Violeta Parra, un árbol lleno de pájaros cantores

12 de Octubre 2017 Columnas

Este año se celebra el centenario del nacimiento de Violeta Parra, una artista que se ha hecho imprescindible para entender la historia cultural de nuestro país. Pero ¿quién fue esta mujer que ha sido descrita por sus contemporáneos como tradicional y transgresora a la vez?

“Árbol lleno de pájaros cantores/Violeta Parra”, decía su hermano Nicanor Parra en el poema que le dedicó luego de su trágica muerte. Esta imagen me gusta para describir a Violeta Parra, porque fueron muchas voces las que cantaban y hablaban en el entramado de su obra como ramas vivas: la voz anónima del canto popular, de los marginados en la ciudad y en el campo, de las mujeres, de los indígenas, la voz del alma, la voz de la tradición y de la modernidad.

Como cuenta en su relato autobiográfico en décimas, Violeta vivió su infancia principalmente en el sector de Chillán, junto a sus nueve hermanos en una situación de pobreza. Ya a los 15 años, Violeta emigra a Santiago a terminar sus estudios y buscar una mejor vida. El abandono de la vida comunitaria del campo y la llegada a la ciudad marcará un antes y un después en su vida, transformando la vida precaria del campo en una experiencia de marginalidad, que la sensibilizará con la lucha de clase, como clama en muchas de sus canciones y décimas.

Violeta comienza a cantar con su hermana Hilda en bares de mala muerte en el sector del barrio Mapocho. Ahí se da cuenta de cómo se ha encasillado a la cultura popular dentro un estereotipo urbano que nada tiene que ver con las prácticas más auténticas de las zonas rurales. Pero luego de un largo periodo y tras separarse de su primer marido, Violeta poco a poco vuelve a sus raíces rompiendo con esos estereotipos y con los roles de género que implicaban. Comienza a recolectar tradiciones perdidas en los campos de la zona central. Se saca el maquillaje, el peinado y los vestidos floridos, y aparece con ropa de campesina, pelo desgreñado y la voz ronca. Compone en base a estas métricas heredadas y difunde la tradición popular utilizando los medios masivos: tienen un programa de radio, aparece en la televisión, graba discos y más adelante hará giras por el mundo.

Para Violeta la tradición no es letra muerta, sino materiales heredados para crear nuevos mundos, cantar sobre el presente y sobre su propia vida. Con ello, logra tomar lo mejor de la cultura popular y la urbana para sacar adelante su proyecto artístico y de vida, que fueron inseparables hasta el final.

Publicado en El Mercurio de Valparaíso.

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