Crisis en Chile, el estallido de los movimientos sociales

15 de Noviembre 2019 Noticias

Una conversación profunda con la actriz y activista política Javiera Parada, el doctor en filosofía política y profesor de la Escuela de Gobierno UAI, Cristóbal Bellolio, es la que se vivió en la sede de Presidente Errázuriz organizada por el Magíster en Comunicación Política y Asuntos Públicos, dirigido por Max Colodro, quien moderó la instancia y abrió la conversación pidiendo a los invitados que hicieran un diagnóstico de la crisis en Chile.

“Este estallido social está ocurriendo con la misma fuerza en otros lugares del mundo. Yo creo que lo que ha ocurrido es el estallido de un montón de demandas que estaban presentes en la ciudadanía, lo que da cuenta de una desilusión bien fuerte entre la ciudadanía y la política. Ellos no se sienten representados por todo el espectro político”, señaló Parada, quien adelantó que un acuerdo amplio en el tema constituyente puede ayudar a bajar la intensidad de las movilizaciones.

Para ella la política es llegar a acuerdos, con sentido de urgencia, dada la situación que se está viviendo en lo económico y en los niveles de violencia que se han visto en las calles.

Bellolio planteó que hay distintas hipótesis en competencia y que será trabajo de intelectuales y cientistas sociales dilucidar cuál de ellas se ajusta más al fenómeno que estamos viviendo. Por una parte, está la hipótesis liberal que señala que este estallido social es producto del modelo económico chileno, que prometió bienestar material para todos y a muchos se les cumplió la promesa, pero con un alto costo. Ellos no desechan el modelo en sí, sino que la frustración que les producen las promesas incumplidas. Otra hipótesis apunta a que el problema está en la elite política y económica que ha secuestrado a las instituciones en su propio beneficio, y, por último, la hipótesis de un modelo económico desigual, que mercantiliza todos los quehaceres de la vida diaria. Para Bellolio estas hipótesis no son excluyentes.

Ambos coincidieron en que la palabra clave en estos movimientos sociales es la dignidad, como una reivindicación de la autovalía.

Una de las preguntas de Max Colodro fue sobre el quiebre histórico que significó la dictadura y por qué en este estallido social vuelve a reflotar después de 30 años. Al respecto, Parada sostuvo que ve con preocupación que algunos asocian el movimiento a la dictadura despertando nostalgias que no se hacen cargo del movimiento, ni de sus demandas. “En el trascurrir de estos 30 años faltó coraje, las mayorías para avanzar más y profundizar la democracia y quitarle trozos al mercado asegurando la dignidad social, la rabia que hemos visto tiene que ver con eso, con que hay gente que se ha sentido excluido y eso es por un modelo que no se hace cargo de todos y todas. Hay una crisis de las democracias liberales en el mundo y hay un problema de quienes no se sienten representados por los políticos. Hay un lado de esta crisis que tiene una dimensión económica materialista, pero también hay una más profunda de clasismo, centralismo, exclusión y eso viene de antes de la dictadura, que se profundizó con ella, pero no parte ahí” sentenció Parada.

Sobre la violencia en las calles, Bellolio señaló que hay un 80% de ciudadanos que apoyan las marchas y un 80% que reprueba la violencia, sin embargo, hay un grupo de jóvenes que piensan que ésa es la manera de conseguir que sus demandas sean escuchadas, además, son jóvenes que no tienen nada que perder. “No hay viernes de paz, si no hay viernes de furia”, dijo Bellolio y sostuvo que probablemente los casi dos millones de chilenos no habrían salido a las calles en la marcha masiva del viernes en Plaza Italia.

Al preguntar la opinión de los panelistas por la petición de renuncia de Piñera, Parada fue clara en señalar que piensa que es legal hacerlo, pero no sirve políticamente, “lo que necesitamos es avanzar en los acuerdos, hoy la acusación no contribuye a salir de la crisis, necesitamos instituciones fuertes”. Ésta fue una de las razones que llevaron a Parada a renunciar a revolución democrática, ya que para ella militar en un partido político es un acto de contracción de la propia libertad en post de avanzar en un colectivo, pero cuando ese colectivo no quiere hacer política, uno no puede seguir allí.

“Cuando le pidieron la renuncia al presidente, al principio me pareció descabellado. Las democracias mueren en la medida que gobernantes desde adentro van erosionado las instituciones. Cuanto aguanta uno aferrándose a reglas que no demuestran tener la flexibilidad necesaria para ponerle fin al dolor y la angustia. Si les aseguraran que el precio para ponerle fin al estallido social es la cabeza del presidente, uno lo piensa. Me aferro a mi convicción democrática o estoy por el cambio. Si tu cabeza es el precio para volver a mi vida, lo siento. A mí no me gustaría que mi generación asista a un quiebre democrático”, señaló Bellolio, quien cree que el gobierno ha tenido una pésima actuación en esta crisis, llegando tarde con las soluciones y gobernando con pares que vienen de los mismos mundos (católicos, heteroseaxuales y de los mismos 5 colegios).

Ante la pregunta de uno de los asistentes a una posible salida autoritaria, Cristóbal Bellolio dijo que esa salida sería una posibilidad si fracasa el acuerdo político, pues existe una importante fractura social de la que aún no nos hemos hecho cargo y que no solo se ve expresada en las familias, amigos, sino que en grupos organizados que están dispuestos a enfrentarse entre ciudadanos.

En el coloquio, tanto Parada como Bellolio tenían las esperanzas puestas en un acuerdo político transversal en relación a la nueva Constitución y esta madrugada ese histórico acuerdo se logró, ahora habrá que esperar cómo sigue el movimiento y cuáles serán los pasos para salir de la crisis.

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