Es muy frecuente que quienes visiten como turista una ciudad, descubran los atractivos histórico – patrimoniales con mayor profundidad que quienes habitan en la misma, o la transitan diariamente.
Esa es la razón, por ejemplo, que muchos visitantes extranjeros valoran Valparaíso y su casco histórico, pero para quienes viven en la zona, un alto porcentaje no dimensiona el alcance y potencial de ello, en especial cuando conviven con múltiples problemas relacionados con la seguridad y limpieza que dicho sector debiese tener.
En el caso de los museos, si bien la situación no es similar, ocurre un fenómeno que nos llama a reflexionar. En el gran Valparaíso hay buenos museos, con un número importante de visitas que los hacen ser muy atractivos en el contexto local y nacional. Así está, por ejemplo, el Museo Marítimo Nacional en el cerro Artillería, y el Museo de Historia Natural de Valparaíso, en calle Condell, dos hitos que todo habitante de la zona debiese visitar con frecuencia, aprovechando de profundizar en el conocimiento de sus muestras permanentes y también de sus exposiciones periódicas. Y decimos con “frecuencia”, porque muchas personas que han visitado dichos museos alguna vez en la vida, ya sea en su etapa escolar o en la adultez acompañando a sus hijos, creen haber cumplido el requisito de conocerlo y, por lo tanto, no regresan con periodicidad a dichos espacios que tanto valor educativo nos entregan.
En este contexto de museos, hay otro hito que quisiéramos destacar. Se trata del Museo Fonck ubicado en calle 4 Norte esquina 1 Oriente. Esta joya patrimonial es uno de los atractivos turísticos más importantes de Viña del Mar y del Gran Valparaíso, y prueba de ella es que diariamente es visitado por muchos turistas extranjeros, demostrando que el museo está identificado como uno de los puntos imperdibles, más aún si junto a su fallada se ubica el célebre Moai de Rapa Nui, que en 1951 fue traído desde la isla a Viña del Mar y que se emplaza en dicho lugar desde 1988.
Esta institución, que oficialmente se llama Museo de Arqueología e Historia Francisco Fonck, y es dirigido por una Corporación del mismo nombre, fue fundada en 1937 y su nombre recuerda al célebre médico, botánico, arqueólogo y filántropo alemán que había fallecido en Valparaíso en 1912.
Hoy, cumpliendo 80 años de existencia, el museo congrega importantes colecciones, así como un fondo documental y bibliográfico de valor internacional. De hecho, para el tema de Rapa Nui, es considerada una de las mejores colecciones del mundo, siendo clave el legado del filántropo y estudioso austriaco Federico Felbelmayer quien, radicado en Valparaíso, fue socio fundador de la Sociedad de Amigos de Isla de Pascua. Tras su muerte en 1978 en Quilpué, dos años más tarde su colección particular de objetos de la isla se traspasó al Museo y hoy es uno de sus principales tesoros patrimoniales, a los que se suman otras colecciones como la del recordado Dr. Roberto Gajardo Tobar, fallecido en 1992, y que fue el gran benefactor del museo y modelo a seguir para las siguientes generaciones.
Posiblemente muchos de los lectores conocen este museo, pero siempre es bueno regresar, y en cuanto a los que nunca han ido, es hora de hacerlo. Pero la clave, es que todos valoremos esta histórica institución que demuestra, día a día, que la cultura y el patrimonio puede ser el epicentro de una ciudad que declara su vocación turística en Chile y el mundo.
Publicado en Revista Tell.