Siempre ha participado en todo: Andrés Fuenzalida fue presidente del Centro de Alumnos de su colegio, desde que ingresó a la UAI ha sido ayudante de Taller de Emprendimiento, ha participado en trabajos voluntarios, y así un largo etcétera. Este 2017, mientras cursaba tercer año de comercial decidió dar un vuelco. “En cuarto año quiero estar tranquilo, ser un alumno más, me salgo de todo”, pensó, pero finalmente su vocación de liderazgo fue más fuerte y terminó encabezando la lista ganadora Elévate CAAENS que hace pocas semanas asumió como nuevo Centro de Alumnos de Economía y Negocios Santiago. Cargo que asume con tanta responsabilidad que incluso está pensado en dejar sus ayudantías, labor que se complementa con la pasión que siente y transmite por la universidad.
¿Qué es lo que más le gusta del sello de Ingeniería Comercial UAI? “En el primer semestre de primer año, nos llevaron de inmediato a empresas, el contacto con la realidad es instantáneo. Me di cuenta que en realidad me gustaba comercial porque antes dudaba si era la carrera que yo quería,” cuenta, señalando además que ha disfrutado mucho tener ramos humanistas durante su carrera. “Antes de entrar a Adolfo tenía miedo por las Artes Liberales. Pensaba que no era bueno para lo humanista y ahora los ramos en que mejor me va son justamente esos. Si en el colegio, por ejemplo, era un desastre para los ensayos, ahora los disfruto.”
¿Cómo llegó Francisca Pozo, actual secretaria de comunicaciones del CAAENS, a ser parte del Centro de Alumnos? Su camino fue diferente al de Andrés. El primer semestre del tercer año de carrera congeló y cuando regresó, quiso involucrarse más en la universidad. Por una amiga, llegó al Centro de Alumnos. “Me contaban que era entretenido y además aprendes algo distinto de la vida de la universidad, empiezas a hacer otras cosas, conoces gente de otras facultades. La vida en la universidad se vuelve más entretenida hablando de tus ideas.”
Los dos eran miembros del Centro de Alumnos saliente, bajo la presidencia de Lucas Cantarellas y la posibilidad de asumir como directiva se fue dando de manera casi natural. Hoy, tienen una visión privilegiada en el sentido que conocen todo lo que se hizo el 2017 y también asumen las debilidades que buscarán mejorar durante el 2018. “El CAAENS hizo este año un trabajo espectacular, Lucas y su equipo lograron que las personas se atrevan a decir lo que piensan, avanzamos mucho en respetarnos,” dicen.
Desafíos 2018
Francisca cuenta que cuando armaron en equipo, trataron de buscar a alumnos que participaran en la mayoría de las organizaciones de la universidad, para que éstas se sintieran representadas. “Queremos estar conectados con ellos, para que todos esos grupos sean parte de la identidad de los comerciales,” explica. Andrés profundiza que la idea es poder potenciar los proyectos que tienen las organizaciones, la mayoría de ellos muy buenos, que a veces por distintos motivos no llegan a todos los alumnos. De esa forma, todas las partes salen beneficiadas: Las organizaciones, los alumnos y el propio CAAENS. “Por ejemplo”, dice Francisca, “si queremos hacer algo significativo para el día de la mujer, relacionado con la igualdad de género, nosotros no tenemos todas las herramientas que podría tener EQUITAS para hacer algo potente.”
Una debilidad que como grupo están resueltos a mejorar es el tema de cómo comunicar lo que están haciendo, y es ahí donde Francisca asume un rol clave como secretaria de comunicaciones. Sienten que deben crecer tanto en comunicación interna como externa, porque hubo algunos muy buenos proyectos que no tuvieron la repercusión que ellos esperaban. Saben que tienen un desafío importante, porque la actual es una generación de alumnos que se ha comunicado desde siempre mediante redes sociales. “El ataque tecnológico que tuvo nuestra generación hizo que se perdiera el interés por todo: comunicarse con la familia, con los amigos, los hermanos. Ahora las personas sólo tienen interés en mirar la pantalla, pero muchas veces no leen, lo que provoca un desinterés general por todo,” dice Andrés.
¿Qué quieren hacer, entonces? Volver al origen, mirar a los ojos, regresar a la comunicación del boca a boca. “Un proyecto bueno que tenemos, se relaciona con época de campaña. Cuando hacemos campaña las personas se motivan, entonces pensamos ir a hablar con ellos cara a cara, dejar de decirle las cosas por Facebook e Instagram. Vamos a probar distintas formas hasta que demos con el punto que falta para que la gente se motive. Uno de los proyectos que tenemos es “poleras al patio”, es decir, cada vez que tengamos un proyecto nuevo queremos salir al patio con días de anticipación, con nuestras poleras del Centro de Alumnos. Estar todo el día en el patio, en el casino contando lo que va ocurrir, y que se vuelva una costumbre para que las personas cuando nos vean con nuestras poleras, sepan que es porque va a pasar algo.”
También buscan mejorar la participación en política, quieren que en las asambleas exista una participación mucho mayor. “Todos los temas que se hablan en la asamblea son para tener una mejor escuela. Nos pasa ahora que mucha gente discute y opina en Facebook, pero no aparecen en la asamblea, cuando en realidad, es muy fácil ir, son en las escaleras,” dice Francisca. “Para eso vamos a trabajar con los delegados políticos de la UAI, para encontrar los mejores horarios y aumentar la participación,” comenta por su parte Andrés.
Sobre los proyectos emblemáticos del Centro de Alumnos, estos permanecerán: El Último Aliento, los bazares y CLICK, que el 2018 pretenden potenciar aún más, y darán también un especial énfasis a lo deportivo. Andrés y Francisca explican que el objetivo es utilizar más los espacios deportivas de los campus, organizar eventos en conjunto con las otras escuelas y facultades, y el campus Viña del Mar. “Queremos unirnos como universidad,” dicen. El mejor de los éxitos para su gestión.