Simbolismos

23 de Agosto 2020 Columnas

Fue tal la falta de criterio que pudo parecer intencionada; precisamente cuando Carabineros apenas comienza a atenuar un largo ciclo de deterioro institucional, al que han contribuido una malversación de recursos, la falsificación de pruebas en el marco de la operación Huracán, el asesinato de Camilo Catrillanca, y las graves violaciones a los DD.HH. consignadas en el contexto del estallido social, entre otras cosas. La misma semana en que un ex integrante es formalizado y puesto en prisión preventiva por las mutilaciones que dejaron ciego a Gustavo Gatica, la jefatura de la institución decide rebautizar la Academia de Ciencias Policiales con el nombre del ex integrante de la junta militar Rodolfo Stange.

Cuesta no pensar que lo buscado no haya sido dar una señal política, de molestia con la oposición e, incluso, con el propio gobierno. Porque la otra posibilidad, el simple desatino, puede llegar a ser incluso más preocupante: síntoma y reflejo de una institución que no entiende el contexto en que se desenvuelve, el Chile de las últimas décadas, los límites que la historia reciente ha vuelto infranqueables. La decisión tomada y luego revertida, develó una clara incomprensión del valor de los símbolos, de lo que un simple cambio de nombre podía llegar a significar. En rigor, cuando se analizan las claves del deterioro institucional que desde hace años y en diversos planos vive el país, la falta de sintonía, la ausencia de brújula ética y política, han tenido aquí una sólida confirmación.

El caso es que en el Chile de hoy la jefatura de la policía uniformada decidió rendir homenaje a un ex integrante de la junta militar, alguien que debió asumir ese cargo cuando César Mendoza fue obligado a renunciar por los antecedentes que apuntaban a la participación de Carabineros en el secuestro y posterior degollamiento de tres profesionales comunistas. Rodolfo Stange asumió como general director porque ya hacía dos años era subdirector de la institución, una cuyo órgano de inteligencia (Dicomcar) planificó y ejecutó cada detalle de ese horrendo crimen. Fue procesado años después por obstrucción a la justicia e incumplimiento de deberes militares en el mismo caso, y cuando el expresidente Frei le solicitó públicamente su renuncia, llegó hasta La Moneda a rechazar dicha petición, algo que la Constitución de la época le permitía hacer.

En resumen, en pleno 2020, Carabineros decide rendir homenaje a quien era su general subdirector cuando ocurre el caso degollados. Se homenajea también su participación en la junta militar con todo lo que ello implica desde el punto de vista político y, por último, se le hacen honores a su decisión de acogerse a una norma constitucional, que le permitía no estar subordinado a la autoridad del Presidente de la República.

Que Carabineros y sectores de derecha hayan defendido este panegírico, contribuye a entender por qué en Chile sigue siendo tan difícil construir mínimos comunes.

Publicada en La Tercera.

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