En una sociedad que permanentemente está pensando, corriendo y envuelta en las distintas actividades que debe realizar, un espacio para detenerse, meditar y conectar con el presente parece lejano. Sin embargo, el mindfulness es una práctica que permite conectar con el ahora en lo cotidiano.
Javier García Campayo, director del Master en Mindfulness de la Universidad de Zaragoza visitó la UAI para realizar una charla teórica y práctica sobre cómo las personas pueden desarrollar el mindfulness en la vida diaria. Entregando herramientas sobre las distintas formas de meditación y compartiendo sus reflexiones sobre la aceptación y autocompasión.
“Hoy las personas corren para realizar actividades sin estar atento, y ahí está el problema… por eso la gente quiere detenerse y dejar de pensar” comenta Campayo respecto a la sociedad actual, y justamente para resolver esas inquietudes, está el mindfulness, que se trata de poner atención en lo que se está haciendo y nada más.
“Uno puede estar en modo mindfulness en todo momento, ya que es simplemente hacer lo que estás haciendo. Puedes estar comiendo y el solo hecho de que conectes que estás comiendo sin nada más en tu mente, eso es mindfulness. Es que la mente esté ahí, en lo que estás haciendo”, ejemplifica Javier García Campayo.
El psiquiatra español explicó que “la etiqueta de lo que nos gusta y lo que no es lo que nos tiene pensando tanto, eso lo que nos tiene como nos tiene”, agregando que la mente genera racimos de pensamientos, algunos más potentes que otros, pero que de alguna manera, al ser permanentes, generan preocupaciones. Esto pasa porque “el cuerpo está en el presente, pero la mente está todo el tiempo en el pasado y en el futuro. El pasado está marcado por los recuerdos, lo que no tengo hoy, la nostalgia. Y el futuro está formado por expectativas, miedos”, acota.
Conectar con el ahora
Así, Campayo plantea el Modo Hacer versus el Modo Ser. El primero representa el querer hacer todo, pensar, juzgar, básicamente la forma en que la sociedad occidental vive su día a día, mientras que el Modo Ser es mindfulness, que es estar, aceptar, conectar con uno mismo.
En esta línea, el ejercicio consta de cambiar del Modo Hacer, que es donde la gente está siempre, en su día a día, y pasar al Modo Ser, que es entender que las respuestas están en el interior. ¿Cómo hacerlo? Conectando con el ser, es decir, hacer el ejercicio de cambiar esa idea que se está juzgando y aceptarla, dejarla estar, o tomar consciencia de que los pensamientos no son reales, sino que son eventos mentales, y lo más importante, es conectar con el presente, “puedo estar en el caribe pero si no tengo trabajo y mi pareja me dejó, mi mente no está en ese paraíso”, ejemplifica.
“La mayor parte del sufrimiento que experimenta la gente en la vida es por cosas que no han pasado”, explica Javier García Campayo, quien insiste que la sociedad actual busca la realización en el exterior, y no en el interior, que es donde realmente está.
Aceptación y Autocompasión
“La aceptación no es resignación, es que lo que está ocurriendo en el presente y no puedo cambiar, no tiene sentido pelearme con eso, así que lo acepto”, explora el académico, quien además destaca que la aceptación es lo contrario a tener expectativas, “sin expectativas no hay sufrimiento, porque independiente cómo resulte el plan, el viaje, o la cena, yo voy a ser feliz porque la felicidad está dentro mío y no depende de lo que pase afuera”.
De hecho, Campayo es claro en declarar que si las personas vivieran “con más aceptación y nula expectativa, la mente no generaría ningún pensamiento”.
