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¿Cómo cuidar la salud mental en cuarentena?

Académico de Psicología UAI explica qué hacer y evitar para que esta nueva rutina no afecte negativamente.

7 de abril de 2020

Si bien, las repercusiones del aislamiento dependen de las posibilidades de cada uno, hay una constante:  y es que todos vamos a enfrentar un alto nivel de incertidumbre al que no estamos acostumbrados. Cristóbal Hernández, psicólogo y académico de la Escuela de Psicología cuenta que transversalmente nos enfrentaremos a interrogantes como ¿cuándo se acabará esto? ¿tendré los recursos para pasar bien esta crisis? ¿qué pasa si yo o un familiar se contagia? ¿cómo lo hago para generar ingresos?, lo que inevitablemente genera mayor estrés y presión.

Si a esto le sumamos la restricción de libertades personales, que implica el desarrollo de sintomatología ansiosa o depresiva, hay mucho en lo que poner atención. Hernández explica que “estar ansiosos, inquietos, tristes, irritables, son reacciones esperables ante una situación de este calibre. Ahora, por muy esperables que sean, también a veces pueden salirse de control y requerir de atención clínica especializada”.

Ahora, ¿cómo identificar si necesitamos ayuda? ¿Qué señales debemos tener en cuenta para que esta nueva rutina no nos afecte negativamente? En particular, cada persona canaliza sus emociones de manera diferente, pero en términos generales suelen aparecer los excesos, como sobre reaccionar ante situaciones que antes no nos molestaban tanto, consumir mucha comida o alcohol, descuidar el horario del sueño o simplemente sentir un malestar persistente.

Es importante prestarles atención a cambios importantes en nuestra rutina y forma de sentir, ahora, insisto, esto no significa que las reacciones sean anormales sino más bien son una invitación a parar un poco y mirarnos”, explica Cristóbal.

¿Qué podemos hacer si ya nos sentimos superados? Cristóbal responde: “creo que lo primero es aceptar que no vamos a reaccionar normalmente ante una situación anormal, lo segundo es prestarle atención a lo que nos pasa y pensar qué es lo que podemos modificar para sentirnos mejor, finalmente pedir ayuda si es necesario”.

5 Recomendaciones para cuidarnos

Si bien hay claves que uno puede seguir para sentirse mejor, las recomendaciones del académico son sugerencias, y es sano asumir que probablemente no vamos a funcionar a la perfección o igual que antes, sobre todo cuando de un minuto a otro el mundo se transformó en un lugar amenazante y distinto. “Está bien si a veces no nos resulta, está bien si a veces fallamos, está bien si a veces no reaccionamos de la mejor manera. En este sentido, vale la pena aceptar que estamos haciendo lo que podemos con lo que tenemos. Tú, yo y el resto”, introduce Cristóbal.

1. RUTINA

“En primer lugar, comparto con muchos expertos que es importante mantener una rutina, las personas necesitamos tener algo que anticipar para sentirnos seguras. Si es posible, separar los espacios de trabajo y recreación”.

2. MANTENER EL CONTACTO

“En segundo lugar, creo importante mantener el contacto con nuestros seres queridos. La momentánea desaparición de los espacios comunes físicos hacen que mantener los lazos requiera un esfuerzo adicional. Recomiendo escribir o llamar de vez en cuando y preguntar si están bien, qué cuentan y si necesitan algo. Ahora más que nunca necesitamos mantener nuestras comunidades vivas”.

3. AUTO OBSERVARNOS

“En tercer lugar, es fundamental que prestemos atención a la manera en la que calmamos nuestros ánimos. Muchas veces nos vamos a ver comiendo de más, tomando una copa de más, o teniendo atracones de series o videojuegos para calmar nuestra ansiedad o ánimo bajo. De vez en cuando es normal, lo que necesitamos es que no se vuelva hábito ya que puede traer luego un problema peor”.

4. EMOCIONES = OPORTUNIDAD

“En cuarto lugar, recordar que las emociones son nuestras amigas, no nuestras enemigas. Están ahí porque nos dicen qué cosas y situaciones son significativas para nosotros. En este sentido vale la pena prestarle atención a lo que nos pasa y cuándo nos pasa (ya que de esa manera sabemos a qué se asocia en nuestra vida), y por otro lado, darle espacio a su expresión”.

5. DETENERSE

“En quinto lugar, parar un rato. Esto significa darnos una pausa de intentar cambiar o controlar las cosas, y simplemente contemplar. Es un ejercicio que requiere voluntad y no se nos da espontáneo, pero nos puede servir para encontrar un espacio de calma en estos tiempos frenéticos”.

