Desarrollo Territorial Sustentable
Estudiantes de Psicología trabajan directamente con comunidades para estudiar su vínculo con las organizaciones.
23 de julio de 2019
El desarrollo territorial sustentable requiere de la construcción de relaciones y vínculos de confianza y colaboración permanente entre los actores que lo protagonizan, en particular de las comunidades, organizaciones sociales y representantes; de las instituciones que ejecutan acciones en el territorio y de las empresas que se insertan en el territorio transformando las dinámicas locales.
En este contexto de complejidades, y entendiendo el Relacionamiento Comunitario Sostenible como un proceso clave para recomponer relaciones inclusivas, de confianza y colaboración, la Escuela de Psicología entrega “herramientas y procedimientos metodológicos disciplinarios para enfrentar estos desafíos y prestar los apoyos necesarios para fortalecer a las organizaciones de un barrio particular”, explica Ana Rosenbluth, directora del Departamento de Psicología Social de la UAI.
Los estudiantes del Magíster en Psicología Social, por lo tanto, desarrollan estudios prácticos y directos con comunidades. Actualmente se encuentran trabajando con la Unidad Vecinal número 7 del Barrio Matadero, haciendo un levantamiento de necesidades participativo para así elaborar una propuesta conjunta de mejoramiento del barrio.
“La experiencia de trabajo en el Barrio Matadero ha sido un proceso muy enriquecedor para mi formación tanto académica o profesional, como humana”, señala Valeria Migone, alumna del magíster y participante del proyecto. Durante los talleres, los estudiantes se han encargado de levantar voces de distintos lados para tener una visión de todos los actores sociales involucrados, con el fin de articular un futuro diagnóstico transparente y participativo. Su objetivo está en evaluar la participación de los vecinos en las juntas de vecinos.
El trabajo territorial co-construido o participativo implica también mayor gradualidad, cuidado y consideración de un contexto que de por sí es diverso, que presentará inevitablemente opiniones comunes y otras divergentes, por lo mismo, Valeria señala que “la forma en la que vayamos integrando la información, necesidades y datos desde los distintos actores, debe estar constantemente adecuándose a los cambios del contexto, a la emergencia de nueva información y sobre todo a lo que los/as vecinos/as consideran que su territorio necesita”.
Dentro de los principales hallazgos, Valeria cuenta que según lo indagado, hipotetizan que esta baja participación se relaciona con elementos como la confianza, transparencia, vínculo y comunicación entre dirigentes y vecinos/as, “existe consciencia por parte de dirigentes de que hay elementos que deben mejorar para poder convocar a más vecinos/as a su gestión y también está la voluntad para mejorar en esto con lo que nosotros como equipo podamos aportarles”, profundiza.
Talleres como estos son relevantes para una formación integral de profesionales, que más allá de la teoría puedan experimentar in situ los conflictos humanos, ser capaces de identificarlos y proponer soluciones.
Ana Rosenbluth agrega que estas actividades le permitirán a los estudiantes estar preparados para “comprender y diagnosticar el contexto psicosocial del conflicto, diseñar, implementar y evaluar intervenciones psicosociales, así como generar y facilitar vínculos entre actores sociales. Además de ser capaces de diseñar e implementar estrategias comunicacionales”, acota.