fue una forma significativa de aprendizaje. Me gustó mucho trabajar con electrónica creativa, dar vida a las ideas y proyectos educativos con la impresora 3D y con la cortadora láser y quedarnos con muchas ideas para aplicar en nuestras aulas”, concluye Alejandra.

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