7 de abril de 2020

Si bien, las repercusiones del aislamiento dependen de las posibilidades de cada uno, hay una constante:  y es que todos vamos a enfrentar un alto nivel de incertidumbre al que no estamos acostumbrados. Cristóbal Hernández, psicólogo y académico de la Escuela de Psicología cuenta que transversalmente nos enfrentaremos a interrogantes como ¿cuándo se acabará esto? ¿tendré los recursos para pasar bien esta crisis? ¿qué pasa si yo o un familiar se contagia? ¿cómo lo hago para generar ingresos?, lo que inevitablemente genera mayor estrés y presión.

Si a esto le sumamos la restricción de libertades personales, que implica el desarrollo de sintomatología ansiosa o depresiva, hay mucho en lo que poner atención. Hernández explica que “estar ansiosos, inquietos, tristes, irritables, son reacciones esperables ante una situación de este calibre. Ahora, por muy esperables que sean, también a veces pueden salirse de control y requerir de atención clínica especializada”.

Ahora, ¿cómo identificar si necesitamos ayuda? ¿Qué señales debemos tener en cuenta para que esta nueva rutina no nos afecte negativamente? En particular, cada persona canaliza sus emociones de manera diferente, pero en términos generales suelen aparecer los excesos, como sobre reaccionar ante situaciones que antes no nos molestaban tanto, consumir mucha comida o alcohol, descuidar el horario del sueño o simplemente sentir un malestar persistente.

Es importante prestarles atención a cambios importantes en nuestra rutina y forma de sentir, ahora, insisto, esto no significa que las reacciones sean anormales sino más bien son una invitación a parar un poco y mirarnos”, explica Cristóbal.

¿Qué podemos hacer si ya nos sentimos superados? Cristóbal responde: “creo que lo primero es aceptar que no vamos a reaccionar normalmente ante una situación anormal, lo segundo es prestarle atención a lo que nos pasa y pensar qué es lo que podemos modificar para sentirnos mejor, finalmente pedir ayuda si es necesario”.

5 Recomendaciones para cuidarnos

Si bien hay claves que uno puede seguir para sentirse mejor, las recomendaciones del académico son sugerencias, y es sano asumir que probablemente no vamos a funcionar a la perfección o igual que antes, sobre todo cuando de un minuto a otro el mundo se transformó en un lugar amenazante y distinto. “Está bien si a veces no nos resulta, está bien si a veces fallamos, está bien si a veces no reaccionamos de la mejor manera. En este sentido, vale la pena aceptar que estamos haciendo lo que podemos con lo que tenemos. Tú, yo y el resto”, introduce Cristóbal.

1. RUTINA

“En primer lugar, comparto con muchos expertos que es importante mantener una rutina, las personas necesitamos tener algo que anticipar para sentirnos seguras. Si es posible, separar los espacios de trabajo y recreación”.

2. MANTENER EL CONTACTO

“En segundo lugar, creo importante mantener el contacto con nuestros seres queridos. La momentánea desaparición de los espacios comunes físicos hacen que mantener los lazos requiera un esfuerzo adicional. Recomiendo escribir o llamar de vez en cuando y preguntar si están bien, qué cuentan y si necesitan algo. Ahora más que nunca necesitamos mantener nuestras comunidades vivas”.

3. AUTO OBSERVARNOS

“En tercer lugar, es fundamental que prestemos atención a la manera en la que calmamos nuestros ánimos. Muchas veces nos vamos a ver comiendo de más, tomando una copa de más, o teniendo atracones de series o videojuegos para calmar nuestra ansiedad o ánimo bajo. De vez en cuando es normal, lo que necesitamos es que no se vuelva hábito ya que puede traer luego un problema peor”.

4. EMOCIONES = OPORTUNIDAD

“En cuarto lugar, recordar que las emociones son nuestras amigas, no nuestras enemigas. Están ahí porque nos dicen qué cosas y situaciones son significativas para nosotros. En este sentido vale la pena prestarle atención a lo que nos pasa y cuándo nos pasa (ya que de esa manera sabemos a qué se asocia en nuestra vida), y por otro lado, darle espacio a su expresión”.

5. DETENERSE

“En quinto lugar, parar un rato. Esto significa darnos una pausa de intentar cambiar o controlar las cosas, y simplemente contemplar. Es un ejercicio que requiere voluntad y no se nos da espontáneo, pero nos puede servir para encontrar un espacio de calma en estos tiempos frenéticos”.