La alta penetración de la tecnología en la vida de las personas ha llevado a que su incorporación en las tareas y procesos de las empresas también se haya instalado de manera rápida. Este cambio a un trabajo con máquinas inteligentes puede otorgar variados e importantes beneficios, como mejoras en la productividad, al utilizar soluciones basadas en inteligencia artificial IA).
Sin embargo, según investigaciones realizadas por IBM, solo el 21% de los negocios en Chile se encuentra aplicando ayuda de máquinas inteligentes en sus procesos, y el 39% de los profesionales tecnológicos señala que sus organizaciones han acelerado la implementación de IA con la llegada de la pandemia.
“La verdad es que la penetración efectiva de la IA en Chile ha sido baja, aunque la publicidad diga lo contrario. Las razones van desde la confusión entre automatización convencional e IA, negativa por la cultura organizacional de las empresas, poca claridad sobre los beneficios reales, falta de capacidades, resistencia natural, entre otros”, explica John Atkinson, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, y Doctor en Inteligencia Artificial por la Universidad de Edimburgo.
Atkinson asegura que las empresas podrían mejorar su productividad y negocios al utilizar soluciones basadas en IA en cualquier rubro que involucre tareas complejas de toma de micro o macro decisiones que involucren la interacción con entornos cambiantes, y agrega que la inteligencia artificial ayuda a “mejorar las oportunidades en problemas donde su procedimiento de solución no es claro, los entornos de operación son muy dinámicos, o donde se requiere un uso extensivo de conocimiento humano especializado para la solución”.
Una de las tecnologías aplicadas que benefician a empresas en la fidelización de sus usuarios, son los sistemas de diálogo entre humanos y computadoras, que permiten la habilitación de sistemas de autoatención de clientes. “Actualmente, varias firmas poseen soluciones que involucran el uso de ‘chatbots’ que no están basados en tecnología de IA y que tampoco abordan los problemas de fondo ante las interacciones libres con los clientes. Es por esto que se requiere de sistemas de diálogo para una atención autónoma 24/7”, asegura el académico.
Otra de las tecnologías es el trading automatizado. “Muchas de las tareas de trading y negociación en la banca, e-commerce, etc., son realizadas por expertos humanos apoyados por algún sistema informático tradicional. Ahora es posible contar con sistemas de IA que negocien y realicen tareas de trading en forma colaborativa con mínima intervención humana, e incrementando la productividad y oportunidades de negocio”, señala.
La planificación automática es otro valor que agrega la IA. “Muchos procesos logísticos en diversas industrias requieren planificar un conjunto de acciones y operaciones con el fin de cumplir con ciertas metas y/o KPI. Sin embargo, esta tarea de ‘planificación’ usualmente debe enfrentar variados problemas: tiempo de la planificación/programación de las acciones, alta dinámica del entorno, requerimientos cambiantes de los usuarios, etc.”. Atkinson señala que, para abordar estos problemas, se pueden utilizar planificadores automáticos basados en IA para generar planes de acción en forma totalmente autónoma, como la planificación de robots en bodegas de retail, de operación mineras, de tareas de gestión de suministros, y programación de actividades de delivery, entre otros.
Minería, retail y banca llevan la delantera en uso de máquinas inteligentes
Debido a la complejidad de los procesos y los entornos dinámicos en donde las tecnologías convencionales no han sido adecuadas, los rubros que poseen un mayor nivel de madurez respecto a la IA en Chile son la minería, el retail y la banca.
“Esto se debe principalmente a que internacionalmente existen experiencias importantes en los usos y beneficios de la IA en dichos rubros, por lo que su penetración posee cierta evidencia desarrollada fuera del país: experiencias de Amazon en retail e e-commerce, compañías mineras internacionales como Rio Tinto (Australia) en vehículos autónomos, planificación y control en minería, etc.”, explica Atkinson.