Rebeldía y desobediencia

8 de Marzo 2018 Columnas

Muchos sitios noticiosos han comenzado a notar que la celebración de este día internacional de la mujer no será igual a otros. Una serie de movimientos reivindicativos dan cuenta de que urge pensar el lugar que la mujer tiene en la sociedad de hoy. Campañas como Ni una menos o #Me too, muestran la fuerza y significancia que ha cobrado el respeto de género y la tolerancia hoy.

Pienso en Antígona. Un texto fundante, tanto de la cultura occidental como de la rebeldía a la ley civil. Creonte, al no permitir que esta sepultara a su hermano Polinices, pone en relieve la diferencia que distingue a la ley de la moral. A lo largo de la historia, la ley ha decretado normas de ordenación social, sin embargo la moral, entendida como la conducta individual dictada por la conciencia, se ha opuesto, en múltiples ocasiones, a sus dictámenes.

La lucha de Antígona ante la disposición de Creonte no es solo una dicotomía entre lo privado y lo público, sino una lucha por la humanización de las leyes y por la revisión que estas exigen a lo largo historia. ¿Qué hay en Antígona que continúa siendo una fuente de inspiración estética? La literatura, de clásica a contemporánea, nos entrega distintas lecturas de esta figura mítica, pero pareciera que es la desobediencia a la Ley, entendida como la última y más tenaz de los recursos, su núcleo de sentido.

Rosa Parks, la afroamericana que se negó a dar el asiento del autobus a un hombre  blanco, de acuerdo a la ley de segregación norteamericana, es un ejemplo a considerar. La historia de Parks, nos hace reflexionar sobre el valor de la rebeldía en la emancipación de la mujer, y en la búsqueda y obtención de la igualdad en derechos civiles. Sin ir más lejos, Elena Caffarena luchó y consiguió el voto femenino para las chilenas en el año 1949, sufriendo duras experiencias, como por ejemplo la supresión de sus derechos. Antígona, al igual que Parks o Caffarena, subvierte las disposiciones de la historia, haciéndose cargo de su transgresión y asumiendo los costos de su acto voluntario.

Estas mujeres, como tantas otras, han encarnado el deseo del cambio que implica la infracción a la ley. Antígona, Parks o Caffarena representan lo anacrónico femenino: la vulneración a las leyes en beneficio de lo moralmente correcto. Por esto, en una fecha como la de hoy, más que un panegírico a las rebeldes mujeres de la humanidad, reflexionemos críticamente sobre qué hay en ellas que aún resuena, incluso a siglos de distancia.

Publicado en El Mercurio de Valparaíso.

 

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