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Recortes del gasto fiscal

A diferencia del idealismo, el realismo propio de las políticas públicas es siempre con renuncia.
Ignacio Briones

Ignacio Briones

PhD Economía Política
Senior Fellow UAI
  • PhD Economía Política, Institute d´Etudes Politiques de Paris (ScPo).
  • Ingeniero Comercial de la Universidad Católica de Chile.

Ex Ministro de Hacienda

Señor Director: En carta a este medio, el diputado del Frente Amplio Giorgio Jackson cuestiona el recorte fiscal impulsado por el Gobierno, y en particular por su eventual impacto en el gasto social. Al respecto, algunos comentarios. Primero, a diferencia de lo que sugiere el diputado, una comparación internacional técnicamente rigurosa del gasto fiscal de Chile medido como porcentaje del PIB muestra que este no está desacoplado del nivel de desarrollo del país. También vale la pena recordar que aproximadamente dos de cada tres pesos del gasto público en Chile van a gasto social. Esta proporción es internacionalmente alta e ilustra las correctas prioridades generales del Estado de Chile, un resultado de décadas de políticas públicas diseñadas en democracia, basadas en acuerdos y que explican nuestro a veces vilipendiado éxito económico y social. Y es precisamente este alto peso que tiene el gasto social en el total lo que explica su exposición ante ajustes fiscales. Sin duda, una situación lamentable en un país que enfrenta aún la urgencia de terminar con la pobreza y de blindar a la niñez de la vulnerabilidad. Sin embargo, circunscribir la crítica solo al recorte fiscal parece inadecuado, toda vez que omite un hecho económico esencial. Lo que el diputado parece obviar es que el ajuste cuestionado responde a que, en los últimos años, Chile gastó mucho más de lo fiscalmente responsable. Así, creemos, antes de emitir reproche, sería necesario preguntarse: ¿en qué se gastó? Entre otras iniciativas, en costosas peticiones como, por ejemplo, la gratuidad universitaria que el diputado y su coalición enarbolaron. Eso está forzando el doloroso recorte de gastos sociales más urgentes. Y ni hablar del tamaño del ajuste que hubiese sido necesario en caso de haber implementado la condonación de la deuda del CAE, otra de las reivindicaciones del Frente Amplio. Y es que, a diferencia del idealismo, el realismo propio de las políticas públicas es siempre con renuncia. Publicada en El Mercurio.  *Escrita junto a Sergio Urzúa, U. de Maryland y Clapes-UC .

Recortes del gasto fiscal

A diferencia del idealismo, el realismo propio de las políticas públicas es siempre con renuncia.

Señor Director: En carta a este medio, el diputado del Frente Amplio Giorgio Jackson cuestiona el recorte fiscal impulsado por el Gobierno, y en particular por su eventual impacto en el gasto social. Al respecto, algunos comentarios. Primero, a diferencia de lo que sugiere el diputado, una comparación internacional técnicamente rigurosa del gasto fiscal de Chile medido como porcentaje del PIB muestra que este no está desacoplado del nivel de desarrollo del país. También vale la pena recordar que aproximadamente dos de cada tres pesos del gasto público en Chile van a gasto social. Esta proporción es internacionalmente alta e ilustra las correctas prioridades generales del Estado de Chile, un resultado de décadas de políticas públicas diseñadas en democracia, basadas en acuerdos y que explican nuestro a veces vilipendiado éxito económico y social. Y es precisamente este alto peso que tiene el gasto social en el total lo que explica su exposición ante ajustes fiscales. Sin duda, una situación lamentable en un país que enfrenta aún la urgencia de terminar con la pobreza y de blindar a la niñez de la vulnerabilidad. Sin embargo, circunscribir la crítica solo al recorte fiscal parece inadecuado, toda vez que omite un hecho económico esencial. Lo que el diputado parece obviar es que el ajuste cuestionado responde a que, en los últimos años, Chile gastó mucho más de lo fiscalmente responsable. Así, creemos, antes de emitir reproche, sería necesario preguntarse: ¿en qué se gastó? Entre otras iniciativas, en costosas peticiones como, por ejemplo, la gratuidad universitaria que el diputado y su coalición enarbolaron. Eso está forzando el doloroso recorte de gastos sociales más urgentes. Y ni hablar del tamaño del ajuste que hubiese sido necesario en caso de haber implementado la condonación de la deuda del CAE, otra de las reivindicaciones del Frente Amplio. Y es que, a diferencia del idealismo, el realismo propio de las políticas públicas es siempre con renuncia. Publicada en El Mercurio.  *Escrita junto a Sergio Urzúa, U. de Maryland y Clapes-UC .