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Sharp “la hizo” otra vez

Los jóvenes hijos de la transición lograron lo que ninguno de los grandes conglomerados que han gobernado el país desde el regreso a la democracia pudieron: convocar a una ciudadanía escéptica, cansada de los abusos y de las desigualdades, hacer suyo...
Karen Trajtemberg

Karen Trajtemberg

Magíster en Comunicación Estratégica
Directora Escuela de Periodismo UAI Campus Viña del Mar. Magíster en Comunicación Estratégica
  • Magíster En Comunicación Estratégica, Universidad Adolfo Ibáñez, Chile, 2014

Ex Jefa de prensa de Senador Ricardo Lagos W. Anteriormente trabajó en la sección política del diario la Segunda y en la revista Qué Pasa.

“Cada voto es un piedrazo al corazón del sistema”, dijo el poeta Raúl Zurita, intentando motivar a las personas para que fueran a sufragar. Y aunque aún –al momento de escribir esta columna- no existen datos respecto de la participación en estas dos jornadas, lo cierto es que, de acuerdo a los números disponibles, en Valparaíso hubo un amplio respaldo a la reelección de Jorge Sharp, por más del 50% de los votos. Un piedrazo… Pero para quienes no creían en esta “segunda patita”.

Como ha sido cubierto ampliamente por los medios de todas las tendencias, durante su gestión, Sharp fue acusado por notable abandono de deberes, libelo que fue respaldado por concejales de todos los sectores; la controlaría detectó mal uso de subvenciones escolares por más de $931 millones de pesos; se le culpó de instalar operadores políticos a diestra y siniestra, mientras que sus grandes propuestas, como el “alcalde nocturno” no fueron más que volátiles fuegos artificiales. Una de las últimas denuncias contra el hoy reelecto edil tuvo que ver con el nombramiento de Rodrigo Valderrama como funcionario de planta, el mismo que será formalizado por llamar a incendiar el edificio de este diario. En otros pasajes de la historia, algunos de sus colaboradores han sido recriminados por abuso laboral y sexual.

En términos generales, basta darse una vuelta por la ciudad para ver que parece azotada por una guerrilla. Mientras hace algunos años, tras uno de los megaincendios que sufrió Valparaíso, Sharp afirmaba que “hoy la prioridad es la gente, apagar el incendio, sacar los escombros y reconstruir la ciudad”, hoy no parece estar tan interesado en recomponer una comuna que está en el suelo, sea por la pandemia o por el estallido social. O por ambos.

Pese a todo lo anterior, los porteños decidieron este fin de semana y lo hicieron de manera rotunda. La democracia y los ciudadanos hablaron, respaldando de manera holgada a Sharp y dándole nuevamente un portazo al duopolio que gobernó la Ciudad Puerto durante casi 30 años. Así, los ciudadanos rechazaron por una diferencia brutal la candidatura del UDI Carlos Bannen –el segundo en el recuento- y para qué decir la de la carta DC, Marcelo Barraza, que apenas se convirtió en un saludo a la bandera.

Huelga decir que la responsabilidad de Chile Vamos y la ex Nueva Mayoría no es banal en esta decisión de los porteños. La determinación de instalar candidatos poco competitivos, que no concitaban mayor respaldo y con cero carisma, fue una mala jugada, que obvió además el hecho de que tradicionalmente quien va a la reelección tiene ya un pie puesto en el municipio. “El que tiene, mantiene”, dice el dicho.

En buen chileno, una vez más, Jorge Sharp “la hizo” y el Frente Amplio dio cátedra, no solo en Valparaíso, sino también en Viña del Mar y Quilpué. Los jóvenes hijos de la transición lograron lo que ninguno de los grandes conglomerados que han gobernado el país desde el regreso a la democracia pudieron: convocar a una ciudadanía escéptica, cansada de los abusos y de las desigualdades, hacer suyo el estallido social e instalarse por cuatro años más en la Ciudad Puerto.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

Sharp “la hizo” otra vez

Los jóvenes hijos de la transición lograron lo que ninguno de los grandes conglomerados que han gobernado el país desde el regreso a la democracia pudieron: convocar a una ciudadanía escéptica, cansada de los abusos y de las desigualdades, hacer suyo...

“Cada voto es un piedrazo al corazón del sistema”, dijo el poeta Raúl Zurita, intentando motivar a las personas para que fueran a sufragar. Y aunque aún –al momento de escribir esta columna- no existen datos respecto de la participación en estas dos jornadas, lo cierto es que, de acuerdo a los números disponibles, en Valparaíso hubo un amplio respaldo a la reelección de Jorge Sharp, por más del 50% de los votos. Un piedrazo… Pero para quienes no creían en esta “segunda patita”.

Como ha sido cubierto ampliamente por los medios de todas las tendencias, durante su gestión, Sharp fue acusado por notable abandono de deberes, libelo que fue respaldado por concejales de todos los sectores; la controlaría detectó mal uso de subvenciones escolares por más de $931 millones de pesos; se le culpó de instalar operadores políticos a diestra y siniestra, mientras que sus grandes propuestas, como el “alcalde nocturno” no fueron más que volátiles fuegos artificiales. Una de las últimas denuncias contra el hoy reelecto edil tuvo que ver con el nombramiento de Rodrigo Valderrama como funcionario de planta, el mismo que será formalizado por llamar a incendiar el edificio de este diario. En otros pasajes de la historia, algunos de sus colaboradores han sido recriminados por abuso laboral y sexual.

En términos generales, basta darse una vuelta por la ciudad para ver que parece azotada por una guerrilla. Mientras hace algunos años, tras uno de los megaincendios que sufrió Valparaíso, Sharp afirmaba que “hoy la prioridad es la gente, apagar el incendio, sacar los escombros y reconstruir la ciudad”, hoy no parece estar tan interesado en recomponer una comuna que está en el suelo, sea por la pandemia o por el estallido social. O por ambos.

Pese a todo lo anterior, los porteños decidieron este fin de semana y lo hicieron de manera rotunda. La democracia y los ciudadanos hablaron, respaldando de manera holgada a Sharp y dándole nuevamente un portazo al duopolio que gobernó la Ciudad Puerto durante casi 30 años. Así, los ciudadanos rechazaron por una diferencia brutal la candidatura del UDI Carlos Bannen –el segundo en el recuento- y para qué decir la de la carta DC, Marcelo Barraza, que apenas se convirtió en un saludo a la bandera.

Huelga decir que la responsabilidad de Chile Vamos y la ex Nueva Mayoría no es banal en esta decisión de los porteños. La determinación de instalar candidatos poco competitivos, que no concitaban mayor respaldo y con cero carisma, fue una mala jugada, que obvió además el hecho de que tradicionalmente quien va a la reelección tiene ya un pie puesto en el municipio. “El que tiene, mantiene”, dice el dicho.

En buen chileno, una vez más, Jorge Sharp “la hizo” y el Frente Amplio dio cátedra, no solo en Valparaíso, sino también en Viña del Mar y Quilpué. Los jóvenes hijos de la transición lograron lo que ninguno de los grandes conglomerados que han gobernado el país desde el regreso a la democracia pudieron: convocar a una ciudadanía escéptica, cansada de los abusos y de las desigualdades, hacer suyo el estallido social e instalarse por cuatro años más en la Ciudad Puerto.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.